Jaén /
21 de abril de 2021

Arqueólogos cibernéticos para la clasificación de cerámica

Fotografía ilustrativa de la noticia

Autoría: Remedios Valseca / Fundación Descubre

Un equipo de investigación de la Universidad de Jaén ha creado un modelo para clasificar en segundos y de manera automática los restos encontrados en excavaciones. La nueva técnica logra una mayor precisión en su identificación con menor cantidad de datos. 

Una de las tareas de los arqueólogos es la clasificación de los elementos que encuentran entre los restos que exploran. La dificultad de este trabajo en la cerámica es la alta diversidad de características que determinan una pieza y la diferencian de las otras. La principal particularidad de vasijas, ánforas o platos es que son objetos únicos. No se encuentran dos idénticos al ser productos creados manualmente. Además, estos restos suelen ser los más abundantes en las excavaciones.

El grupo de expertos estableció criterios morfológicos específicos que conducen a estas 11 clases de referencia.

Así, la unificación en conjuntos y tipos se hace necesaria porque si cada objeto fuera tratado como único, resultaría imposible la recreación histórica a partir de los estudios. De esta manera, el arqueólogo tiene que intentar detectar patrones o modelos, tanto espaciales como temporales y debe contar con un catálogo creado a partir de datos conocidos previamente para que su trabajo sea más eficaz y exacto.

Para facilitar esta tarea y lograr una automatización y coherencia común en estas clasificaciones, un equipo de investigación de la Universidad de Jaén ha desarrollado un modelo que realiza de manera automática e inmediata la catalogación de objetos cerámicos de yacimientos.

De izquierda a derecha: Los investigadores de la UJA Manuel Lucena, Celia Cintas, José Manuel Fuertes, y Manuel Molinos, Carlos Ogáyar, Antonio Rueda y Rafael Segura en la entrada del Museo Íbero de Jaén.

Este sistema toma la imagen del resto encontrado y lo clasifica automáticamente, logrando una media del 96% de exactitud. Los expertos han validado el método en un artículo publicado en la revista Journal of Cultural Heritage. Además, ponen a disposición de la comunidad científica el repositorio de imágenes y el catálogo desarrollado en este trabajo.

Los expertos han demostrado que este modelo es más exacto incluso que el trabajo humano, ya que se desarrolla de manera totalmente objetiva y mucho más rápido que con otros métodos. De esta manera, al mostrar al sistema un nuevo objeto hallado es capaz de catalogarlo basándose en los criterios ya establecidos por los expertos en más de 1000 imágenes.

Clasificar para recrear la historia

El estudio se ha realizado en yacimientos arqueológicos ubicados en el valle alto del río Guadalquivir, un enclave geográfico único por los diferentes pueblos de la antigüedad que lo han ocupado.

Partiendo de un banco de imágenes, los expertos han ‘entrenado’ a una red neuronal, un sistema que funciona de una manera muy parecida al ojo humano. Al mostrarle un nuevo objeto, recuerdan si coincide con alguno de los que ya han visto antes atendiendo a diferentes características: abiertos o cerrados, con cuello o sin él, esféricos u ovalados…Si encuentra parecido con uno ya conocido lo clasifica y ordena automáticamente en las categorías predefinidas. Si no se adapta a ninguna existente, crea una nueva.

Muestras de perfiles de alfarería ibérica de torno recogidas en varios yacimientos arqueológicos situados en el valle alto del río Guadalquivir (España).

Al mismo tiempo, analiza si existe alguna relación con otros hallazgos anteriores. De esta manera, se localiza de una forma rápida y sencilla si existen coherencias temporales o geográficas con otros ya catalogados.

Como en otras creaciones artísticas, la cerámica es susceptible de adoptar unos estilos concretos, dependiendo de la moda del momento. Así, tras el hallazgo de una vasija o un plato, se puede determinar en qué período histórico se creó, en qué lugar, incluso a qué rango social pertenecía la pieza. Por eso, se hace necesario establecer categorías que unifiquen formas, materiales o decoraciones propias de un pueblo o épocas concretas.

El modelo puede replicarse para otros restos arqueológicos como puntas de flechas, proyectiles o incluso fragmentos de hueso. Con él, los trabajos arqueológicos de identificación y registro se reducen, dando más amplitud a las tareas de excavación y conservación. Los expertos podrán así disponer de más tiempo para rescatar mejor el pasado y recrear la historia con una mayor exactitud.

Más información en #CienciaDirecta: Desarrollan un sistema que cataloga cerámica ibérica de yacimientos mediante inteligencia artificial


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