Córdoba /
22 de julio de 2020

El papel de la siembra directa en el secuestro de carbono orgánico de los suelos

Fotografía ilustrativa de la noticia

Fuente: IFAPA

Con este estudio, realizado por IFAPA, la Universidad de Córdoba y la Asociación Española de Agricultura de Conservación Suelos Vivos, se contrasta científicamente la capacidad de la Agricultura de Conservación para mitigar el cambio climático, ofreciendo así herramientas para políticas de gestión agrícola como la Política Agrícola Común (PAC) de la Unión Europea, que actualmente se está debatiendo con objetivos verdes muy centrados en la mitigación y adaptación al cambio climático.

Investigadores del IFAPA, dependiente de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, junto a la Universidad de Córdoba y la Asociación Española de Agricultura de Conservación Suelos Vivos, han desarrollado un estudio en el que se ha utilizado la herramienta digital ‘Carbon Benefit Project‘, diseñada por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.

Equipo de expertos que ha dirigido este proyecto.

Mediante esta aplicación se ha constatado que la siembra directa en cultivos extensivos puede llegar a aumentar hasta en tres veces el objetivo de secuestro de carbono acordado en la iniciativa “4perMille”. Esta iniciativa, enmarcada en las diferentes estrategias adoptadas por la comunidad internacional surgió en el marco del Acuerdo del Clima de París (adoptado en la COP21 de 2015) para limitar los efectos del cambio climático.

En concreto, esta idea pretende retirar CO2 atmosférico y almacenarlo en el suelo, con el objetivo de  incrementar en un 0,4% (un 4 por 1000), el carbono orgánico retenido en los suelos del planeta. Para ello se deberían implementar a gran escala diferentes medidas, entre las que se incluye la implantación de la siembra directa en cultivos herbáceos extensivos.

La actividad agrícola es responsable de en torno a un 12% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero en España. Sin embargo, la adopción de buenas prácticas agrícolas, como la siembra directa, puede ayudar a revertir esta situación, no solo compensando las emisiones producidas por la actividad agrícola, sino que incluso puede hacer de la agricultura un sector mitigador del cambio climático. Ya que el secuestro de carbono puede generar un balance neto positivo en relación a las emisiones, lo que permitiría compensar, en parte, lo emitido por la industria, el transporte, etc.

La Agricultura de Conservación utiliza prácticas como la siembra directa (sembrar sin labrar previamente el suelo), las cubiertas vegetales y la rotación de cultivos, que son beneficiosas a la hora de disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero. En esta línea se ha publicado un trabajo desarrollado por el equipo de la Dra. Rafaela Ordóñez, del Área de Agricultura y Medio Ambiente del Centro IFAPA Alameda del Obispo, junto con el Dr.  Emilio J. González, profesor del Departamento de Ingeniería Rural de la ETSIAM  de la Universidad de Córdoba y la Asociación Española de Agricultura de Conservación. Suelos Vivos. Fruto del cual se ha analizado el potencial de la siembra directa para alcanzar el objetivo de aumentar el carbono orgánico del suelo en relación a la iniciativa “4perMille”.

Mediante la metodología presentada en el estudio publicado en la revista Geoderma, se compara una situación de agricultura convencional basada en el laboreo intensivo, con respecto a otra en la que los cultivos extensivos (cereales, girasol, legumbres, especies forrajeras) son manejados en siembra directa. Como resultado aparecen zonas como el valle del Guadalquivir, Navarra, Aragón o Cataluña donde se  podría hasta triplicar el secuestro de carbono fijado por la iniciativa “4perMille”.

Con este estudio, se contrasta científicamente la capacidad de la Agricultura de Conservación para mitigar el cambio climático, ofreciendo así herramientas para políticas de gestión agrícola como la Política Agrícola Común (PAC) de la Unión Europea, que actualmente se está debatiendo con objetivos verdes muy centrados en la mitigación y adaptación al cambio climático. Este estudio se encuadra dentro del proyecto europeo LIFE Agromitiga cuyo objetivo es contribuir a la transición hacia un sistema agrario hipocarbónico. Así como en el Grupo Operativo Nacional Carbocert, que persigue encontrar medidas agronómicas que permitan aumentar el secuestro de carbono, así como su certificación.


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