Diseñan una nueva manera de producir moldes antiadherentes alimentarios que permite a las pymes mejorar su creatividad
Científicos de la Universidad de Córdoba han desarrollado esta nueva fórmula que consiste en deformar simultáneamente la chapa metálica recubierta de teflón (material plástico muy resistente) junto a una chapa de PVC. Un punzón con punta redondeada va deformando poco a poco ambas chapas hasta alcanzar la forma deseada.
El universo amateur de tartas, muffins y pasteles de formas imposibles y las pequeñas y medianas empresas de repostería están de enhorabuena. Los moldes de sus creaciones dejarán de ser un problema si avanza el sistema diseñado por un equipo de investigación de la Escuela Politécnica Superior de la Universidad de Córdoba para fabricar moldes antiadherentes alimentarios a bajo coste.
Hasta ahora, había que recurrir a talleres especializados, dotados de grandes prensas y matrices, para fabricar los moldes por embutición. Una vez conformados, los moldes tenían que pasar por una planta de aplicación de recubrimientos antiadherentes. Este proceso solo es rentable cuando se fabrican varios miles de moldes iguales, lo que supone un obstáculo insalvable para pequeñas compañías.
Basándose en esta casuística, el grupo de investigación del Área de Fabricación de la Universidad de Córdoba ha desarrollado una nueva técnica que permite fabricar estas piezas en un centro de mecanizado, dando la vuelta a todo el proceso habitual. Este método alternativo desarrolla moldes a partir de chapas metálicas revestidas con recubrimiento antiadherente. Un proceso que, aunque es más lento, resulta más barato y de fácil manejo.
La nueva fórmula consiste en deformar simultáneamente la chapa metálica recubierta de teflón (material plástico muy resistente) junto a una chapa de PVC. Un punzón con punta redondeada va deformando poco a poco ambas chapas hasta alcanzar la forma deseada. El trazado seguido por el punzón responde a las directrices dadas por un ordenador, que fija el movimiento preciso que debe seguir.
Esta solución permite deformar la chapa metálica sin que en ningún momento se destroce el recubrimiento antiadherente, protegido por la chapa de PVC. De este modo, el molde obtenido es totalmente funcional, ya que cuenta con la forma y las propiedades necesarias para favorecer el desmoldeo y una adecuada limpieza.
Este estudio tiene una aplicación práctica “muy visible y a corto plazo”, según explica uno de los autores de la investigación publicada recientemente en la revista AppliedScience, Pablo Romero, puesto que “permite fabricar moldes con sencillez y en pequeños lotes”. A juicio de este investigador de la UCO, se trata de un nuevo sistema con una importante repercusión socioeconómica ya que “abre una puerta a la puesta en marcha de nuevos negocios dedicados a fabricar moldes destinados a pequeñas y medianas empresas y que cualquier taller mecánico existente amplíe su vía de negocio con este nueva fabricación, centrada en el recubrimiento de chapas planas y moldeado posterior, y a un coste competitivo”.
Este estudio realizado en la UCO es un aliciente para las empresas agroalimentarias puesto que encontrarán en esta técnica una vía rápida y barata para la fabricación de series cortas de moldes antiadherentes. Para desarrollar este nuevo sistema, el Área de Fabricación de la Universidad ha contado con el apoyo del Plan Propio de Investigación de la Universidad de Córdoba y la colaboración de la empresa de aplicaciones antiadherentes Tecnimacor.
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