Ejemplo de figura en miniatura. Fuente: Impresionarte.

Detrás de Studio Impresionarte están Daniel Moya y Carolina Soto, arquitecto técnico él, publicista ella, ambos de la Universidad de Sevilla. En 2012 deciden apostar por la tecnología 3D abriendo en la capital andaluza un estudio de fotografía e impresión tridimensional desde el que crean sus originales esculturas: reproducciones exactas de personas en tamaño mini a las que no les falta detalle.

Las esculturas, formadas por finísimas capas superpuestas de 0,1 milímetros de espesor, se realizan en un material compuesto fundamentalmente por polvo de yeso que se compacta mediante una inyección de tinta de diversos colores. “Estos pigmentos nos dan la posibilidad de imprimir en distintas tonalidades con lo cual la réplica obtenida es exacta al original”, continúa el emprendedor.

El procedimiento seguido es muy sencillo. “El interesado es escaneado en el estudio con un escáner tridimensional en la postura y con la ropa que él desee. Puede ir acompañado, incluso, por otra persona o animal”, explica a la revista i+Descubre Daniel Moya. Tras el escaneo, se genera el archivo digital que servirá de modelo para la impresión 3D.

Reproducción a través de impresión 3D. Fuente: Impresionarte.

‘Miniyos’

Los ‘miniyo’ se presentan en formatos y precios variados. El más pequeño -79 euros-, a escala 1/14, es decir, lo que mida la persona o el objeto dividido entre 14. “Así obtenemos las proporciones, un dato a tener en cuenta cuando se trata de imprimir en el mismo bloque a dos personas o una persona y un accesorio”, aclara Daniel.

No obstante, el tamaño -y el coste-, se incrementa hasta llegar a la versión más grande, de la escala 1/08. Por ejemplo, para una persona de 175 cm de estatura, su propia escultura 3D variará desde los 12,5 centímetros en la talla ‘XS’ hasta los 21,88 centímetros en la talla ‘XL’, la de mayor tamaño.

Studio Impresionarte es la primera y, hasta el momento, única empresa en Andalucía que desarrolla este tipo de miniesculturas. Lo indica su promotor: “Queríamos ofrecer un producto diferente y asequible que también sirviera para acercar la impresión 3D al usuario de a pie”.

Si bien las esculturas son una novedad, no son lo único que puede reproducirse en tres dimensiones. “Esta tecnología no tiene límites. Se puede imprimir cualquier objeto que quepa en la imaginación del ser humano”, apostilla.