Pavimentos silenciosos para entornos urbanos
El proyecto europeo LIFE Soundless, coordinado por la Junta de Andalucía en colaboración con la Fundación CIDAUT, permite reducir hasta en ocho decibelios el ruido generado por el tráfico. Las pruebas se están realizando en dos tramos de la provincia de Sevilla: la autovía de Utrera (A-376) a su paso por Montequinto y la autovía de Coria del Río (A-8058) a su paso por Puerto Gelves. El paso de vehículos alcanzaba en estos puntos picos superiores a los 90 decibelios, cuando la directiva europea establece que no pueden superar los 65 por la mañana y la tarde y los 55 por la noche.
El ruido pasa desapercibido, casi de puntillas, pero tiene un efecto devastador en la salud. La Agencia Europea del Medio Ambiente (AEMA) considera que este problema puede causar más de 16.000 muertes prematuras al año y ya hay estudios, como el del Área de Epidemiología y Bioestadística del Instituto de Salud Carlos III de Madrid, que relaciona el ruido en la ciudad con el aumento de ingresos hospitalarios por diabetes, alzhéimer, parkinson o esclerosis múltiple. La Organización Mundial de la Salud (OMS) añade a esa lista otras afecciones a la salud que van desde la pérdida auditiva o la dificultad para dormir o estrés hasta retrasos cognitivos o riesgos para la salud cardiovascular.
El tráfico rodado es la mayor de las amenazas acústicas. Lo certifica la propia agencia de la Unión Europea, que cuantifica en más de cien millones las personas del viejo continente afectadas por el ruido de los vehículos y camiones. Ya no son sólo los bocinazos en un atasco, sino el mero ruido que producen los neumáticos de los coches al contacto con la carretera. Ese impacto sonoro se puede mitigar con fórmulas como, por ejemplo, la disminución de vehículos por otros medios de transportes más sostenibles, no sólo en gases contaminantes sino acústicamente hablando. La reducción de la velocidad permitida también puede contribuir a reducir los decibelios, aunque no siempre significa la reducción del ruido.
La Dirección General de Infraestructuras ha escogido dos tramos de la provincia de Sevilla donde el ruido de la carretera supone un quebradero de cabeza para los vecinos: la autovía de Utrera (A-376) a su paso por Montequinto y la autovía de Coria del Río (A-8058) a su paso por Puerto Gelves. El tráfico alcanzaba en estos puntos picos superiores a los 90 decibelios, cuando la directiva europea establece que los valores de ruido no pueden superar los 65 decibelios por la mañana y la tarde y los 55 decibelios por la noche.
En estos tramos ha probado con pavimentos fabricados con diferentes materiales como polvo de neumáticos, plástico y fibras de nylon reciclado. Tras realizar varias campañas acústicas, las reducciones sonoras con el método SPB (Pase estadístico por ruido) tras los 24 meses que ha durado el proyecto se encuentran en torno a cuatro decibelios menos en la A-8058 y de ocho decibelios en la A-376 con respecto a los datos contabilizado con el aglomerado antiguo.
Además de la reducción de ruido, se ha observado que gracias a la composición de los firmes, las mezclas bituminosas presentan buena resistencia al agua y al envejecimiento y alta resistencia a la fatiga y las fisuras, lo que se traduce como que son más duraderas, lo que repercute reduciendo el gasto de mantenimiento.
El proyecto LIFE Soundless sobre nueva generación de aglomerados asfálticos con materiales reciclados de altas prestaciones acústicas y durabilidad, que ha requerido una inversión de 1,4 millones de euros, fue seleccionado en la convocatoria LIFE+ y está cofinanciado por la Unión Europea en un 60%. La Administración andaluza ha sido el socio coordinador de este proyecto, en colaboración con la Fundación CIDAUT, un centro de investigación y desarrollo en transporte y energía, y el Grupo Eiffage Infraestructuras, cuya actividad investigadora se centra en el desarrollo de mezclas asfálticas de altas prestaciones y en el ahorro de energía.
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