El ahorro de recursos en los trabajos de investigación se extiende también a materias primas como el líquido de cultivo de las microalgas. No se trata solamente de un ahorro económico, sino de un concepto ético dentro de los criterios de la economía circular. Con ambos objetivos un equipo del departamento de Ingeniería Química de la Universidad de Almería ha conseguido un procedimiento nuevo en los dinoflagelados, un grupo de organismos marinos que generan sustancias bioactivas con diferentes aplicaciones farmacológicas.

Microalgas cultivadas en laboratorio.

Los expertos han diseñado un método para reutilizar el agua procedente del cultivo de microalgas con el fin de obtener moléculas de interés para la industria farmacéutica o cosmética o agrícola. El sistema permite sustituir el líquido agotado por otro con nutrientes para la producción de estos microorganismos.

Con otras algas diferentes ya se había conseguido aplicar la reutilización. La novedad de este estudio es aplicarlo a una especie que supone un reto por sus exigencias de cultivo. “El éxito deriva en buena parte de que los dinoflagelados resultan de los más difíciles de cultivar por sus modos de alimentación y su sensibilidad a las turbulencias en el interior del tanque de trabajo», señala a la Fundación Descubre el investigador de la Universidad de Almería Francisco García-Camacho.

El equipo investigador del Departamento de Ingeniería Química de la Universidad de Almería.

Los expertos han elegido para el estudio un alga denominada Amphidinium carterae, que produce sustancias activas con aplicación antitumoral, antibacteriana y antiviral. “También genera compuestos de alto poder antioxidante, muy superiores al hasta ahora más potente y más vendido, la astaxantina, que deriva asimismo de otra alga”, apunta el investigador.

El sistema que aplican los investigadores consiste en apartar del tanque la mayor parte del líquido del cultivo y, tras extraerle las microalgas y las sustancias activas, completarlo de nuevo con nutrientes para que esas células vegetales mantengan su actividad vital. El cambio entre el agua agotada y la fresca se produce con la rapidez necesaria para evitar problemas en el cultivo.

La muestra de su viabilidad es que los científicos consiguieron utilizar una y otra vez el líquido durante un año. El proyecto supone asimismo un ahorro económico y mejora de la sostenibilidad, dentro de los principios de la economía circular, objetivo del Grupo de Biotecnología de Microalgas Marinas al que pertenece el investigador.

El fin es ampliar la oferta actual de sustancias valiosas para el tratamiento de enfermedades y plagas mediante el uso de microalgas marinas. “El suministro de estos compuestos orgánicos de una manera estable y con viabilidad medioambiental, plantea un cuello de botella tecnológico que soslaya en parte esta investigación”, indica el experto almeriense.

Microalga procedente de la colección del doctor Sergio Seaone.

Aunque el resultado lo califica García-Camacho como satisfactorio, el equipo investigador explorará adaptaciones de la metodología en relación al tipo y escala del tanque de cultivo de las microalgas, modo de producción y nutrición, especie de microorganismos o sustancias aplicadas al cultivo. El estudio ha sido financiado por fondos Feder aportados desde el Ministerio de Ciencia e Innovación y por la Universidad de Almería.

Un nuevo paso para un grupo con amplia experiencia en micro algas, seres diminutos pero con aplicaciones gigantescas en muy diversos campos.

Más información en #CienciaDirecta: Desarrollan un método que reutiliza el agua del cultivo de microalgas para obtener moléculas de interés biotecnológico.