Duelo al sol: la herencia del azufaifo contra la acción humana
Un equipo de investigación de la Universidad de Jaén ha confirmado que la variedad genética de un matorral en peligro de extinción aún persiste. A pesar del impacto sufrido en las últimas décadas y de la desaparición de muchas poblaciones, su longevidad y su capacidad de rebrote determinan que aún hay posibilidades de salvar esta especie, característica de zonas áridas y única en Europa.
El paisaje de Almería es sorprendente por su variedad. Ofrece desde kilométricas playas hasta dehesas frondosas, pasando por espacios de sierra nevada en los días más fríos del año y un desierto. Existen pocos lugares en el mundo que intercalan tanta diversidad en una sola provincia. Fue el escenario de miles de películas de western. Su especial paisaje, recordó a muchos directores cómo podría haber sido la América de los indios y vaqueros: un espacio sin apenas árboles, ramblas testigos del paso de un río y un matorral característico, actualmente en peligro de extinción, de unos dos metros de altura y un fruto parecido a la aceituna, llamado azufaifo.
“Un hombre debe conocer sus limitaciones”, sentenció Clint Eastwood, cuando paseaba por estos parajes revólver en mano. Y es que, en las últimas décadas, otro paisaje hace característica también a esta parte del sur de Europa: sus campos de invernaderos, mares de plástico que son visibles desde el espacio, y enormes urbanizaciones dedicadas al ocio de playa.
La concordia entre el progreso económico de la zona y la salvaguarda de su patrimonio ecológico ocupa el esfuerzo de los gestores y los investigadores en la actualidad. Así, un equipo de investigación de la Universidad de Jaén en colaboración con la Estación Experimental de Zonas Áridas, EEZA-CSIC y la Universidad de Liverpool han desarrollado un estudio publicado en la revista Conservation Genetics donde han confirmado que el azufaifo aún tiene esperanzas para no desaparecer como especie. A pesar de que hay pocos, su diversidad está a salvo al ser matorrales muy longevos y tener una alta capacidad de rebrote.
Los expertos han determinado que los situados en la península aún conserva la variabilidad genética que le permite mantenerse en el entorno, a pesar de la reducción de individuos de los últimos 60 años. Sin embargo, han observado que el futuro del azufaifo puede verse perjudicado, por lo que es necesario preservar su hábitat
Durante la investigación de 21 poblaciones de azufaifo distribuidas por las provincias de Almería y Murcia, se han hallado tres grupos genéticos principales. Estas poblaciones muestran grandes variaciones en cuanto al número de individuos.
Sin embargo, a la finalización de los trabajos, los investigadores descubrieron que una de esas poblaciones estudiada había sido destruida para la colocación de invernaderos, por lo que, tras este estudio, los datos han vuelto a modificarse por la acción humana. “Son ecosistemas emblemáticos a nivel mundial. El azufaifo es la clave de ese paisaje. De él depende la supervivencia de muchas de las especies vegetales de su hábitat. Los invernaderos, las zonas de turismo y recreo y la ampliación de las ciudades, están acabando con un matorral en peligro de extinción y que está señalado como prioritario para su conservación por las directivas europeas”, afirma a la Fundación Descubre la investigadora de la Universidad de Jaén Ana González Robles, autora del artículo.
Especies milenarias y economía
El azufaifo o azofaifo tiene grandes raíces que extraen agua de zonas profundas del subsuelo. Además, son creadores de biodiversidad donde se encuentren, ya que crean humedad junto a ellos que permite la proliferación de otras especies. Además, son refugio de distintos animales. Murcia y Almería suponen el 90% de estos hábitats en Europa, pero la acción humana los ha puesto en peligro, fundamentalmente por la agricultura y la construcción intensivas.
La diversidad genética determina la supervivencia y adaptación de las especies. Sin ella, muchas habrían desaparecido al no poder superar los desafíos del cambio en el ambiente. Por ello, es importante que una especie mantenga una alta variabilidad que le permitirá sobrevivir y adecuarse frente a cambios climáticos en su zona geográfica, llegada de nuevos predadores y enfermedades o desaparición de especies simbióticas, es decir, aquellas que conviven, se complementan y favorecen mutuamente. Sin diversidad genética las especies no evolucionan y desaparecen.
Los resultados del estudio ofrecen una visión esperanzadora en la preocupación por la supervivencia del Ziziphus lotus ya que se confirma que esta diversidad genética aún no se ha perdido. Todo depende de si se cumple lo que Eastwood dijo en 1973. Si esto es así, el azufaifo podrá seguir descansando y creciendo despreocupado al sol.
Más información en #CienciaDirecta: Determinan que el azufaifo mantiene una alta diversidad genética en el sureste de España
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