Un equipo de investigación de la Universidad de Málaga ha validado un sistema para la identificación de evidencias que indiquen algún rastro de vida en el planeta rojo. En concreto, usan LIBS, uno de los métodos analíticos que utiliza el Perseverance, dedicado a establecer la composición atómica de rocas, minerales y suelos. Ahora, los expertos lo plantean, además, como un instrumento válido para localizar material orgánico.
¿Existe vida extraterrestre? Es una de las cuestiones que el ser humano lleva planteándose desde hace siglos. La literatura, el cine y las religiones han dado múltiples formas a seres de otros mundos que, llegado el caso, podían interactuar con los terrícolas.
La realidad es muy distinta. Hasta el momento, no hay evidencias que sugieran que exista algún tipo de vida en otros planetas, ni si la ha habido en algún momento de su historia. Pero ¿sería posible descubrirlo desde el punto de vista científico?
Lejos de los personajes que podrían venir a la mente cuando se habla de vida extraterrestre, lo que los investigadores buscan son los restos de elementos químicos que dejan su huella en las rocas a pesar del paso del tiempo. Es lo que llaman biofirma.
En la Tierra existe tecnología que data esas muestras biológicas de miles de millones de años y detecta las huellas de esos elementos y moléculas que delatan dónde y cuándo hubo vida. ¿Es posible replicarlo en la misión a Marte, por ejemplo?
Aquí es donde interviene un equipo de investigación de la Universidad de Málaga. Ha dado respuesta a este supuesto ampliando la funcionalidad de un sistema ya incorporado en el Perseverance, llamado espectroscopía de análisis inducida por láser (LIBS, por sus siglas en inglés). Hasta el momento, analiza la composición de materia inorgánica en la superficie marciana. Ahora también podrá detectar la huella orgánica.
El robot rover Perseverance se lanzó en julio de 2020 con el objetivo de recolectar y analizar muestras de la superficie de Marte utilizando un conjunto de tecnologías entre las que se incluye LIBS. Este sistema podría servir también para detectar compuestos orgánicos en las rocas del planeta rojo. Este avance permitiría descubrir la presencia de cualquier forma de vida en algún momento de la historia marciana.
Así lo han confirmado los expertos en un artículo publicado en la revista Spectrochimica Acta Part B: Atomic Spectroscopy: “Este modelo de análisis de materiales puede ser una buena opción para determinar la presencia de huellas biológicas en el planeta vecino de una manera rápida y eficaz”, indica a la Fundación Descubre el investigador de la Universidad de Málaga, José Javier Laserna, autor del artículo.
Además, el Perseverance analiza rocas que se encuentran hasta 7 metros de distancia, lo que multiplica las posibilidades en la recogida de muestras que puedan estar inaccesibles. Concretamente, el sistema consiste en la emisión de un haz de luz pulsada sobre cualquier superficie de manera que la temperatura evapora el material que contiene y queda disponible para conocer su composición atómica con gran precisión.
La composición química de las rocas es siempre similar. Lo que distingue a un tipo de otra es el porcentaje de los elementos que contienen, la estructura y su organización atómica. Si en algún momento de su formación o erosión se hubiera incluido en ellas algún material orgánico, habría dejado una huella. Esta biofirma es lo que los expertos pretenden rescatar eliminando la posibilidad de obtener resultados confusos por la interacción de los compuestos atmosféricos que podrían intervenir en la recogida de las muestras mediante LIBS.
Así, los expertos proponen este sistema como una opción válida en la búsqueda de restos de carbono, hidrógeno y nitrógeno en sus múltiples fórmulas en la superficie de Marte. Concretamente, para la detección de radicales como el cianógeno (CN), el carbono dímero (C2) o los aminos (NH). Si se encontrara en Marte alguna de estas moléculas significaría que existieron compuestos nitrogenados, aromáticos o aminas, sustancias orgánicas que determinarían la presencia en el pasado de alguna forma de vida.
Siguiendo las huellas de la vida
Sin embargo, reconocer residuos orgánicos en materiales mediante la técnica LIBS puede verse afectado por diversas circunstancias. Por ejemplo, la presencia de dióxido de carbono en la atmósfera marciana interacciona con los gases emitidos de los materiales en el momento de la toma de la muestra por LIBS, lo que puede provocar confusión en los resultados.
Aún así, los expertos han demostrado en un espacio simulado en laboratorio la validez del sistema en la identificación de biofirmas en los materiales a pesar de la complejidad de las reacciones de la formación, fragmentación y evolución.
Aunque LIBS no es el método analítico idóneo para la identificación de moléculas orgánicas, en este caso se propone como el primero de los pasos para descubrirlas en Marte. El terreno tan accidentado del planeta hace que el Perseverance no tenga acceso a ciertos objetivos que puedan ser de interés. Sin embargo, LIBS permite, además de la obtención de datos de manera inmediata, la toma de muestras a una distancia de hasta 7 metros.
Si LIBS detecta la presencia de material orgánico habría que seguir profundizando en la composición con otros métodos más precisos como la espectroscopía infrarroja, con la que se obtendría un mapa más detallado de la muestra, y así concluir si realmente Marte tuvo vida o no en algún momento desde su formación.
Lo que la literatura y el cine nos traigan después de que se produjeran esos hallazgos vuelve de nuevo a la ciencia ficción. No sabremos aún si fueron seres unicelulares o simios emigrados de otros planetas, pero sí tendremos la certeza de no ser los únicos del sistema solar que vieron vida en su superficie.
Más información en #CienciaDirecta: Proponen un método de análisis rápido para encontrar huellas biológicas en Marte
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