Córdoba /
19 de mayo de 2020

Los suelos contaminados determinan las características de las raíces

Fotografía ilustrativa de la noticia

El profesor de la Universidad de Córdoba Rafael Villar participa, junto a personal investigador del IRNAS – CSIC y Universidad de Sevilla, en el estudio de la variación de 27 rasgos de las raíces en siete especies de árboles plantadas en el Corredor Verde del Guadiamar en Sevilla, una zona con contaminación residual de metales pesados tras el accidente del vertido de las minas de Aznalcóllar hace 22 años.

Las raíces de los árboles tienen múltiples funciones esenciales para su crecimiento y supervivencia. La adquisición de nutrientes y agua del suelo, el almacenamiento de reservas, o el anclaje al sustrato mantienen vivas a las plantas. Además, los rasgos de las raíces se adaptan a las limitaciones físicas: se alargan y ‘adelgazan’ en suelos secos para buscar el agua lejana o se acortan en suelos muy compactados. Gracias a estos poderes, las raíces se convierten en un pilar muy importante de la estrategia de supervivencia de los árboles.

Plantaciones con diversas especies arbóreas en el Corredor Verde del Guadiamar (foto: T. Marañón).

Si los rasgos de las raíces reflejan y responden a las características de los suelos,  el estudio de las variaciones en estos rasgos ayudará a predecir las repuestas de los bosques a los cambios globales, incluida la contaminación del suelo. En busca de las principales tendencias en la variación de los rasgos de las raíces, el profesor del departamento de Botánica, Ecología y Fisiología Vegetal de la Universidad de Córdoba participó, junto a personal investigador del IRNAS – CSIC y Universidad de Sevilla, en el estudio de la variación de 27 rasgos de las raíces (morfológicos, químicos e isotópicos) en siete especies de árboles plantadas en el Corredor Verde del Guadiamar en Sevilla, una zona con contaminación residual de metales pesados tras el accidente del vertido de las minas de Aznalcóllar hace 22 años.

En este estudio, las condiciones del suelo y la contaminación por metales afectaron a los rasgos de la raíz. La tendencia principal de variación de los rasgos radicales apoya la hipótesis del “espectro de economía de la raíz”, según la cual, los árboles que crecen en ambientes favorables desarrollan raíces más largas y ligeras para maximizar la adquisición de recursos, mientras que los árboles que crecen en ambientes adversos desarrollan raíces más densas y más cortas, con el objetivo de gastar menos recursos. En este sentido, la contaminación promueve el ajuste de los rasgos de raíz en la planta, encontrando raíces más cortas en suelos contaminados.

El estudio también concluye que existe, en general, una coordinación entre las raíces y las hojas. La adquisición rápida de agua y nutrientes por las raíces va en consonancia con una rápida captura y procesado de carbono por las hojas. Sin embargo, se encontró una discordancia notable entre raíces y hojas a la hora de procesar elementos traza (contaminantes como arsénico, plomo o cadmio). Estos elementos tóxicos quedan ‘atrapados’ en las células radicales y no se transfieren a la hoja, quedando inmovilizados en la raíz. De esta manera, la plantación de estas especies mediterráneas podrían tener un elevado poder de ‘fitoestabilización’ eliminando del suelo los metales pesados que lo contaminan.


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