Granada /
21 de septiembre de 2018

Hace 700.000 años llovía el doble en la Península Ibérica

Fotografía ilustrativa de la noticia

Un estudio internacional en el que participa la Universidad de Granada estudia la evolución climática durante el Pleistoceno Medio en la Península Ibérica utilizando los anfibios y reptiles que se han recuperado en los principales yacimientos con presencia humana.

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Un equipo internacional e interdisciplinar de científicos, en el que ha participado el prehistoriador de la Universidad de Granada (UGR) Juan Manuel Jiménez Arenas, ha estudiado la evolución climática durante el Pleistoceno Medio (hace 780.000-120.000 años) en la Península Ibérica utilizando los anfibios y reptiles que se han recuperado en los principales yacimientos con presencia humana en un intervalo temporal que va desde hace 850.000 de años hasta hace 150.000.

Gracias a esta investigación, sus autores han determinado que durante el Pleistoceno Medio llovía más que en la actualidad, con independencia de que la temperatura fuese más alta o más baja que la actual para un lugar concreto. En algunos casos, como los de los yacimientos estudiados de Cúllar-Baza 1 (Cúllar, Granada) y Cueva Victoria (Cartagena, Murcia), llovía en torno al doble de lo que lo hace hoy día.

Material procedente del lavado del sedimento del yacimiento de Barranco León (Orce, Granada).

En esta investigación, que lidera el paleontólogo Hugues-Alexandre Blain del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES) de Tarragona, han participado también José Alberto Cruz Silva, de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (México), Vasiliki Margari del University College London (Reino Unido) y Katherine Roucoux de la University of Saint Andrews (Reino Unido).

Jiménez Arenas destaca que “es bien conocido que los cambios climáticos han sido una constante a lo largo de la Historia de la Tierra. Concretamente, el periodo que nosotros estudiamos presenta una novedad importante: un enfriamiento global que se alterna con periodos más cálidos. Estas circunstancias van a condicionar de manera significativa, a veces dramática, el devenir de los seres vivos. Y de entre todas las especies de vertebrados, son las de pequeño tamaño, y especialmente las de sangre fría, como anfibios y reptiles, las más sensibles a las fluctuaciones de temperatura y precipitaciones”.

Las ranas del Pleistoceno eran como las de ahora

¿Cómo se puede reconstruir el paleoambiente a partir de ranas, lagartos, serpientes, etc.? Los anfibios y reptiles del Pleistoceno Medio son prácticamente iguales a los actuales. Lo único que varía es su distribución. Por tanto, resulta fundamental conocer dónde viven hoy, y bajo qué condiciones climáticas, estos singulares animales. A partir de aquí, los científicos establecen un rango de temperaturas y precipitaciones que se traslada al pasado.

Temperaturas superiores

Los autores de este trabajo han analizado también la diferencia de temperatura que existe entre el pasado y el presente. Y, nuevamente, el yacimiento cullarense cobra protagonismo. Efectivamente, hace 700.000 años en este punto de la cuenca de Guadix-Baza, la temperatura media anual era 4ºC superior a la actual; en el otro extremo se sitúa Cal Guardiola (Terrassa, Barcelona) donde 150.000 años antes era casi 4ºC inferior. Estas fluctuaciones se relacionan, obviamente, con las alternancias climáticas que caracterizan a este periodo temporal.

Por último, cabe destacar que la extensión de los bosques está relacionada tanto con las precipitaciones como con las temperaturas de los meses cálidos (a más lluvia y más frescor durante el verano, más cobertura arbórea). “Este hecho pone de manifiesto que una característica de los climas mediterráneos, la aridez veraniega como condicionante del retraimiento de las áreas forestales, nos viene acompañando por lo menos desde el Pleistoceno Medio”, señala Jiménez Arenas.

Sea como fuere, “nuestros antepasados pudieron y supieron adaptarse a un medio tremendamente cambiante ocupando regiones ciertamente hostiles. Y esto fue gracias a una cultura cada vez más compleja, donde los útiles llegaron a ser más especializados y eficientes y el uso y control del fuego más extendido, y a una sociabilidad heredada de nuestros antepasados y que se puede rastrear en el yacimiento de Dmanisi (Georgia) donde se registra la primera población que salió de África hace casi dos millones de años”, concluye el investigador de la UGR.

Referencias:

Blain HA, Cruz Silva JA, Jiménez Arenas JM, Margari V, Roucoux K: ‘Towards a Middle Pleistocene terrestrial climate reconstruction based on herpetofaunal assemblages from the Iberian Peninsula: State of the art and perspectives’. Quaternary Science Reviews. 2018. 191, 167-188.

 


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