Un equipo de investigación de la Universidad de Cádiz ha diseñado mapas que muestran los cambios del terreno en esta zona para comprobar las variaciones que ha sufrido durante los últimos seis milenios. Así, los investigadores determinan que la costa ha ganado terreno al mar debido a la acumulación sedimentaria a lo largo de los siglos. Por tanto, la zona muestra un aspecto muy distinto en la actualidad.
Te encuentras en una cala gaditana disfrutando del tiempo libre, el sol y la brisa marina. Observas el paisaje a tu alrededor: las irregularidades de la piedra, los ‘bocados’ al acantilado, el agua adentrándose tímidamente hacia la orilla y volviendo a retroceder por efecto del oleaje. Tras un rato de contemplación te preguntas si este lugar fue siempre así y por cuantos años permanecerá inmutable antes de que se lo trague el mar.
En esta cuestión se ha centrado un equipo de investigación de la Universidad de Cádiz, que ha recreado con datos geológicos y arqueológicos el paisaje de la Bahía de Cádiz desde la época fenicio-cartaginesa hasta la actualidad. Los expertos emplean por primera vez una combinación de técnicas científicas aéreas y terrestres para analizar las estructuras enterradas de La Martela, adyacentes al yacimiento de Doña Blanca (Cádiz), y determinar así las alteraciones provocadas por el océano en esa zona durante los últimos seis milenios.
Sin embargo, también explican que la costa ha ganado terreno a lo largo de este periodo. Esto se debe, en parte, a la deforestación en la cuenca del río Guadalete y la consecuente acumulación sedimentaria. Así, los científicos determinan que la zona presentaba un aspecto muy distinto hace 6.500 años.
Cartagineses
Doña Blanca era un enclave habitado por la civilización fenicio-cartaginesa entre los años VIII a.C. y III a.C que consiste en un yacimiento arqueológico que se conoce por éste mismo nombre y otra zona sin excavar con estructuras del periodo cartaginés: La Martela.
La cultura cartaginesa se asentaba al sur de la Península Ibérica y estaba íntimamente ligada al comercio marítimo, pero sus ciudades fueron paulatinamente conquistadas y modificadas por los romanos. Por este motivo se mantienen pocas edificaciones de este periodo en la actualidad. Sin embargo, La Martela conserva su distribución original.
El paisaje en el que se halla este yacimiento cartaginés era muy distinto hace 6.500 años. La labor de los científicos se centra en determinar cómo afectaron a la zona las variaciones en el nivel del mar, la acción del hombre y las condiciones climáticas. Los expertos comprobaron que, al contrario de lo que se pensaba hasta ahora, Doña Blanca siempre ha estado ubicada al lado del río Guadalete, sobre un acantilado, y no en la línea de costa. “Sin embargo, es cierto que hace más de seis milenios el mar se adentraba más en el terreno y ha ido ‘retrocediendo’ a lo largo de los siglos debido a dos factores que se relacionan entre sí. Por un lado, la deforestación, que favoreció la erosión de los suelos y los aportes sedimentarios a la red de arroyos y torrentes de la cuenca del Guadalete. Por otro, acumulación de sedimentos provocada por las inundaciones de este río en sus tramos bajos”, explica a la Fundación Descubre el investigador de la Universidad de Cádiz Francisco Javier Gracia Prieto.
Mapas
Los científicos del grupo ‘Geología y geofísica litoral y marina’ detallan en un estudio publicado en Quaternary International cuál ha sido la evolución de la zona mediante la recreación geográfica de la bahía en cuatro mapas que representan cuatro momentos distintos de los últimos seis milenios.
En el primer mapa muestra cómo era la bahía gaditana hace 6.500 años, cuando el nivel del mar se mantenía estable y se generaron las primeras marismas de la zona. En el segundo se observa la disposición geológica 3.000 años atrás, cuando el océano se retrajo poco a poco y el salobral abarcó cada vez más terreno. El tercer mapa se sitúa hace 2.000 años e ilustra cómo avanzó este proceso, en el que la acumulación sedimentaria ‘rellenó’ la costa. El último señala el estado actual de la bahía: la tierra ha ‘avanzado’ sobre la zona que antaño cubría el mar.
Con estos mapas, uno puede imaginar no sólo cómo era la zona de la Bahía de Cádiz hace más de seis milenios al observar el oleaje en un día de playa, también cómo será en el futuro. Esto será posible porque los científicos continuarán estudiando en detalle las variaciones del mar con el objetivo de generar modelos que predigan sus alteraciones y cómo éstas afectarán el terreno del litoral gaditano. De este modo, ni siquiera hará falta echarle imaginación. Tan solo será necesario consultar un mapa.
Más información en #CienciaDirecta: Recrean la evolución geológica del paisaje de la Bahía de Cádiz a lo largo de 6.500 años
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