El proyecto europeo C.A.R.A.V.A.N (Toward a CAmel tRAnsnational VAlue chain) en el que participa España a través de investigadores de la Universidad de Córdoba, Francia, Italia, Túnez, Argelia y Marruecos, trabaja con el fin de mejorar el sector del camello a través de estrategias como la de la mejora genética, hasta convertirlo en un sector atractivo que aumente la calidad de vida de productores y ayude a fijar población, evitando que quienes viven en las zonas desérticas desfavorecidas del Mediterráneo tengan que abandonar sus territorios.
El sector de la cría de camello está muy extendido en el norte de África, donde predomina la producción de carne y leche a partir de este animal, además de su uso como fuerza de trabajo y como reclamo turístico para quienes conocen el desierto subidos entre sus jorobas. A pesar de su implantación y del triple aprovechamiento del animal (carne, leche y trabajo), el sector está bastante atomizado y presenta fallas por las que se escapan beneficios potenciales.
La organización de la crianza y la revalorización de los sistemas de producción del camello a través de la selección de los mejores ejemplares unida a una transnacionalización de esa cadena que permita el comercio de los productos alimentarios en un mercado de alta valorización en Europa como el ‘gourmet’ se perfilan como líneas de acción para el desarrollo económico de las comunidades locales que trabajan con ellos.
En este contexto nace el proyecto europeo C.A.R.A.V.A.N (Toward a CAmel tRAnsnational VAlue chain) en el que España, Francia, Italia, Túnez, Argelia y Marruecos trabajan conjuntamente con el fin de mejorar el sector del camello a través de estrategias como la de la mejora genética, hasta convertirlo en un sector atractivo que aumente la calidad de vida de productores y ayude a fijar población, evitando que quienes viven en las zonas desérticas desfavorecidas del Mediterráneo tengan que abandonar sus territorios.
El catedrático de Genética de la Universidad de Córdoba y responsable del grupo de investigación ‘Mejora y conservación de recursos genéticos de animales domésticos’, Juan Vicente Delgado, es el encargado de coordinar este proyecto con clara connotación de transferencia Norte – Sur. Junto con el grupo ‘Mejora y conservación de recursos genéticos de animales domésticos’ del departamento de Genética de la UCO buscan establecer un esquema de selección genética moderno y efectivo en dromedarios.
Antes de establecer el protocolo de selección genética, se dieron pasos previos: el encuestado a productores para saber qué características eran las que se necesitaban mejorar en los ejemplares. ¿Camellos más fuertes? ¿Con mejor pisada? No. Lo que más preocupa a quienes trabajan con este mamífero es su carácter. La dificultad en el trato con estos animales es lo que hace que se necesiten más horas de trabajo y mayor número de personal para controlarlos.
Esto es muy importante en el sector turístico (el principal en España, donde sólo hay una explotación de ordeño), pero también en el de la carne y la leche ya que la mejora del comportamiento se verá reflejada en una reducción de gasto de personal y un aumento de los beneficios.
La UCO trabaja la mejora genética a través del desarrollo de un protocolo propio de calificación morfológica lineal que permite explicitar la relación entre la forma y la función identificando variables en la morfología del camello que estén fuertemente relacionadas con la performance o capacidad de trabajo.
Ante la imposibilidad de hacer calificación lineal directa por la dificultad en el trato físico con el camello, se han propuesto como solución el estudio a través de películas que muestran los especímenes en un eje de 360º y de fotografías que son posteriormente analizadas por un software específico. En la parte comportamental, el grupo de investigación realiza un protocolo para identificar las funciones cognitivas del camello y así seleccionar los más dóciles y lo que aprendan más rápido.
Hasta 2020 se trabajará en la calificación de los animales y en las evaluaciones genéticas, pero también en solventar puntos críticos como las cuestiones sanitarias que actualmente impiden consumir de forma masiva productos derivados del camello en la Unión Europea.
Con unos productores seguros de que la inversión que hacen en la cría y doma de un camello no será en vano porque este tenga un comportamiento negativo (lo que generaría pérdidas económicas) y unas vías comerciales extensas y robustas para sus productos se abre un oasis de futuro en el escenario de las poblaciones que tienen al camello como sustento de vida.
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