La anidación de tortugas marinas se triplica en la colonia de Cabo Verde
La recuperación de esta especie amenazada parece deberse a un aumento del número de tortugas jóvenes tras 20 años de protección en las principales playas. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) consideró recientemente que la población de Cabo Verde se encontraba en peligro de extinción.
La anidación de la tortuga careta o boba, una especie amenazada, se ha triplicado durante el verano de 2018 respecto al récord anterior de nidos de los últimos 20 años en la colonia de Cabo Verde, el único lugar donde anida en todo el Atlántico oriental, según ha constatado un trabajo liderado por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en la Estación Biológica de Doñana. La hipótesis más probable es que esta recuperación podría deberse a un importante aumento del número de hembras jóvenes asociado a la protección de la anidación iniciada hace 20 años en Cabo Verde.
Dicha protección en las playas con una participación muy activa del CSIC provocó un aumento muy importante del nacimiento de tortugas en las playas y ahora estarían empezando a madurar sexualmente a los 15-20 años de edad.
“Es una excelente noticia que podría suponer el inicio de la recuperación tan esperada de esta amenazada población”, señala Adolfo Marco, investigador de la Estación Biológica de Doñana, que ha liderado el estudio científico. “Recientemente, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) actualizó su evaluación de esta especie y consideró que la población de Cabo Verde se encontraba en peligro de extinción, mientras que el resto de poblaciones del Atlántico estaban mejorando mucho su estado de conservación”, explica Marco.
“Se catalogaba a esta población como una de las 11 más amenazadas del mundo. Los últimos 20 años de esfuerzos de conservación parecían no estar dando frutos. Sin embargo, los datos de 2018 puede ser un punto de inflexión muy esperanzador en el futuro de esta importante colonia de tortugas marinas”, añade el investigador.
El número de nidos indica el estado de la población
“El número de nidos en las playas se considera un estimador fiable del número total de hembras adultas de una población y, por tanto, de su estado de conservación”, explica Marco. Un aumento fuerte del número anual de nidos se puede deber a que el número de hembras adultas ha aumentado. Sin embargo, también se puede explicar por otras causas relacionadas con la compleja estrategia reproductora de las tortugas marinas.
Cada hembra adulta muy raramente desova en dos temporadas consecutivas y descansa sin desovar entre 2 y 5 años. Por tanto, una sincronización muy elevada de muchas hembras de la población en un mismo año podría provocar un aumento del número de nidos sin que varíe el número total de hembras adultas de la población.
“Sin embargo, durante 2018 menos del 0,5 % de las hembras adultas reproductoras se había identificado en 2017. Por tanto, no parece haberse dado tal sincronización”, detalla Marco. “De hecho se puede afirmar que a las 15.000-20.000 hembras que pueden haber desovado este año en Cabo Verde hay que sumar las 6.000-8.000 que desovaron en 2017, que son en su inmensa mayoría distintas. Excelente noticia, pues hace unos 10 años se estimó que el número total de hembras reproductoras de la población podría estar entre los 8.000 y 10.000 individuos. Ahora tendríamos como mínimo el doble”, añade.
Otra explicación alternativa podría estar relacionada con un cambio en el número anual de nidos por hembra. “Cada hembra de tortuga desova varias veces durante una temporada cada 14 a 18 días. En Cabo Verde se ha estimado que cada hembra puede poner entre 4 y 6 nidos cada año. Se podría pensar que esta frecuencia anual de nidos podría haber aumentado, explicando ese aumento de nidos de 2018 sin un cambio en el número de hembras. Un aumento de alimento en el mar podría haber provocado un nivel muy alto de reservas grasas en las hembras que les permitan hacer más nidos por temporada. Sin embargo, el inicio y fin de esta temporada han sido similares al resto de años anteriores y, por tanto, parece imposible que cada hembra haya tenido tiempo de poner más de 6 nidos consecutivos, como de costumbre. El patrón temporal de desove durante 2018, así como el número de nidos registrados por hembra son muy similares a los de otros años”, señala Marco.
Se podría pensar que han llegado masivamente hembras de otras poblaciones del Atlántico, pero esto es extremadamente improbable, porque estudios genéticos demuestran que la fidelidad de las tortugas a su playa de nacimiento es muy elevado, con un aislamiento reproductor muy fuerte entre distintas poblaciones. Además, no se ha detectado una disminución significativa del número de hembras desovando en poblaciones vecinas.
Parece que la única explicación de este aumento tan importante de nidos es que realmente ha aumentado mucho el número de hembras adultas de esta población en los últimos dos años. ¿Qué ha podido ocurrir para este aumento? Podría haberse reducido sensiblemente la mortalidad de hembras adultas. Sin embargo, el número de hembras adultas remigrantes no ha sido especialmente alto en 2018 o 2017. Al contrario, miles de hembras marcadas en la población en años previos no se han vuelto a localizar. Se ha reducido sensiblemente la mortalidad de hembras en las playas, pero puede no haber pasado lo mismo en el mar. Tampoco tenemos razones para pensar que se ha reducido la tasa de mortalidad de juveniles en el mar, pues las amenazas antrópicas más importantes, como la pesca accidental o la interacción con plásticos no han disminuido.
“La hipótesis más probable del aumento de hembras adultas es un aumento muy importante de la producción de hembras en las playas en los últimos 20 años”, indica Marco. “El altísimo número de hembras neófitas, que han llegado en 2017 y especialmente en 2018 por primera vez a reproducirse a Cabo Verde, parece apoyar esta explicación. Miles de hembras jóvenes se han incorporado por primera vez a la población reproductora y pueden explicar ese aumento tan importante en el número de nidos”, añade.
Esta última explicación puede tener sentido al cumplirse los 20 años del inicio de la protección de la anidación de tortugas en Cabo Verde. 15-20 años es la edad en torno a la que se produce la maduración sexual de esta especie.
“Tendremos que tener paciencia para ver si estas cifras tan positivas se consolidan. De ser cierta la hipótesis más probable, la predicción para los próximos años es un aumento continuado en el reclutamiento de nuevas hembras reproductoras. Será muy importante mantener el esfuerzo de conservación para que otras amenazas no frenen o reviertan esta esperanzadora tendencia de recuperación que parece arrancar ahora”, considera Marco.
En este sentido, también es esperanzadora la reducción muy importante de la caza de tortugas en las playas. En 2018 el número de cazadores de tortugas y la venta de carne de tortuga en la isla parece haber disminuido sensiblemente con respecto a años anteriores. La implementación en 2018 de la nueva ley que protege a las tortugas y penaliza de forma mucho más eficaz su caza, podría estar dando frutos.. Los financiadores principales de esta investigación y la protección de las tortugas en Cabo Verde en todos estos años han sido, además de la Estación Biológica de Doñana, la Consejería de Medio Ambiente de Andalucía y Canarias, la AECID, la Fundación MAVA y el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos (USFWS) a través del Marine Turtle Conservation Fund.
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