Una investigación liderada desde la Universidad de Granada por Annika Parviainen, científica contratada Juan de la Cierva del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra (UGR-CSIC), ha demostrado que las personas que viven cerca de zonas con actividad minera asociada al metal tienen un mayor riesgo de formar cálculos pigmentarios, una enfermedad que provoca biomineralizaciones en la vesícula.
En este estudio los cálculos han funcionado como biomarcadores para determinar los efectos de la contaminación y la exposición a restos de metales pesados que sufren las personas que habitan las zonas mineras. La Universidad de Huelva, el CSIC y el Hospital de Riotinto han colaborado en el proyecto.
La investigación ha comparado muestras de cálculos biliares de un grupo de estudio formado por pacientes residentes en pueblos mineros en la provincia de Huelva, en los que la gente vive a escasos metros de las minas a cielo abierto y de las escombreras, y de un grupo de control de la zona norte de la provincia, no tan expuesta a este tipo de actividad.
“Las biomineralizaciones de los cálculos biliares en nuestro cuerpo funcionan como registros que acumulan metales que en este caso pueden ser utilizados como trazadores de la exposición crónica a dichos metales que ciertas personas sufren”, explica la investigadora Annika Parviainen.
El trabajo ha demostrado que los pacientes del grupo de estudio tienen un mayor riesgo de formar cálculos pigmentarios, un tipo de cálculo especialmente enriquecido en metales y arsénico, y en los que se han identificado restos asociados a zona de actividad minera de la provincia de Huelva.
Exposición crónica a metales
Los científicos indican que la exposición crónica a metales deja señal en los cálculos. “Se pone de manifiesto que las poblaciones residiendo cerca de actividades mineras, aunque estén cesadas, están expuestas a contaminación por metales. La exposición a metales se atribuye a inhalación, ingestión y contacto con la piel. Por lo tanto, las principales vías de exposición son las partículas en suspensión en el aire, suelos contaminados, agua y alimentos cultivados en suelos también contaminados”, detalla Annika Parviainen.
Este estudio demuestra, además, que el hecho de ser fumador no influye en el acumulo de metales en los cálculos biliares. “Como hipótesis consideramos que las profesiones en la industria y la agricultura podrían tener un mayor riesgo de exposición a metales por inhalación y por contacto dermal. El análisis demuestra, efectivamente, que pacientes con profesiones tales como minero, herrero y agricultor tenían concentraciones de metales mayores a la media. Sin embargo, la influencia de la profesión no fue muy clara, ya que los afectados con las concentraciones más altas no estaban trabajando en dichos sectores, casos de amas de casa o jubilados”, explica la investigadora principal de este proyecto.
68 cálculos biliares fueron estudiados y clasificados según su composición mineralógica y textura, para analizar más tarde su composición química. La investigación se apoyó también en entrevistas a los pacientes con el objetivo de comprobar la influencia de género, la edad, la profesión, el origen del agua y de los alimentos consumidos habitualmente y las costumbres de fumar, factores que influyen en los cálculos.
Particularidades geológicas y ambientales de Huelva
La provincia de Huelva funciona como un laboratorio natural para este tipo de estudios, ya que se divide en dos zonas muy diferentes desde el punto de vista geológico y ambiental. En la zona de estudio, la parte central de la provincia, la milenaria actividad minera desde épocas romanas ha dejado una huella tanto en el paisaje como en el medio ambiente. Se trata de la Faja Pirítica, que contiene uno de los depósitos de sulfuros masivos más grandes conocidos mundialmente, donde se desarrollaron las populares minas de Riotinto, entre otras.
La Faja Pirítica se ha estudiado a fondo en cuanto a la geología del yacimiento y el impacto ambiental de la minería, por lo que se conocen bien las fuentes de la contaminación por metales. En la zona norte de Huelva se identifica la Zona Ossa Morena, donde destaca el parque natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche y geológicamente consiste en complejas secuencias de granitos, rocas carbonatadas y pelíticas. Este contexto ha permitido a los investigadores realizar una comparación de la exposición crónica a metales en dos áreas diferentes.
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