Sevilla /
03 de julio de 2019

Exceso de cloro, bromo o yodo: un enemigo más para el párkinson

Fotografía ilustrativa de la noticia

Autoría: Remedios Valseca / Fundación Descubre

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Investigadores de la Universidad de Sevilla han comprobado el aumento de ciertos compuestos y proteínas denominados halógenos en suero, líquido cefalorraquídeo y saliva de pacientes que sufren la enfermedad. El aumento de estas sustancias en el organismo podría ser una nueva diana para diagnosticar la enfermedad. Los estudios se han realizado tanto en ratones como en muestras humanas.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la enfermedad de Parkinson afecta a 1 de cada 100 personas mayores de 60 años y, aunque sus causas son aún desconocidas, los expertos apuntan que se debe a una combinación de factores genéticos, ambientales y de envejecimiento. El principal trastorno de la enfermedad es la destrucción de neuronas dopaminérgicas, responsables de importantes procesos biológicos como el movimiento, la motivación y la función intelectual.

Primer plano de las manos cruzadas de una persona mayor.

La enfermedad de Parkinson afecta a 1 de cada 100 personas mayores de 60 años. Sus causas son aún desconocidas.

Tras diez años de estudios con pacientes, investigadores de la Universidad de Sevilla en colaboración con el Hospital Universitario Macarena y el Hospital Universitario de Valme de Sevilla, han publicado en la revista Neurología la alteración observada en suero, líquido cefalorraquídeo y saliva de unos compuestos que participan en algunas funciones celulares del sistema nervioso, pero que en exceso pueden provocar la muerte neuronal.

Estas sustancias son denominadas halógenas o halogenadas por contener elementos químicos encuadrados en este grupo de la tabla periódica, como el yodo, el cloro o el bromo. “Hemos confirmado que están presentes en mayor cantidad, hasta en un 43% en algunos casos, en muestras de saliva, líquido cefalorraquídeo y suero de enfermos de Parkinson, lo que demuestra que existe una alteración en enzimas que sintetizan o eliminan estos compuestos halógenos de forma anómala”, indica a la Fundación Descubre el investigador de la Universidad de Sevilla Emilio Fernández Espejo, autor del artículo.

Estas moléculas son muy oxidativas, es decir, degradan rápidamente a las células, por lo que podrían estar contribuyendo a la aparición o aceleración de la enfermedad. Este hallazgo supone una mayor profundización en las causas y síntomas de la enfermedad a nivel clínico y lo proponen como una nueva diana para su diagnóstico.

La enfermedad de Parkinson es aún una desconocida

Aunque estas sustancias halogenadas son fundamentales para el correcto funcionamiento del sistema nervioso, un exceso puede provocar la muerte de las neuronas por estrésoxidativo, esto es, cuando sufren oxidación y se quedan sin los nutrientes para el desarrollo de sus funciones. La clave, según indican los expertos, podría estar en la acción de las enzimas responsables de la síntesis y eliminación de estos compuestos. Al descontrolar su trabajo producen más compuestos oxidativos que degeneran las células nerviosas. Así, la aparición de los síntomas de la enfermedad también se acelera.

Imagen de ovillos intraglandulares provocados por el depósito anormal de alfa-sinucleina inducido por los compuestos halogenados. / Reservados todos los derechos de esta fotografía por Emilio Fernández Espejo.

Ovillos intraglandulares provocados por el depósito anormal de alfa-sinucleina inducido por los compuestos halogenados. Reservados todos los derechos de esta fotografía por Emilio Fernández Espejo.

Además, han replicado el análisis en ratones confirmando que estas sustancias aumentan y dañan en la misma medida que en el ser humano. A través de la técnicas inmunológicas, también han podido demostrar que los compuestos halogenados inducen el depósito anormal de una proteína que provoca ovillos neuronales y que es característica de la enfermedad.

Las hipótesis de las que partían los expertos se basaba en investigaciones de la última década en las que se han detectado la presencia de proteínas anómalas en el organismo de los enfermos. Con este estudio se incluye un nuevo elemento que se debe tener en cuenta en los diagnósticos y posibles tratamientos de la enfermedad de Parkinson.


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