Córdoba /
01 de octubre de 2025

Investigadores de la UCO estudian el rol de la población en la gestión de incendios forestales

Fotografía ilustrativa de la noticia

Un equipo de investigadores de la Universidad de Córdoba estudia el carácter multicausal de los incendios forestales y la necesidad de ampliar el foco integrando a actores locales en su gestión. A través de los proyectos ‘ConCise’ y ‘DesFutur’ analizan el impacto sobre los ecosistemas de estas perturbaciones tan habituales en el ámbito mediterráneo.

El verano de 2025 será recordado como una temporada dramática a causa de los incendios forestales. Con 380.000 hectáreas calcinadas, el año en curso está siendo nefasto para los montes españoles. En los últimos 20 años, solo los datos de 2022, cuando ardieron algo más de 300.000 hectáreas, se acercan a esa cifra.

Una vez finalizada la temporada de alto riesgo de incendios es el momento de hacer balances que permitan comprender mejor el fenómeno y, con ello, afrontar las consecuencias de los fuegos y prepararse para futuros desastres. De ello se encarga un grupo de investigadores e investigadoras de los departamentos de Botánica, Ecología y Fisiología Vegetal e Ingeniería Forestal de la Universidad de Córdoba, que a través de los proyectos ‘ConCise’ y ‘DesFutur’ estudian el impacto sobre los ecosistemas de estas perturbaciones tan habituales en el ámbito mediterráneo.

Trabajos de campo para la simulación de escenarios futuros del incendio de Los Guájares.

Sus estudios combinan información de satélite con trabajo sobre el terreno y, especialmente en los últimos años, la interacción con actores clave involucrados en la gestión y manejo de paisajes afectados. Este trabajo les ha permitido ampliar el diagnóstico de los incendios y contribuir con propuestas a planes de restauración como el aprobado por la Junta de Andalucía para el incendio de Los Guájares (Granada, 2022), donde se quemaron un total de 5.505 hectáreas de gran valor natural y social. El diagnóstico realizado de la mano de agentes locales –ciudadanos, técnicos y científicos- sirvió para orientar posibles escenarios de manejo y simular el desarrollo de la vegetación tras el incendio en un contexto de incremento de la aridez.

Procesos participativos

A través de estos proyectos, los investigadores e investigadoras han llevado a cabo 35 entrevistas y tres talleres participativos incluyendo a gestores, asociaciones vecinales y personal investigador, lo que ha permitido abrir el debate entre diversos perfiles técnicos y científicos sobre la capacidad de restauración de zonas incendiadas.

Tras este proceso, la investigadora principal del proyecto ‘ConCise’, María Suárez Muñoz, asegura que “se hace patente la necesidad de entender y afrontar los incendios forestales desde una mirada holística, que considere los efectos interrelacionados de múltiples factores: clima, capacidad técnica, conocimiento científico y aspectos sociales”. Considera que el cambio climático plantea unas condiciones ambientales inéditas que favorecen la propagación de los incendios, por lo que no considerar esta nueva realidad en los usos que se hacen del fuego (quema de rastrojos, actividades recreativas…) puede aumentar en gran medida el número de fuegos en unas temporadas propicias para los incendios, cada vez más largas.

Además, los cambios en el uso del territorio de las últimas décadas favorecen situaciones que son caldo de cultivo ideal para los grandes incendios forestales. La escasa presencia de población en el monte, su limitado aprovechamiento de recursos forestales -ganadería extensiva, leñas…- o el uso que se hace del territorio, con numerosas viviendas dispersas pero deshabitadas la mayor parte del año, promueven situaciones en las que los conatos se propagan a gran velocidad y alcanzan rápidamente el nivel de grandes incendios difíciles de extinguir.

En cuanto a la percepción social, tras un gran incendio, la población afectada se expresa con indignación y enfado ante una administración que en ocasiones siente fría y lejana. Esta situación, unida a los escasos recursos públicos disponibles para la restauración y la limitada capacidad del ecosistema para recuperarse con rapidez, alimenta aún más la sensación de desamparo por parte de una población que es fundamental para la conservación y protección del patrimonio natural.

Al respecto, Francisco Bonet, coordinador del proyecto ‘DesFutur’, comenta que “sólo trabajando en colaboración, desde la ciencia, la administración y la población local podremos mejorar la situación de los montes españoles, tanto en relación con el inicio y propagación de incendios forestales como en su recuperación posterior”.

El proyecto ‘DesFutur’ fue uno de los ocho seleccionados en la convocatoria de Ayudas para el impulso de la investigación en materia de biodiversidad 2022 otorgadas por la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) que financia la Unión Europea a través de Next Generation EU. Tiene como objetivo principal caracterizar las dinámicas de tres impulsores clave de la desertificación en un gradiente de aridez: el decaimiento forestal, los incendios forestales y las invasiones biológicas. Por su parte, el proyecto ‘ConCiSe’ forma parte de la convocatoria a proyectos I+D+i innovadores orientados a los retos de la sociedad andaluza como parte del Plan Propio de Investigación Aplicada de la Universidad de Córdoba.


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