Granada /
16 de junio de 2021

¿Es el fósforo recuperado de ecosistemas acuáticos un buen fertilizante para las plantas?

Fotografía ilustrativa de la noticia

Autoría: Diego Márquez / Fundación Descubre

Un equipo de investigadores ha desarrollado una nueva técnica para devolver a la tierra este elemento químico, acumulado de forma artificial en la laguna Honda de la Albufera de Adra, utilizándolo como fertilizante.

La acción humana siempre deja en la naturaleza su huella, y el exceso de nutrientes inorgánicos como el fósforo en ecosistemas acuáticos es una de ellas. La ciencia ha venido trabajando con éxito en la retirada de este elemento químico con métodos que también ha aplicado a las aguas residuales.

Para cerrar este círculo, un equipo de investigadores de la Universidad de Granada (UGR) y del Instituto de Formación Agraria y Pesquera de Andalucía (IFAPA) ha ido un paso más allá y ha desarrollado una técnica que permite recuperar el fósforo de los ecosistemas acuáticos y utilizarlo como abono de diferentes especies de plantas como el melón, el pepino y la albahaca. La selección de estas especies se basó, entre otros factores, en su rápido crecimiento.

Planta germinada en el experimento de fertilización en el IFAPA. Foto: UGR.

La base de estos trabajos hay que buscarla en las lagunas de la Albufera de Adra (Almería), y en aproximadamente una década de investigación científica en el Instituto del Agua de la UGR. Allí se ha perfeccionado un método para la mejora de la calidad del agua a través de adsorbentes magnéticos, que funcionan a modo de imán de la mayor cantidad posible de fósforo sin dejar rastro.

La investigación publicada ahora en la revista Journal of Environmental Management ha tenido como principal objetivo devolver este mineral a la tierra aplicando el concepto de economía circular. “Se ha evaluado la viabilidad de usar el fósforo recuperado de ecosistemas acuáticos eutrofizados como fertilizante líquido”, resume la investigadora de la UGR Inmaculada de Vicente, responsable principal de estos trabajos.

Las semillas de las especies seleccionadas fueron distribuidas en macetas con un sustrato pobre de nutrientes, y se regaron con tres soluciones nutritivas diferentes, además de con otra de control solo con agua.

Durante un mes, el equipo investigador andaluz estuvo midiendo cada dos o tres días en el IFAPA Camino de Purchil de Granada la altura de los tallos de las plantas de cada una de las macetas.

Pasado este tiempo, las cortaron para medir también la biomasa de su parte aérea y subterránea, así como su concentración de fósforo. “Observamos que las plantas responden bien a estas soluciones nutritivas, en comparación con cuando solo se las riega con agua”, agrega la científica.

Combinación con otros nutrientes

A la hora de diseñar las tres soluciones nutritivas, se ha combinado el fósforo recuperado con macronutrientes, como el potasio, el calcio o el nitrógeno, y con micronutrientes, como el hierro, el manganeso o el zinc.

La investigadora Inmaculada de Vicente, de la Universidad de Granada. Foto: UGR.

Lo primero que ha quedado demostrado es que el fertilizante líquido basado en el fósforo recuperado acelera el crecimiento y, en concreto, que el tratamiento que mejor funciona es el que está basado en la combinación que incluye, además del fósforo recuperado, macro y micronutrientes.

Así, este estudio ha demostrado la conveniencia de utilizar el fósforo recuperado procedente de los ecosistemas eutrofizados como fertilizante líquido. “Se puede así convertir un problema en una solución, y dar al fósforo un valor añadido, transformándolo en un buen fertilizante en su vuelta al ecosistema terrestre de donde un día se extrajo”, señala De Vicente.

Es, en este contexto, una aportación a lo que se conoce como economía circular, el modelo económico que apuesta por los recursos biológicos renovables. El fósforo ha ganado un valor añadido y se ha transformado en un buen fertilizante en su vuelta al ecosistema terrestre de donde un día salió como consecuencia de la acción humana.


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