Un equipo de investigadores españoles, pertenecientes a las universidades de Granada y Valencia, ha encontrado un nuevo mecanismo para el control de los gusanos intestinales, que posee importantes implicaciones en el tratamiento de algunas patologías inflamatorias del aparato digestivo.
Un equipo de investigadores españoles, pertenecientes a las universidades de Granada y Valencia, ha desarrollado un nuevo mecanismo para el control de los gusanos intestinales, que posee importantes implicaciones en el tratamiento de algunas patologías inflamatorias del aparato digestivo como la enfermedad de Crohn, un proceso inflamatorio crónico del tracto intestinal.
Dentro de los nematodes parásitos humanos son las lombrices blancas (oxiuros) las que son de entre parásitos humanos, los menos patógenos y más conocidas por nuestra población, se encuentran en el intestino grueso de muchos niños. Su infección provoca un picor intenso, aunque no se considera grave.
Por su parte, la enfermedad de Crohn es un proceso inflamatorio crónico del tracto intestinal principalmente. Aunque puede afectar a cualquier parte del tracto digestivo desde la boca hasta el ano, más comúnmente afecta la porción más baja del intestino delgado (íleon) o el intestino grueso (colon y recto). Se trata de una enfermedad inmunológica inflamatoria a nivel intestinal, y actualmente no se sabe bien por qué se desencadena.
Nuevos avances
La investigación liderada por la UGR ha utilizado como modelo el gusano Aspiculuris, un parásito intestinal, presente en ratones, similar a los oxiuros humanos. El trabajo muestra que la disminución de los niveles de IL-23 (una proteína parecida a las hormonas que sirve para regular el sistema inmunológico inflamatorio) que se produce al administrar anticuerpos frente a ella provoca que los parásitos sean incapaces de implantarse en el intestino de los animales tratados.
Los resultados, publicados en la revista Scientific Reports (del Grupo Nature), demuestran la existencia de un mecanismo de regulación entre la respuesta inflamatoria y la respuesta alérgica a nivel de mucosa intestinal.
“Hasta ahora, se pensaba que había un sistema de regulación entre la respuesta alérgica y la respuesta antiviral –explica el catedrático de Parasitología de la UGR y autor principal de este trabajo, Antonio Osuna Carrillo de Albornoz-. Es decir: cuando había mucha respuesta alérgica la respuesta antiviral estaba baja y al contrario. Nosotros hemos comprobado que, cuando la respuesta inflamatoria es alta, la respuesta Th2 (alérgica) a nivel intestinal es baja, y cuando esta última es baja, la inflamatoria sube”.
En este trabajo, los investigadores españoles han detectado y descrito por primera vez que a nivel de intestino existe esta regulación, con las importantes implicaciones mencionadas en el campo de las enfermedades inflamatorias intestinales.
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