Claves para alargar la vida de la batería de un móvil con detector de caídas incorporado
Una investigación de la Universidad de Málaga ha demostrado que la mayoría de los teléfonos inteligentes pueden servir como puntos centrales de estos sistemas de detección.
La importancia que han cobrado los teléfonos inteligentes en las sociedades actuales habría sido impensable hace un par de décadas. Estos dispositivos cuentan hoy con capacidades de conectividad a la red que han propiciado el aumento de aplicaciones de sistemas de detección de caídas, las cuales pueden activar los servicios de emergencias enviando una señal a una centralita.
Son especialmente útiles para personas mayores o dependientes que viven solas y para las que estos dispositivos se convierten en algo más que un sostén. Una investigación de la Universidad de Málaga (UMA) ha demostrado que prácticamente cualquier móvil inteligente de los que hay en el mercado puede albergar uno de estos sistemas de detección de caída.
Pueden funcionar con unos condicionantes en el uso de la batería que estos científicos andaluces han diseccionado mediante un banco de pruebas. Estos sistemas amplían la recogida de datos obtenidos con sensores externos inalámbricos que se conectan en el cuerpo de los usuarios, muchos de ellos personas mayores con problemas de movilidad o aquejadas de enfermedades degenerativas como el Alzheimer.
En paralelo a la eclosión de este tipo de sistemas portátiles, han aumentado las investigaciones para mejorar su uso. El objetivo principal de la desarrollada en la UMA fue comprobar si estos dispositivos son realmente usables, teniendo en cuenta la capacidad de sus baterías, una vez se han conectado en el cuerpo los sensores inalámbricos, de baja potencia e indoloros.
Protegido ante una caída
La idea es que el mayor que vive solo esté más protegido ante una posible caída en su residencia o en la calle, con un móvil de los que se encuentran en el mercado. En concreto, para medir la eficacia de sus aspectos operativos, los científicos han ideado un banco de pruebas en el que ha comprobado distintos escenarios prácticos en cuatro modelos de teléfonos inteligentes de tipo Android.
Han evaluado mediante el uso de un software específicamente diseñado para ello la capacidad de estos dispositivos y han certificado que, en su gran mayoría, pueden servir como nodos centrales de estos detectores de caídas, recibiendo las señales que envían los sensores colocados en el cuerpo del usuario. Asimismo, han aportado claves para mejorar su uso.
Mientras que la mayoría de investigaciones desarrolladas hasta la fecha no se han detenido en la aplicabilidad real de estos sistemas de detección de caídas en dispositivos móviles, el trabajo del equipo científico andaluz explora el potencial real de los teléfonos en el mercado, probándolos con distintos sensores externos.
Si la tecnología en la que descansa, incluyendo el Bluetooth, la conexión Wifi, o el GPS, drena la batería, el sistema de detección de caídas se convierte en inútil ya que no va a poder ser usada por una persona que lo necesite. “El criterio fundamental para que una aplicación sea práctica es que la batería del dispositivo móvil haya que cargarla, como mucho, una vez al día, lo que dará al usuario la libertad necesaria para poder ser monitorizado”, ha explicado a la Fundación Descubre Francisco Javier González Cañete, investigador de la UMA que ha liderado estos trabajos.
Las personas mayores o dependientes que en su casa o en el centro donde vivan conecten su móvil a uno de estos dispositivos sabrá, de este modo, que la carga de la batería no va a ser un problema para estar realmente seguro. La tecnología será así una verdadera aliada para su seguridad.
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