Córdoba /
24 de octubre de 2019

En busca del aceite rico en vitamina E

Fotografía ilustrativa de la noticia

Autoría: Jorge Molina / Fundación Descubre

Científicos andaluces han descubierto que las variedades ‘Picual’ y ‘Arbequina’, las dos de mayor nivel de comercialización, producen descendientes con alto contenido en vitamina E, sustancia de efectos comprobados en la salud cardiovascular. El estudio apunta también que los frutos más maduros cuentan con menos dosis de ese compuesto.

El corazón agradece el consumo de un aceite con la calidad que alcanza el de oliva virgen extra. La Fundación Española del Corazón confirma que la salud cardiovascular mejora gracias a un zumo natural que reduce el colesterol malo, eleva el bueno, y previene trombosis o diabetes. Además, es una fuente de vitamina E, un antioxidante que, también, previene el envejecimiento y beneficia de forma directa a la piel.

Obtención de aceite para su posterior análisis.

Para aprovechar estas ventajas, investigadores del Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera de Andalucía (IFAPA) Alameda del Obispo, en Córdoba; y del Instituto de la Grasa (CSIC), en Sevilla, han identificado variedades de olivo con alto contenido de vitamina E. Tras analizar 126 ejemplares que obtuvieron del cruce entre olivos de aceituna ‘Picual’ y de ‘Arbequina’, hallaron que algunas producen aceites con muy alto porcentaje de de esta sustancia, beneficiosa para el sistema cardiovascular. Los expertos sostienen que el aceite extraído a partir del cruce de estos dos tipos de olivo cultivado, los más extendidos comercialmente a escala mundial, mejoraría el efecto beneficioso para el organismo.

El trabajo constata también otros dos factores que influyen en la presencia de vitamina E. “A medida que madura la aceituna, disminuye el contenido de ese nutriente, por lo que una recomendación, con excepciones, es la de adelantar la cosecha”, señala a la Fundación Descubre el investigador del IFAPA Lorenzo León.

La investigación, ejecutada a lo largo de una década, eligió 2 de 96 variedades de olivo –entre ellas, las 36 de la colección nuclear, que representan el mayor porcentaje de diversidad genética de la especie–. Los científicos habían analizado previamente la presencia de vitamina E en esas 96 variedades, comprobando que lideraban esa característica las llamadas ‘Llumeta’, ‘Megaritikki’ y ‘Dokkar’. Finalmente, seleccionaron las 2 que cuentan con más hectáreas cultivadas, la ‘Picual’; y la que se halla representada en todos los países productores, la ‘Arbequina’.

El estudio comenzó en 2006 con los cruces entre subespecies. Tras la espera para que los nuevos árboles dieran frutos evaluables, los expertos recogieron y extrajeron muestras de aceites de oliva virgen de 126 variedades. “Estos descendientes del cruzamiento mostraron una gran variación en cuanto a rendimiento de vitamina E, algunos de ellos ofreciendo un altísimo contenido”, añade León. Las futuras investigaciones se centrarán en conocer con exactitud esa variedad, sin descartar entonces los análisis genéticos.

De izquierda a derecha: Raúl de la Rosa, Angjelina Belaj y Lorenzo León.

La investigación de los expertos supone el punto de partida para el registro final en la Oficina Comunitaria de Variedades Vegetales, paso previo a obtener la licencia que permita comercializarla. El IFAPA ha participado junto a la Universidad de Córdoba en la inscripción de tres con anterioridad.

Primeros pasos

La posibilidad de que la variedad de alto contenido en vitamina E termine utilizándose en la agricultura industrial también dependerá del buen resultado de sus otras características agronómicas, como por ejemplo la tasa de crecimiento o la resistencia a enfermedades, de forma que la rentabilidad sea suficiente.

No hay dos aceites de oliva virgen extra iguales en el sabor. En eso parece difícil de mejorar este alimento que siempre se halla en un nivel de excelencia. Para lo más importante, mejorar su rendimiento cara a la salud, está la ciencia.


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