Elaboraciones ‘fabulosas’ desde la curiosidad
El ‘Taller de Fabricación Digital FabLab Sevilla’ se encuentra ubicado en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad de Sevilla. Se trata de un espacio abierto al público cuyo funcionamiento está basado en un conjunto de equipos controlados por ordenador -cortadoras láser y de vinilo, fresadoras o impresoras 3D- que se pueden utilizar para producir cualquier prototipo o diseño imaginable. Entre ellos, por ejemplo, relieves, maquetas de urbanismo y arquitectura, letras corpóreas, mobiliario o incluso drones.
¿Ha imaginado alguna vez cómo cambiaría su vida si fuera capaz de soñar y crear cualquier tipo objeto a su antojo, sin la necesidad de ceñirse al diseño propuesto por las grandes superficies? El doctor Neil Gershenfeld, director del ‘Media Lab’ del Instituto de Tecnología de Massachusetts –Boston, Estados Unidos-, fue el primero en responder a esta pregunta en el año 2001 y José Pérez de Lama y Manuel Gutiérrez, investigadores de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad de Sevilla, los responsables de trasladar a Andalucía una iniciativa que hoy día engloba a más de 50 países. Se trata del ‘Laboratorio Fabuloso’ o ‘FabLab’, un lugar donde se puede producir “casi” cualquier cosa. Entre todos los talleres repartidos alrededor del mundo, más de 300, el patrón en común es siempre el mismo: garantizar unas instalaciones donde las personas se reúnan para crear, colaborar y compartir recursos y conocimientos.
En concreto, en Sevilla está el ‘Taller de Fabricación Digital FabLab Sevilla’, un espacio que se inauguró el pasado agosto de 2011 y que se encuentra ubicado en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad de Sevilla. “Es el tercero constituido en España y el primero perteneciente a una institución pública”, explica el responsable de ‘FabLab Sevilla’, Juan Carlos Pérez. Su funcionamiento es sencillo, dispone de un conjunto de máquinas controladas por ordenador -cortadoras láser y de vinilo, fresadoras o impresoras 3D- que se pueden utilizar para producir cualquier prototipo o diseño imaginable con visos de utilidad en el presente o futuro. “Tratamos de garantizar el acceso de la comunidad a la tecnología, los expertos y las ideas que cambien sus vidas o el mundo. Somos los primeros de Andalucía, aunque nuestro deseo es que exista uno en cada provincia. Es como tener una biblioteca, es decir, un lugar donde compartir cualquier tipo de tecnología”, enfatiza.
“Lo más importante es ser una persona curiosa”, revela el experto. Efectivamente, éste es el único requisito indispensable que señala Juan Carlos Pérez para todos aquellos que deseen formar parte, en algún momento, de ‘FabLab Sevilla’. A partir de la curiosidad, prosigue el especialista, se experimenta un clima de colaboración donde todos salen beneficiados: “Tanto usuarios como mentores o responsables se fortalecen ya que aprenden entre sí, obteniendo además un mayor conocimiento acerca de las máquinas, los materiales, el proceso de diseño o la tecnología que se dedica a la invención y la innovación de los objetos”. Entre los prototipos fabricados están, por ejemplo, relieves, maquetas de urbanismo y arquitectura, piezas ‘a medida’ para la construcción de otras máquinas o incluso drones.
Para todos los públicos
Las puertas de ‘FabLab Sevilla’ están siempre abiertas. El ritmo de personas que entran y salen es constante. Existen pocos momentos de calma entre las 9.00 y las 14.00 horas que permanece habilitado el taller en horario estival. “Nuestra rutina diaria es vertiginosa, no paramos y eso nos encanta”, comenta Pérez. En efecto, se trata de un espacio abierto al público. Es transversal, es decir, cualquier persona con espíritu “inquieto” y pasión por la tecnología puede acercarse al campus universitario de Reina Mercedes para despertar su curiosidad. “Recibimos mucho talento y solo pedimos que documenten las cosas, sobre todo los fallos. Ésta es la mejor forma de no cometer los mismos errores y avanzar”, sostiene.
Desde su inauguración hace casi un lustro, a este ‘laboratorio fabuloso’ llegan estudiantes, profesores o aficionados a la tecnología procedentes de cualquier rincón de España. “Algunos de ellos, cuando entran a nuestro taller, no tienen ningún tipo de formación específica en ingeniería, tan sólo ideas originales”, comenta. Lo más importante, apunta Pérez, es la formación. “Es fundamental compartir el conocimiento y ofrecerlo a la comunidad, ya que nos permite acercarnos a cualquier estrato de la sociedad, desde los colegios hasta la universidad”, destaca. De este modo, el paso por ‘FabLab Sevilla’ también supone un impulso en la carrera académica o profesional de los visitantes. “Los jóvenes valoran lo aprendido aquí porque puede repercutir positivamente en su futuro”, sostiene el experto.
Asimismo, este tipo de espacios están destinados a los más pequeños, ya sea mediante charlas en los centros educativos o visitas de los propios escolares a ‘FabLab Sevilla’. “Conocer de primera mano un laboratorio de producción digital y comprobar que en sus institutos pueden, con ganas y escasa inversión, dar el paso tecnológico de producir sus propios diseños es uno de nuestros objetivos”, subraya Pérez. Y añade: “Es sorprendente todo lo que pueden hacer si somos capaces de despertar su curiosidad e inquietud”.
Maquinaria e ingenio
Todas las máquinas que se pueden encontrar en el ‘FabLab Sevilla’ emplean similar tecnología que el resto de talleres pertenecientes a la red mundial de ‘laboratorios fabulosos’ repartidos por el mundo. De esta forma, es posible elaborar proyectos conjuntos, impartir clases a nivel global o colaborar en actividades de investigación y desarrollo. “El concepto es el mismo, un conjunto de herramientas que se ponen al servicio de los usuarios para mejorar su vida cotidiana”, revela.
En concreto, ‘FabLab Sevilla’ dispone de dos fresadoras que permiten realizar modelos tanto en 2D como en 3D a partir de diseños desarrollados por los usuarios, como letras corpóreas o mobiliario. “La cortadora se desplaza acercándose a las zonas a ‘dibujar’, permitiendo obtener formas diversas, desde superficies planas a otras más complejas”, manifiesta Pérez.
Además, cuenta también con dos cortadoras láser que pueden trabajar sobre materiales diversos como cartón, papel, metacrilato, determinados plásticos o madera. “Su precisión es alta, de 0, 2 milímetros”, indica el especialista. Por último, están la cortadora de vinilo y las impresoras 3D, estas últimas capaces de transformar archivos electrónicos en prototipos reales de tres dimensiones. “Hemos contabilizado, entre estudiantes y profesores de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Sevilla, la fabricación de 11 impresoras 3D autoconstruídas por ellos mismos”, comenta.
No obstante, no se trata de tener un tipo u otro de maquinaria, más o menos costosa o avanzada, apunta Pérez, el verdadero objeto o filosofía de ‘FabLab Sevilla’ es permitir el desarrollo del talento de todo aquel que quiere mejorar su vida o la de su entorno a partir de la tecnología. “Ayudamos a las personas a ayudarse a sí mismas y a los demás”, explica. De este modo, el concepto de innovación se presenta bajo un prisma diferente. “Es algo mucho más que una patente, hablamos de cualquier avance que permita reducir los costes de producción, acercar la tecnología a aquellos que no se la puedan permitir o adaptar los equipos a nuevos usos, desde industriales a investigadores”, concluye Pérez.
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