El investigador Maximino Redondo de la Universidad de Málaga lidera este estudio iniciado en marzo y que cuenta con financiación del Instituto de Salud Carlos III y de la Junta de Andalucía. Ahora, ha recibido una inyección económica para ncluir en el desarrollo de esta futura herramienta predictiva nuevas variables de exposición biológicas y genéticas, en concreto, la carga viral y la expresión de genes asociados a la respuesta inmune y la inflamación, respectivamente.
Construir modelos predictivos capaces de pronosticar la evolución en la infección por Covid-19 en pacientes graves es el objetivo de un equipo de investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Málaga (UMA), también pertenecientes al Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (IBIMA).
Se trata de un estudio en marcha desde marzo, financiado con 141.500 euros por el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), que recientemente ha recibido una nueva inyección económica de cerca de 56.000 euros por parte de la Junta de Andalucía para incluir en el desarrollo de esta futura herramienta predictiva nuevas variables de exposición biológicas y genéticas, en concreto, la carga viral y la expresión de genes asociados a la respuesta inmune y la inflamación, respectivamente.
“Los enfermos con mala evolución desarrollan alteraciones de la inmunidad y de la inflamación. Nosotros pretendemos estudiar más de 600 genes relacionados con estos dos procesos”, explica el profesor de la Facultad de Medicina Maximino Redondo, investigador principal de este trabajo. En cuanto a la carga viral, el coordinador de la Unidad de Investigación del Hospital Costa del Sol señala que es incuestionable su importancia en el contagio y que puede que tenga cierto peso como predictor de la evolución, sobre todo si se combina con otros factores clínico-analíticos.
Para ello, se identificarán variables predictoras de deterioro clínico a lo largo de la enfermedad por Covid-19 como la aparición o el agravamiento de insuficiencia respiratoria, el síndrome de distrés respiratorio (SDRA), la sepsis, el síndrome respuesta inflamatoria sistémica (SIRS), el shock séptico, e incluso, la tasa de mortalidad.
Escala de riesgo
La propuesta de este equipo científico es crear una escala de riesgo de ingreso en unidades de críticos y de mortalidad de pacientes con estos síntomas, midiendo la asociación entre el tiempo en que empiezan a padecerse hasta el inicio del tratamiento y la aparición de deterioro clínico. Se analizará un total de 2.500 pacientes.
Igualmente, evaluar el papel de los tratamientos farmacológicos y no farmacológicos es otro de los objetivos de este trabajo, que tendrá en cuenta, por tanto, variables sociodemográficas, clínicas y de laboratorio de pacientes afectados por Covid-19 que han requerido atención hospitalaria.
Mejorar el pronóstico y reducir la estancia hospitalaria
Según el investigador de la UMA, el beneficio fundamental de este estudio será poder anticiparse a casos graves y poder administrar un tratamiento más precoz, lo que llevaría a una mejor evolución y probablemente a una menor estancia hospitalaria.
Aunque cuentan con un año para desarrollar la línea de investigación financiada por la Junta de Andalucía, ya disponen de algunos resultados preliminares con los pacientes analizados hasta el momento, más de 1.500, que reflejan que algunos parámetros analíticos como LDH (lactato-deshidrogenasa), PCR (proteína C reactiva) y número de plaquetas son predictores de mala evolución de la enfermedad.
Este proyecto nace en el seno de la Red de Investigación en Servicios de Salud en Enfermedades Crónicas (RETIC REDISSEC), en la que intervienen varios hospitales de cuatro comunidades autónomas, con la coordinación de la doctora Susana García Gutierrez, del Hospital Galdakao de Vizcaya. El grupo de I+D+i de la UMA, junto con la colaboración del Hospital Costa del Sol, participa como coordinador andaluz de esta Red.
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