Málaga /
16 de noviembre de 2024

Alianzas bacterianas contra el cambio climático

Fotografía ilustrativa de la noticia

Autoría: Remedios Valseca

Fuente: Fundación Descubre

Un equipo de investigación de la Universidad de Málaga ha verificado el uso conjunto de tres cepas de Pseudomonas, un tipo de microorganismo, para que la planta no sufra con la subida del nivel térmico que conlleva el aumento de la temperatura ambiental. Los expertos ponen a disposición de los agricultores una herramienta que lucha contra patógenos, al mismo tiempo que protege contra el calor.

La ciencia, en su búsqueda incansable de soluciones para los desafíos del planeta, nos recuerda a menudo que los secretos para el equilibrio y la resistencia suelen residir en los elementos más diminutos de la naturaleza. 

Los cultivos de tomate y aguacate encuentran ahora su resistencia con la asociación de organismos microscópicos que se agrupan, comparten recursos y se protegen unos a otros. Esta comunidad bacteriana, cuidadosamente orquestada, es la respuesta de un equipo de la Universidad de Málaga y el Instituto de Hortofruticultura Subtropical y Mediterránea “La Mayora”, IHSM-UMA-CSIC que ha confirmado que la aplicación de un nuevo consorcio de bacterias favorece la lucha de la planta contra el aumento de temperatura. Además, los individuos tratados con este compuesto resultaron tener más vigor y obtuvieron mejor porcentaje en la germinación de las semillas.

Sintéticos para la supervivencia

El concepto de SinComs o consorcios sintéticos, no muy distinto a las comunidades de supervivencia de The Walking Dead, imita las interacciones microbianas naturales que no solo luchan contra patógenos, sino que fortalecen a la planta ante el cambio climático, incrementando su acción frente a ciertos factores como la salinidad y la sequía. Este grupo selecto de bacterias actúa como una defensa en primera línea, y gracias a su capacidad de adaptación y resistencia, los expertos han logrado convertirlas en un aliado directo del agricultor, que ya cuenta con el respaldo científico y el acompañamiento de cooperativas para aplicarlas en sus campos.

Los investigadores de la Universidad de Málaga Francisco Manuel Cazorla y Sandra Tienda, autores del artículo.

En este caso, las tres cepas que han utilizado los investigadores han demostrado ser eficientes en la protección de tomate y aguacate. En el artículo ‘Development of a Pseudomonas-based biocontrol consortium with effective root colonization and extended beneficial side effects for plants under high-temperature stress’, publicado en la revista Microbiological Research, los expertos proponen este cóctel sintético para la mejora de los cultivos.

De la misma manera que los supervivientes en The Walking Dead deben aprender a cooperar y apoyarse mutuamente para sobrevivir en un entorno hostil, estas bacterias encuentran en la colaboración su mejor estrategia para prosperar en el suelo y en las raíces de las plantas. “Permiten estudiar cómo colaboran diferentes bacterias en el suelo y las raíces de las plantas, ofreciendo una visión más completa de sus dinámicas”, indica a la Fundación Descubre el investigador de la Universidad de Málaga Francisco Manuel Cazorla, autor del artículo.

Las tres cepas utilizadas han demostrado ser eficientes en la protección de tomate y aguacate ante patógenos y otras situaciones de estrés.

Los resultados confirman su validez para mejorar la resistencia de las plantas frente a la salinidad en el aguacate o el calor en el tomate. Lo plantean como una posible solución a problemas de estrés abiótico de las plantas, es decir, los que no están provocados por patógenos, tanto para estos productos como en otros sistemas de cultivo.

Bacterias para crecer mejor

El proceso investigador ha sido el siguiente:

  • Análisis de distintas combinaciones de cepas.
  • Determinación de las bacterias más resistentes. 
  • Selección de las tres cepas que podrían presentar mejores resultados.
  • Creación del sincom.
  • Inoculación de las plantas de aguacate y tomate.
  • Observación durante 21 días de la respuesta a la colonización.
  • Estudio de la formación de las biopelículas.
  • Confirmación del 100% de germinación de las semillas en el tomate, frente al habitual 80%. 
  • Verificación de que el peso tras la germinación era mayor.
  • Validación de una mayor longitud de las raíces en comparación con plantas a las que no se les había aplicado el consorcio. 

Esto demuestra que el producto aporta mayor vigor a la planta y mejor productividad.

Los expertos ya han transferido los resultados de su investigación a través de una cooperativa de agricultores con la que colaboran habitualmente. Además de la divulgación de los resultados, plantean su puesta en práctica en campo con los cultivos que ya se han ensayado. También proponen replicar estos trabajos en otros sistemas agrícolas para probar su eficacia.

La aplicación de un consorcio de bacterias favorece la lucha de la planta contra el aumento de temperatura.

Así como en The Walking Dead la clave para la supervivencia reside en alianzas estratégicas y redes de apoyo, estas bacterias, aliadas microscópicas, representan un modelo de resistencia y adaptación frente a un entorno cambiante. En cada biofilm protector que forman, la ciencia vislumbra una solución sustentable para enfrentar los desafíos climáticos, recordándonos que, en un mundo en constante transformación, la clave de la supervivencia radica en la fuerza de la comunidad.

Más información en #CienciaDirecta: Demuestran la acción beneficiosa de una comunidad de bacterias contra el cambio climático en el tomate


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