Málaga /
12 de enero de 2022

Dime qué comes y te diré si afecta a tus genes

Fotografía ilustrativa de la noticia

Autoría: Amalia Rodríguez / Fundación Descubre

Investigadores de la Universidad de Málaga y el Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (IBIMA) han comprobado cómo la ingesta de grasas y carbohidratos contribuyen a la activación o represión de determinados genes que regulan el desarrollo de patologías como la obesidad, la diabetes tipo 2 y el hígado graso. Por tanto, apuntan una incidencia de la dieta en la genética.

Los genes determinan nuestros rasgos físicos y permite que una persona se diferencie de otra. Marcan el color de ojos, la forma de la nariz, la tonalidad de la piel e incluso la manera en la que sonreímos.

Pero no es la única función de estos pequeños portadores de información. Contienen datos para fabricar proteínas y funcionan como los interruptores: Pueden estar encendidos o apagados según la situación lo requiera. Sin embargo, un ‘cortocircuito’ en el sistema de regulación de los genes provoca muchas patologías.

Además, la ciencia ha demostrado que los alimentos que ingerimos en la dieta modifican el funcionamiento de determinados genes. En ese campo, investigadores de la Universidad de Málaga y el Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (IBIMA) han relacionado el consumo de glucosa y lípidos con la regulación de varios genes responsables del metabolismo de dichos nutrientes. En concreto, apuntan que la función principal de dos moléculas es controlar de forma indirecta el riesgo de padecer obesidad, la diabetes o el hígado graso.

Una sanitaria toma el nivel de glucosa a un paciente. Shutterstock / Andrey_Popov

En este sentido, los expertos han descrito en un artículo publicado en la revista Nutrients cómo se activan y funcionan estas moléculas reguladoras desde la perspectiva de la genómica nutricional, es decir, los efectos de los nutrientes en los genes. “Los alimentos que tomamos en la dieta regulan directamente los genes responsables del metabolismo que ocurre en nuestro cuerpo. Por esta razón hay que mirar bien lo que comemos porque la repercusión es directa”, comenta a la Fundación Descubre la experta en Bioquímica de la Universidad de Málaga y autora del estudio, Inés Bravo.

Existen alimentos capaces de influir sobre la expresión de genes concretos y al mismo tiempo tienen consecuencias sobre la salud. Uno de ellos es la cúrcuma, a la que se le atribuyen múltiples propiedades biológicas. “Esta planta tiene funciones antitumorales, antioxidantes, antiinflamatorias y neuroprotectoras, además de favorecer la muerte de las células tumorales sin dañar las sanas. Tomarla en la dieta en cantidades adecuadas es beneficioso para la salud pero si la ingerimos en exceso puede ocasionar efectos secundarios”, indica Bravo.

Posibles dianas terapéuticas

Más allá de los avances en el terreno de la bioquímica y la nutrigenómica, este estudio plantea la aplicación farmacológica de dichas moléculas en el tratamiento de patologías metabólicas y su prevención. “Su papel es decisivo en la regulación metabólica y los señala como dianas terapéuticas ideales. No obstante, sus funciones pleiotrópicas en diferentes tejidos, es decir, aquellas en las que un gen afecta a más de un cambio, dificultan ‘dar en el blanco’ y lo que puede ser bueno para prevenir una enfermedad puede perjudicar en otro aspecto”, aclara la autora del estudio.

Un ejemplo de su aplicación farmacológica es el tratamiento de la diabetes tipo 2. “Uno de los fármacos más usados para esta enfermedad funciona a través de la activación de una de estas moléculas reguladora de lípidos y aunque mejora la sensibilidad a la insulina presenta efectos secundarios, como el aumento de peso”, explica Bravo.
Arriba, la experta en Bioquímica de la Universidad de Málaga Inés Bravo, autora del estudio. Abajo, los investigadores Miguel Ángel Medina y Beatriz Martínez, coautores de este trabajo.

Un avance más en el campo de la nutrigenómica para seguir conociendo nuevas conexiones del poder de los alimentos para modular los genes y como consecuencia, obtener respuestas a muchas patologías del siglo XXI.

Más información en #CienciaDirecta: Relacionan los azúcares y las grasas con la activación de dos moléculas reguladoras del metabolismo


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