En busca de alternativas para reducir el uso del móvil en los jóvenes andaluces
Un equipo de investigación de la Universidad de Sevilla lidera el proyecto ‘Desconéctate para Conectar: Fomentando un Estilo de Vida Activo y Saludable entre los Jóvenes Andaluces’ que aplica la ciencia ciudadana para involucrar a colectivos sociales en la búsqueda de alternativas para reducir el uso de teléfonos móviles. Las propuestas se recogerán en un informe para diseñar intervenciones que contrarresten los efectos perjudiciales en la salud física, social y emocional de estudiantes de Secundaria, Bachillerato y universitarios.
Siete de cada diez niños y adolescentes tienen teléfono móvil en España, según los últimos datos del Instituto de Estadística español (INE). ¿Qué uso hacen de él? ¿Cuánto tiempo pasan al día conectados al móvil?
Para buscar alternativas que contribuyan a reducir el uso de teléfonos móviles en jóvenes andaluces, un equipo de investigación de la Universidad de Sevilla lidera el proyecto ‘Desconéctate para Conectar: Fomentando un Estilo de Vida Activo y Saludable entre los Jóvenes Andaluces’, que aplica la ciencia ciudadana para involucrar a colectivos sociales en esta tarea.
Todas las propuestas que vayan recabando durante la ejecución de este proyecto se recogerán en un informe para diseñar intervenciones que contrarresten los efectos perjudiciales en la salud física, social y emocional de estudiantes de Secundaria, Bachillerato y universitarios.
Esta iniciativa forma parte del programa ‘Andalucía + ciencia ciudadana’, impulsado por la Consejería de Universidad, Investigación e Innovación y coordinado por Fundación Descubre y la Universidad Pablo de Olavide, que pretende potenciar la utilización de este abordaje científico participativo entre distintos agentes de la región. En concreto, supone la implicación activa de una comunidad para dar respuesta a un problema cercano con acciones basadas en el conocimiento, en este caso la reducción del uso de móviles entre los jóvenes andaluces.
Una muestra de medio millar de estudiantes universitarios y pre-universitarios de varias provincias participarán en el proyecto, ya que junto con la universidad de Sevilla colaborarán las de Jaén y Cádiz. La iniciativa cuenta con tres etapas. Por un lado, la fase de concienciación que durará hasta septiembre, donde el equipo investigador diseñará una aplicación para registrar los niveles de actividad física y uso del móvil.
En esta etapa, los investigadores registrarán las variables socioeconómicas de cada estudiante y el tiempo de encendido de la pantalla del teléfono acumulado por los participantes durante una semana. Para evaluar el tiempo de pantalla, la aplicación diseñada por el equipo de investigación analizará de forma objetiva el tiempo empleado en diferentes categorías (productividad, redes sociales o entretenimiento). Se les pedirá que completen la cantidad de horas y minutos en días de semana y fines de semana. Asimismo, los participantes completarán cuestionarios sobre actividad física, comportamiento sedentario y sueño. Para completar el estudio, medirán con su propia aplicación el número de pasos diarios de los estudiantes para comprobar su nivel de actividad física.
Los investigadores parten de la hipótesis de que el uso del teléfono móvil estará por encima de las recomendaciones internacionales que apuntan dos horas diarias. “Creemos que habrá diferencias entre Secundaria, Bachillerato y Universidad. Un nivel educativo donde nos planteamos si debe limitarse el uso de dispositivos, al igual que ya se está implantando en Primaria o en determinados centros de Secundaria”, avanza el coordinador del proyecto, Borja Sañudo.
Además del nivel educativo, las variables socioeconómicas familiares también pueden arrojar diferencias de uso del móvil. De ahí que los investigadores incorporarán la participación de barrios vulnerables y colectivos desfavorecidos. “La literatura científica indica que los niveles de renta bajos influyen en la inactividad, el sedentarismo, el uso del móvil y las pautas de sueño y queremos evidenciarlo para ser capaces de establecer estrategias específicas en el abordaje de esta problemática”, adelanta Sañudo.
Grupos ciudadanos
La segunda fase del proyecto, que se extenderá los meses de octubre y noviembre, pretende incentivar la participación ciudadana en la identificación de soluciones prácticas para reducir el uso excesivo de teléfonos móviles. Para ello, se formarán varios grupos de discusión que involucrarán a agentes educativos, familiares de los jóvenes y empresas locales. Estos equipos de análisis diseñarán alternativas saludables al uso de dispositivos entre jóvenes, padres, educadores y profesionales de la salud en Andalucía. La idea es que marquen estrategias concretas que promuevan experiencias fuera del entorno digital. “Estos grupos deben proponer qué puede funcionar mejor, desde un incentivo, un descuento para compra de otros soportes como libros, un bono cultural para espectáculos o cine”, ejemplifica Sañudo.
Al finalizar el proyecto, los científicos-ciudadanos elaborarán un informe de recomendaciones que incluirá esta experiencia piloto como estrategia práctica para disminuir el uso de teléfonos móviles entre los jóvenes andaluces. Asimismo, si los grupos de análisis proponen otras actuaciones complementarias como campañas o guías de ayuda, se presentarán también como resultados del proyecto.
Más información en la página web de Fundación Descubre.
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