Un estudio liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha descubierto que el compuesto 2-tridecanona, insecticida natural producido por variedades silvestres de tomate, disminuye la capacidad infectiva de bacterias que interactúan con plantas, sin que esto afecte al crecimiento bacteriano.

La 2- tridecanona es una sustancia natural que reduce la virulencia de las bacterias patógenas./ (CSIC)
“El estudio abre nuevas vías de investigación para ampliar el conocimiento, ya que hemos descubierto una nueva molécula señalizadora de bacterias. Es importante entender cómo las bacterias reconocen señales químicas y cómo responden a ellas. De este modo podremos controlar mejor el comportamiento de las bacterias y dirigirlo a nuestro interés”, explica María José Soto, investigadora del CSIC en la Estación Experimental del Zaidín.El trabajo, que se publica en Environmental Microbiology, concluye que, tras la aplicación de 2-tridecanona pura, se altera la movilidad bacteriana en superficie y disminuye la capacidad de formar biofilm, un ecosistema microbiano que se puede establecer sobre una superficie viva o inerte. Además, los investigadores descubrieron que la aplicación de esta sustancia insecticida puede proteger a las plantas del desarrollo de enfermedades causadas por bacterias.
Resistencia a los antibióticos
La aparición de bacterias resistentes a antibióticos constituye una grave amenaza para la salud pública y la seguridad agroalimentaria. Para combatir este problema, se ha propuesto como posible solución la búsqueda de compuestos que afecten a la virulencia de las bacterias patógenas sin alterar su crecimiento, lo que disminuye el riesgo de aparición de resistencias antimicrobianas. La 2-tridecanona cumple con estos dos requisitos: es un compuesto natural que reduce la virulencia sin afectar el crecimiento bacteriano.
“El compuesto podría ser utilizado para prevenir y controlar infecciones bacterianas perjudiciales para las plantas, y quizás también para los animales y el hombre. Esta sustancia limita el uso de antibióticos, con el correspondiente beneficio para la salud vegetal, humana y medioambiental”, concluye Soto.
En el estudio han colaborado con el CSIC la Universidad Autónoma de México y la Universidad de Nottingham (Reino Unido).
Referencias:
Isabel M. López- Lara, Joaquina Nogales, Ángel Pech-Canul, Nieves Calatrava-Morales, Lydia M. Bernabéu-Roda, Paloma Durán, Virginia Cuéllar, José Olivares, Laura Álvarez, Diana Palenzuela- Bretones, Manuel Romero, Stephan Heeb, Miguel Cámara, Otto Geiger, María J. Soto. Tridecanone impacts surface- associated bacterial behaviours plant- bacteria interactions. Environmental Microbiology. DOI: 10.1111/1462-2920.14083.
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