Cádiz /
05 de septiembre de 2025

Demuestran la eficacia de una intervención educativa para prevenir el deterioro funcional en personas mayores

Fotografía ilustrativa de la noticia

Este trabajo dirigido por la Universidad de Cádiz y en el que también ha participado la Universidad de Málaga, contó con un ensayo clínico, que se desarrolló a lo largo de un año con la participación de 199 personas mayores de las provincias de Cádiz y Málaga. Los participantes, con una edad media de algo más de 74 años, fueron atendidos en 14 centros de salud y divididos en dos grupos.

El equipo de investigación CTS-1120: Exercise Physiology, Nutrition, and Health (EXPHY) de la Universidad de Cádiz, adscrito al Instituto de Investigación e Innovación Biomédica de Cádiz (INiBICA), y en colaboración con la Universidad de Málaga, ha dado un paso importante en la prevención del deterioro funcional asociado a la fragilidad en personas mayores. El trabajo, desarrollado en el marco del proyecto FRAGSALUD, ha sido publicado en la revista International Journal of Nursing Studies, una de las más relevantes en el ámbito de la enfermería a nivel internacional.

personas mayores desarrollo cognitivo

El estudio, aporta evidencia científica sólida sobre el impacto positivo que puede tener una intervención educativa accesible y sostenible, diseñada para reforzar la capacidad funcional en adultos mayores frágiles o pre-frágiles.

La fragilidad constituye una condición progresiva y compleja que afecta a un número creciente de personas mayores. Se asocia con una disminución de las reservas biológicas y una mayor vulnerabilidad a la discapacidad, las hospitalizaciones e incluso la muerte prematura. En este contexto, preservar la funcionalidad se vuelve esencial, ya que permite a las personas mantener su independencia y calidad de vida. Por ello, resulta prioritario desarrollar estrategias eficaces que ayuden a frenar este proceso de deterioro, especialmente desde la atención primaria.

El ensayo clínico, de carácter aleatorizado y multicéntrico, se desarrolló a lo largo de un año con la participación de 199 personas mayores de las provincias de Cádiz y Málaga. Los participantes, con una edad media de algo más de 74 años, fueron atendidos en 14 centros de salud y divididos en dos grupos. Uno de ellos recibió una intervención educativa diseñada para integrarse fácilmente en el sistema sanitario, mientras que el otro continuó con su atención sanitaria habitual.

Durante el primer mes, el grupo de intervención asistió a cuatro sesiones grupales (una por semana) dirigidas por un equipo multidisciplinar formado por profesionales de enfermería, expertos en ciencias del deporte y especialistas en nutrición para tratar temas relacionados con la fragilidad, la actividad física, la alimentación, y el trabajo cognitivo y social. En los cinco meses posteriores, se realizaron seis seguimientos telefónicos para reforzar los contenidos y resolver dudas, con el objetivo de mantener la adherencia a los hábitos propuestos. La asistencia fue completa en todos los casos, lo que demuestra el alto grado de implicación por parte de las personas participantes.

Los resultados no dejan lugar a dudas. Mientras que el grupo de control mostró un deterioro significativo en su capacidad para realizar tanto actividades básicas como tareas instrumentales de la vida diaria, el grupo que participó en la intervención educativa consiguió mantener su funcionalidad a lo largo de todo el estudio. De forma destacada, se observó una mejora notable en aquellas personas que presentaban mayor grado de dependencia al inicio. Además, se detectó una reducción en el nivel de fragilidad entre quienes recibieron la intervención, en contraste con la estabilidad observada en el grupo de control.

Este avance refuerza la importancia de impulsar programas educativos centrados en la promoción de hábitos de vida saludables, como la actividad física adaptada, la alimentación equilibrada, el entrenamiento cognitivo o el bienestar emocional y social. Se trata de una estrategia de bajo coste, sencilla de implementar y con un alto impacto potencial en la calidad de vida de las personas mayores. Asimismo, el estudio destaca el papel fundamental del personal de enfermería como agente clave en la prevención y el acompañamiento del envejecimiento funcional.

El proyecto FRAGSALUD constituye un ejemplo de investigación orientada a la mejora de la salud pública desde un enfoque práctico, interdisciplinar y cercano a las necesidades reales de la población. Su enfoque innovador y su aplicabilidad directa en el ámbito sanitario abren la puerta a futuras intervenciones que permitan seguir avanzando hacia un envejecimiento más saludable, activo y autónomo.

Referencia bibliográfica: Andrea González-Mariscal, Juan Corral-Pérez, María Ángeles Vázquez-Sánchez, Laura Ávila-Cabeza-de-Vaca, Manuel Costilla, Cristina Casals (2025): ‘Benefits of an educational intervention on functional capacity in community-dwelling older adults with frailty phenotype: A randomized controlled trial’, International Journal of Nursing Studies, Volume 162, 104955, ISSN 0020-7489, https://doi.org/10.1016/j.ijnurstu.2024.104955.


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