Analizan las creencias, conocimientos y actitudes de la población española frente a los opioides
Fuente: Universidad de Cádiz
Este pionero estudio, realizado por investigadores de la Universidad de Cádiz, se ha realizado sobre una muestra de casi 1.300 adultos repartidos por todo el país. El objetivo de de esta macroencuesta es conocer si habían cambiado las creencias y opiniones que la sociedad tiene sobre este tipo de fármacos, relacionados con su uso en la etapa terminal de la enfermedad y/o con la muerte.
Investigadores del grupo Epidemiología Social y Clínica de la Universidad de Cádiz, adscrito al Instituto de Investigación e Innovación en Ciencias Biomédica de la provincia de Cádiz (INiBICA), han publicado un estudio sin precedentes en España, centrado en el análisis de las creencias, conocimiento y actitudes de la población española sobre los opioides, unos medicamentos que se asemejan a unas sustancias que fisiológicamente produce el propio cuerpo para controlar el dolor y que se denominan “opioides endógenos”.
Este equipo de investigación dirigido por la profesora Inmaculada Failde, y en el que participan Helena de Sola, Alejandro Salazar y María Dueñas, puso en marcha este trabajo con el objetivo de conocer si habían cambiado las creencias y opiniones que la sociedad tiene sobre este tipo de fármacos, que suelen estar relacionados con su uso en la etapa terminal de la enfermedad y/o con la muerte.
A partir de los resultados obtenidos, en casi 1.300 encuestados de toda la geografía española, se pudo constatar que casi el 4% de la población adulta que sufre dolor crónico estaba tomando opiáceos, y que la actitud hacia estos tratamientos ha cambiado en la población, siendo mayor la preocupación por los efectos secundarios, como la somnolencia o las náuseas, que por la potencial tolerancia o adicción que pueden ocasionar. Cabe indicar que la morfina fue el medicamento más conocido (99,2%), sin embargo, el tramadol fue identificado por un 14,2%, la oxicodona por el 11,3% y el fentanilo, la buprenorfina o el tapentadol sólo fue identificado correctamente por un poco más del 5%. Además, se encontraron tres patrones distintos de creencias y opiniones.
El primero, que incluía las personas de edad más avanzada, se agrupaban las personas con menos miedo a estos fármacos, ya que asumen el dolor y tomar medicamentos como parte de su proceso de envejecimiento. Otro grupo formado por los encuestados más jóvenes, en su mayoría con educación universitaria, mostraron mucho más críticos con los opiáceos, relacionando su consumo con más riesgo de adicción. El tercer grupo, que estaba formado por personas con un nivel educativo más bajo y que seguían manteniendo la idea más tradicional sobre estos fármacos.
Ante los datos extraídos de este estudio, los investigadores de la UCA quisieron resaltar la necesidad de tener en cuenta los distintos perfiles de la población a la hora de diseñar estrategias para informar y tratar el dolor con opioides. Esta atención podría facilitar el uso correcto de los opiáceos y evitar su uso inadecuado. Asimismo, hicieron hincapié en que “los opiáceos son fármacos que utilizados de forma adecuada y bajo la prescripción y el seguimiento de los médicos, son muy útiles en determinados procesos dolorosos. Sin embargo, y teniendo en cuenta los informes publicados sobre la sobreutilización y riesgo de adicción observada en otros países como USA, habrá que prestar atención a la prescripción y uso de estos fármacos en el futuro próximo”.
Suscríbete a nuestra newsletter
y recibe el mejor contenido de i+Descubre directo a tu email