Jaén /
21 de septiembre de 2020

Cuando la cama hiere

Fotografía ilustrativa de la noticia

Autoría: Remedios Valseca / Fundación Descubre

Un equipo de investigación de la Universidad de Jaén ha creado un programa que controla el cambio postural de pacientes que permanecen mucho tiempo en la misma posición. El sistema es no invasivo y manejable por los cuidadores y permite llevar un control de las necesidades de movilidad de cada usuario para evitar complicaciones frecuentes en este tipo de patologías.

La leyenda de los siete durmientes de Éfeso cuenta la historia de unos jóvenes que huían del martirio que el emperador Decio perpetraba en el siglo III de nuestra era. Atemorizados, se escondieron en una cueva donde permanecieron durmiendo hasta el siglo V. Según se cuenta en ella, fueron reposicionados en diversas ocasiones para evitar lesiones en la piel.

Este mismo relato ha aparecido a lo largo de la historia en numerosas ocasiones, cambiando a los personajes, el lugar de encierro y los motivos de tan larga ensoñación. Así, se encuentra con Alfonso X El Sabio en sus Cantigas a Santa María, pasando por Washington Irving en Rip van Winkle, la sura 18 del Corán y la leyenda popular japonesa de Urashima Tarō. En estos relatos, los protagonistas sufrieron una inmovilización prolongada, lo que pudo causarles unas heridas conocidas como úlceras por presión.

Uno de los problemas más frecuentes en pacientes sin movilidad o movilidad reducida es la aparición de heridas en la piel provocadas por el roce de las sábanas y la presión del hueso sobre una zona concreta sobre la que se soporta el peso del cuerpo. Para evitarlas, el mejor mecanismo de prevención es cambiar de postura frecuentemente al enfermo. Los cuidadores suelen controlar los tiempos para que no sufra una exposición prolongada en la misma posición. Sin embargo, no cuentan con un sistema de asesoramiento sobre la duración y la colocación exacta para evitarlas.

El sistema analiza los cambios de postura de los pacientes encamados con problemas de movilidad e indica a los cuidadores cuándo y cómo deben mover al enfermo para que no se produzcan úlceras de presión.

Para dar respuesta a este problema, un equipo de investigación de la Universidad de Jaén junto a la empresa Neurobase han publicado un artículo en la revista Journal of Biomedical Informatics donde presentan un sistema inteligente que analiza los cambios de postura de los pacientes encamados con problemas de movilidad e indica a los cuidadores cuándo y cómo deben mover al enfermo para que no se produzcan complicaciones.

Mediante sensores no invasivos colocados en la ropa se controla el tiempo y la posición del paciente en tiempo real. El programa envía una alarma al auxiliar para modificar la orientación y así evitar dificultades en la recuperación. Estos sensores son inalámbricos, de bajo coste y pesan 9 gramos, por lo que pueden acoplarse a la ropa del paciente como un clip. “Además, la persona cuidadora recibe alertas en el móvil que determinan el momento y la manera en la que deben cambiar la postura del enfermo. También puede consultar el histórico para confirmar que se han producido las modificaciones correctamente”, afirma a la Fundación Descubre el investigador de la Universidad de Jaén Javier Medina Quero, autor del artículo y responsable del proyecto.

El equipo del área de Arquitectura y Tecnología de Computadores de la Universidad de Jaén, autores del artículo.

Aunque existen estudios y prototipos previos a esta aplicación, ninguno de ellos incorpora todo el protocolo necesario para la toma de decisiones en la prevención de úlceras. Así, el sistema incluye los sensores de movimiento conectados a la ropa que describen la orientación de las zonas del cuerpo de los pacientes de forma no invasiva. La información se almacena en una base de datos para reconocer y clasificar las posturas en la cama. Además, se soporta sobre un modelo matemático que calcula la prioridad de los cambios para cada zona del cuerpo de acuerdo con unas reglas definidas para el enfermo y el tiempo transcurrido desde las posiciones anteriores.

El sistema se sustenta en el llamado modelo difuso basado en el conocimiento, una estructura matemática que interpreta datos imprecisos para la resolución de problemas. De esta manera, los expertos pueden definir una base de conocimiento que ofrece la capacidad de tomar decisiones.

Por ejemplo, si existe una herida en una determinada zona, el objetivo es minimizar el peso sobre ella. Así, las reglas que configuran este protocolo personalizado se reducen para minorar los tiempos en esa posición y favorecer la cura. Además, el sistema se retroalimenta con la nueva información que recibe, por lo que puede modificar las órdenes y ofrecer una respuesta individualizada a cada enfermo en tiempo real.

La aplicación podría utilizarse en la monitorización de otros segmentos de pacientes o en la evaluación de la postura y el movimiento en personas mayores, como los cambios en la velocidad de la marcha al andar.

El programa monitorea las distintas posiciones que adoptan los enfermos inmovilizados.

También podría haberse usado con esos siete durmientes de Éfeso que habrían dejado constancia de sus movimientos durante los tres siglos que permanecieron en brazos de Morfeo. El único registro que nos ha quedado de esos cambios posturales los encontramos en los propios relatos, como en el del Corán donde dice: “Y pensarías que estaban despiertos, aunque dormían. Y les hacíamos volverse a menudo hacia la derecha y hacia la izquierda”.

Lo cierto es, leyendas aparte, que quienes tienen que verse en cama no tendrán que soportar, además, heridas en su piel por la inactividad. Estos expertos han logrado que los esfuerzos del paciente se centren en su recuperación y que sus cuidadores sepan bien cuándo y cómo deben actuar para evitarlas.

Más información en #CienciaDirecta: Desarrollan una aplicación para evitar la aparición de úlceras en enfermos inmovilizados en cama


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