Un equipo de investigación de la Universidad de Huelva, en colaboración con científicos de la Universidad de Murcia, ha comprobado en cultivos de laboratorio que pequeñas agrupaciones de aminoácidos presentes en los seres vivos, los péptidos, minimizan o eliminan los brotes infecciosos en el pescado criado en cautividad. Este avance evitaría el uso de antibióticos en un sector que supone ya casi el 50% de este alimento consumido en el mundo, según la FAO.
En 2016 la producción pesquera mundial alcanzó su máximo, unos 171 millones de toneladas. La acuicultura representó un 47% del total. Como la producción de la pesca de captura se estabilizó ya a finales de la década de 1980, la acuicultura causa el impresionante crecimiento del suministro de pescado para consumo humano, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). Este panorama lo sitúa como un sector clave para la alimentación humana, y la ciencia tiene retos de importancia en él.
En este campo trabaja un equipo de la Unidad de Mejora Genética de Organismos Fotosintéticos, de la Universidad de Huelva, que ha aplicado moléculas del mismo sistema inmune de los peces como ‘fármacos’ para reducir en acuicultura el uso de antibióticos. Los nuevos compuestos actúan contra un espectro más amplio de patógenos, son más amigables con el medio ambiente y reducen la resistencia a los antibióticos que manifiestan las especies criadas en cautividad.
Estas moléculas forman parte del sistema inmunitario propio de la mayoría de los organismos vivos. “Tienen demostrada su actividad frente a un amplio espectro de micro-organismos, como bacterias u hongos, pero hasta ahora su aplicación como fármacos para la acuicultura no estaba explorada”, señala a la Fundación Descubre la investigadora de la Universidad de Huelva Marta Vila.
El estudio se centra en un problema del sector: muchos patógenos aumentan su resistencia a los antibióticos, lo cual limita el uso masivo de estas sustancias, como viene siendo la práctica habitual en ganadería y acuicultura para compensar los problemas que ocasiona el hacinamiento de los especímenes.
El ensayo lo realizaron los científicos in vitro, en cultivos de laboratorio. “Una de las ventajas de estos péptidos antimicrobianos es que resultan eficaces frente a un amplio espectro de patógenos, no sólo frente a bacterias, como le ocurre a los antibióticos”, indica Marta Vila. Además, ofrecen ventajas al ser producidos de forma natural por especies autóctonas: no perjudicar el medio ambiente, carecer de peligro de diseminación al entorno y no generar el riesgo de que las bacterias se hagan resistentes a ellos, añade la investigadora.
La magnitud de la acuicultura provoca que los brotes infecciosos causen cada año pérdidas superiores a 10.000 millones de dólares, según la FAO. El siguiente reto que se marca el equipo de investigación se centra en producir en grandes cantidades los péptidos de forma más económica, lo cual les permitirá acometer estudios con animales. Este proceso se encuentra ya en marcha mediante la producción de los péptidos en microalgas y en bacterias. “Nuestro objetivo es desarrollar métodos para el suministro oral, que es mucho más fácil que la vía parental, sobre todo en especímenes de pequeño tamaño, como alevines o juveniles”, afirma Marta Vila.
La acuicultura en piscifactorías produce a escala mundial 51,4 millones de toneladas, indica la FAO, frente a los 28,7 de granjas marinas. En todo caso, un ámbito cuyo papel en el abastecimiento de la población, paliando hambrunas, lo resalta Naciones Unidas como cada vez más importante.
Más información en #CienciaDirecta: Aplican moléculas del propio sistema inmune de los peces como ‘fármacos’ para reducir infecciones en acuicultura
Suscríbete a nuestra newsletter
y recibe el mejor contenido de i+Descubre directo a tu email