Sevilla /
20 de octubre de 2020

El agua determina que una planta exótica desplace a la autóctona

Fotografía ilustrativa de la noticia

Autoría: Jorge Molina / Fundación Descubre

Un equipo de investigación de la Universidad de Sevilla ha comprobado que una especie foránea, llegada en los años 50 desde el Golfo de México, ha conseguido imponerse a las nativas por una utilización más rentable de los recursos hídricos, de la luz y de los nutrientes. El vegetal domina hasta tal punto el ecosistema que cambia la forma de las zonas arenosas en las que se asienta.

La presencia de especies exóticas, tanto de fauna como de flora, resulta uno de los mayores problemas ambientales, acrecentado por el continuo trasiego de mercancías o incluso el tráfico de ejemplares. El catalogo español de especies exóticas vegetales se ha incrementado este mes con tres especies nuevas, entre ellas la temida alga asiática. Conocer las ventajas que les permiten competir con éxito con las autóctonas es un factor para gestionar estos retos ambientales, que tantas veces adquieren consecuencias económicas.

Flor ‘Oenothera drummondii’

Un equipo del grupo de Ecología Funcional de Ecosistemas Terrestres y Acuáticos de la Universidad de Sevilla, con la colaboración de investigadores del Instituto de Ecología (INECOL) de México y de la Universidad Nacional Autónoma de México, ha comprobado que una planta invasora procedente del Golfo de México ha ganado terreno a otra especie autóctona en la costa andaluza, hasta tal punto que modifica la disposición y forma de las dunas. Los expertos han comprobado que la exótica utiliza la luz, el agua y los nutrientes de forma más eficiente que la especie nativa, además sufre menos estrés hídrico si la disponibilidad de agua es reducida y los niveles de radiación solar son altos.

Esta ventaja competitiva conlleva otro factor para el éxito: la alta tasa de fotosíntesis de la especie aumenta su obtención de alimento incluso cuando se halla por debajo de sus niveles normales en centro América. “Al poder mantener los poros por donde la planta capta y libera gases –los estomas- abiertos durante más tiempo, proporciona la necesaria entrada de CO2 que se convertirá en materia orgánica”, indica a la Fundación Descubre el investigador de la Universidad de Sevilla Juan Bautista Gallego.

El estudio abunda en uno de los fenómenos más recurrentes a escala global, el de la expansión de especies, analizando una concreta, la denominada Oenothera drummondii –conocida como onagra costera o hierba del asno-, a través de la comparación con la especie nativa Achillea marítima –perlina algodonosa-. En concreto, la foránea aprovecha mejor el agua en la zona invadida a pesar de disponer de menores precipitaciones que en su lugar de origen.

‘Oenothera’ y ‘Achilea’

Los científicos han constatado que la planta invasora modifica la forma de las dunas costeras en las que crece. Con la autóctona, forman cordones (barras arenosas elevadas) paralelos a la playa. Sin embargo, la invasora causa dunas tipo montículos de pequeña altura. “Como además retiene las arenas y estabiliza los promontorios que forma, reduce un tipo de hábitat exclusivo para especies nativas muy abundantes y con un papel muy relevante en la dinámica sedimentaria”, indica Gallego.

Los científicos acometieron el estudio comparando las dos especies durante un año con mediciones en las cuatro estaciones.

Costa de Cádiz

La planta llegó a Rota (Cádiz) durante el periodo de construcción de la base militar hispano norteamericana, encontrando en esta costa incluso algunas ventajas, en concreto a la hora de esparcir sus semillas. “Aunque su ecosistema original es tropical y de más elevadas lluvias, frente al verano de sequía andaluz, allí las semillas eran auto dispersivas, mientras que en la Costa de la Luz han encontrado la colaboración de conejos y liebres”, informa el investigador.

La especie está asentada en zonas dunares de Huelva y Cádiz donde, por su fructificación en verano, permite a esos herbívoros un alimento extra muy apreciado.

Un trabajo previo de este equipo analizó cómo afecta la especie invasora a la diversidad de la comunidad. Los expertos verificaron que las comunidades invadidas tienen menos número de especies nativas y la invasora ocupa la mayor parte del espacio de la zona de la duna con cubierta vegetal.

Duna no invadida.

Según el Ministerio de Transición Ecológica, España disfruta de 8.000 especies plantas vasculares, el 85% de las inventariadas en la Unión Europea. Las especies vegetales introducidas están en torno al 15%. En Andalucía viven 77 especies exóticas con el carácter de invasoras. Todo un reto para la ciencia.

Más información en #CienciaDirecta: Un uso más eficiente del agua permite a una planta invasora desplazar a una autóctona en las dunas atlánticas


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