Este trabajo se enmarca dentro de una investigación de la Universidad de Granada sobre distintas ayudas que se comercializan para ‘mejorar’ la visión del color en personas daltónicas. Ya en 2018 demostraron la ineficacia de las gafas Cx-65 de la compañía EnChroma, y ahora aseguran que las gafas VINO 02 Amp Oxy-Iso, comercializadas por la compañía norteamericana VINO, no mejoran la visión del color de personas daltónicas ni corrigen su daltonismo.
En Europa un 8% de la población masculina y 0,5% de la femenina (lo que supone casi 4 millones de españoles) poseen desde su nacimiento una visión anómala del color (conocida comúnmente como daltonismo). Sin embargo todavía no existe un tratamiento eficaz, aunque se hayan probado terapias genéticas con éxito en ratones y primates.
Actualmente existen en el mercado ayudas activas y pasivas para intentar mejorar la visión defectiva del color en daltónicos, algunas de las cuales son de dudosa efectividad. Las ayudas activas modifican el color de las imágenes mediante algoritmos de procesamiento de imágenes que aumentan el contraste entre los colores que son indistinguibles para el usuario. Las ayudas pasivas se basan en filtros de color que se pueden usar, como gafas tintadas o lentes de contacto, incluso con su correspondiente compensación optométrica. Entre estas ayudas pasivas destacan, por su novedad e impacto mediático, las gafas comercializadas por las compañías norteamericanas EnChroma y VINO.
En 2018 los investigadores de la Universidad de Granada (UGR) analizaron el modelo Cx-65 de EnChroma y concluyeron que dichas gafas no mejoran los resultados en las pruebas de diagnóstico ni permiten a los daltónicos tener una visión de color más parecida a las de un observador normal. Esta investigación tuvo gran repercusión social.
Tras analizar los vídeos virales sobre las gafas O2 Amp Oxy-Iso de la marca VINO, donde las personas incluso lloran cuando las usan por primera vez, y estudiar los reclamos publicitarios de dicha compañía, los investigadores de la UGR decidieron abordar un estudio minucioso sobre la eficacia de dichas gafas, convencidos del contrato moral de los científicos con la sociedad que obliga a desmentir con experimentos rigurosos la información errónea que algunas empresas lanzan al colectivo de daltónicos y que pueden generar falsas esperanzas, como la de poder ver nuevos colores o incluso corregir su daltonismo.
Aunque las gafas VINO O2 Amp Oxy-Iso fueron inicialmente diseñadas para mejorar el contraste de las venas bajo la piel, los inventores afirman que su tecnología ayuda a daltónicos con deficiencia “rojo-verde” (daltónicos tipo deután y protán). En su web (junio 2019) la compañía destaca que “nuestra tecnología corrige la deficiencia rojo-verde basándose en la conocimiento científico de para qué sirve la visión del color”. Además afirman que sus gafas “consiguen mucho más que simplemente pasar el test de Ishihara”, uno de los tests clásicos para comprobar si una persona es daltónica.
Los investigadores utilizaron dos estrategias para evaluar la eficiencia de estas gafas. La primera consistió en evaluar la visión de 52 daltónicos con y sin gafas mediante distintas pruebas que habitualmente se utilizan para valorar la visión del color: test de Ishihara (prueba de reconocimiento) y test de Fansworth-Munsell FM100 (prueba de ordenación). Además añadieron una prueba basada en la carta de color X-Rite que evalúa la nomenclatura de color subjetiva. La segunda estrategia consistió en simular el efecto de las gafas, a través de la transmitancia espectral de sus lentes, en observadores con diferentes grados de daltonismo simulados, lo que permitió valorar los cambios que producen en la apariencia de los colores percibida por distintos sujetos. Los investigadores completaron su trabajo comparando los resultados con los obtenidos con las gafas EnChroma Cx-65.
La baja transmitancia en la región intermedia del espectro de las gafas VINO O2 Oxy-Iso produce un cambio significativo en la apariencia del color, especialmente en el atributo de croma. Este cambio permite que algunos sujetos daltónicos, sobre todo los sujetos deután, puedan pasar simples tests de reconocimiento, como el Ishihara, pero no las pruebas de ordenación, más completas, como el FM100. Estos resultados junto con los obtenidos mediante las simulaciones realizadas mediante un método novedoso de daltonización, muestran que estas gafas no mejoran la visión del color de los sujetos con daltonismo hasta el punto de llevarla al mismo nivel que los sujetos normales, aunque pueden facilitar algunas tareas de discriminación. De hecho, estas gafas pueden ayudar a este tipo de daltónicos en algunas tareas, ayudándoles a distinguir algunos colores que confunden (a costa de confundir otros que antes percibían diferentes). Además, pueden ser útiles para algunas aplicaciones específicas (como mejorar el contraste de las venas debajo de la piel) como ocurre con otros filtros de color utilizados en ciertas actividades como la caza, tiro, baja visión, etc.
Los investigadores concluyen, en un artículo publicado en la revista Optics Express (una de las más relevantes y con mayor índice de impacto en el ámbito de la Óptica) que “nuestros resultados apoyan la hipótesis de que las gafas con filtros no pueden resolver eficazmente los problemas relacionados con la deficiencia de la visión del color”.
A pesar de los esfuerzos de este equipo investigador, hay numerosas alternativas basadas en el uso de filtros coloreados aún en el mercado y que utilizan estrategias similares de comercialización de sus productos basadas en la idea de recuperar una visión normal del color en sujetos daltónicos.
El grupo de investigadores, del departamento de Óptica de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Granada, está formado por los doctores Miguel Ángel Martínez Domingo, Luis Gómez Robledo, Eva Valero Benito, Rafael Huertas Roa, Javier Hernández Andrés y Enrique Hita Villaverde y la estudiante Silvia Ezpeleta Gascón.
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