Sevilla /
23 de junio de 2025

La genética respalda también el origen italiano de los cangrejos de río

Fotografía ilustrativa de la noticia

Numerosas evidencias indican que los cangrejos de río fueron introducidos en España desde Italia en el s.XVI, pero algunos autores consideran que los resultados genéticos refutan esa importación. Un equipo de la Estación Biológica de Doñana-CSIC muestra que, en realidad, los patrones genéticos refuerzan los resultados obtenidos con otras aproximaciones, descartando que el cangrejo de río sea una especie nativa.

Un equipo científico de la Estación Biológica de Doñana – CSIC ha revisado la información genética publicada hasta la fecha sobre cangrejos de río del género Austropotamobius para entender el origen de las poblaciones del cangrejo italiano (Austropotamobius fulcisianus) presentes en España. Esta especie es la que se ha conocido en diferentes momentos como cangrejo de río español, autóctono o, recientemente, ibérico. Sin embargo, los patrones genéticos no concuerdan con ese carácter autóctono y, junto con muchas otras evidencias, señalan un origen italiano. El trabajo acaba de ser publicado en Ecosistemas, la revista científica de la Asociación Española de Ecología Terrestre.

Los análisis genéticos realizados hasta la fecha muestran que los cangrejos de río presentes en España no sólo son de la especie italiana (Austropotamobius fulcisianus), sino precisamente de la subespecie presente en Toscana (Austropotamobius fulcisianus subsp. fulcisianus). “Esta situación es difícilmente explicable sin asumir una introducción, ya que las penínsulas ibérica e itálica han permanecido aisladas por cadenas montañosas durante decenas de millones de años y apenas comparten fauna acuática. De hecho, al otro lado de Pirineos hay otra especie de cangrejo de río (Austropotamobius pallipes), que nunca ha sido detectada en España” indica Miguel Clavero, investigador de la Estación Biológica de Doñana y autor principal del estudio.

El cangrejo de río es un indicador para determinar la degradación por metales pesados y fármacos del medio en el que habitan

Aunque a menudo oímos hablar del cangrejo de río autóctono, en realidad no hay cangrejos de río nativos en la Península.

El origen italiano de los cangrejos de río presentes en España había sido propuesto por distintos autores desde los años 80 del siglo pasado, pero han sido investigaciones desarrolladas por la Estación Biológica de Doñana las que han desentrañado los eventos históricos que llevaron a esa introducción. El rey Felipe II, interesado en poblar los estanques de los Sitios Reales con especies exclusivas, promovió la llegada de los cangrejos de río. Los documentos históricos acreditan que la corte filipina trató de obtener cangrejos de río de diferentes orígenes, como Flandes o Francia, durante al menos 25 años. Finalmente, la introducción se produjo con cangrejos enviados desde Toscana en febrero de 1588.

A pesar de este contexto, diferentes trabajos publicados desde 2008 han utilizado datos genéticos para defender que Austropotamobius fulcisianus es una especie nativa en la península ibérica. “Nos parecía que algo tenía que haber fallado en la interpretación de los resultados genéticos, porque es difícil asumir que contradijesen sucesos históricos bien conocidos, que explican adecuadamente los patrones biogeográficos actuales”, apunta Clavero.

Los argumentos utilizados en esa serie de estudios se basaban en la riqueza de haplotipos (cada una de las variedades diferentes detectadas en una secuencia de ADN) y en la presencia de haplotipos exclusivos (no detectados en otros territorios). “Pero ninguna de estas características es un buen indicador de que una especie sea o no nativa”, afirma el investigador. Así, el equipo de la Estación Biológica de Doñana decidió realizar una revisión sobre patrones genéticos en poblaciones de especies introducidas, para luego centrarse en el caso del cangrejo de río en la península ibérica.

Diversidad genética

A menudo se asume que cuando una especie se introduce desde su área nativa a otra en la que no estaba presente se produce una pérdida de diversidad genética, ya que en el grupo de individuos transportados no estarían representados todos los haplotipos que existen en las poblaciones nativas. Aunque muchas introducciones cuadren en esta descripción, existen diferentes escenarios en los que las poblaciones introducidas pueden tener una elevada diversidad genética, incluso superior a la detectada en las zonas nativas.

Esto ocurre cuando se introducen muchos individuos, en muchas ocasiones, con orígenes diversos o provenientes de núcleos poblacionales con una diversidad genética inusualmente alta, por ejemplo por mezclar individuos de diferentes poblaciones. Es probable que los cangrejos de río enviados a España desde Toscana en 1588 se ajustasen a este último supuesto, ya que provenían de poblaciones artificiales, mantenidas en los jardines del Gran Ducado toscano.

Por otro lado, el hecho de que en una zona se detecten haplotipos exclusivos, como ocurre en las poblaciones españolas de Austropotamobius, tampoco es indicador de que la especie sea nativa. La noción de exclusividad de los haplotipos depende en gran medida de lo completo que sea el conocimiento de la diversidad genética de la especie estudiada, en toda su distribución. En el caso de Austropotamobius fulcisianus se sabe poco de su genética en Italia, mientras que la información en España no ha dejado de aumentar, al analizarse más individuos y más poblaciones.

“El resultado es que los trabajos cada vez tienen una representación menor de muestras italianas, que en los últimos trabajos no llegan ni al 5% de los individuos y poblaciones”, señala Clavero. “En esas condiciones no tiene ningún sentido hablar de si en España hay más haplotipos o si éstos no aparecen en Italia. Simplemente, esos datos no son informativos”, remata.

En el artículo se propone que, en vez de atender al número y exclusividad de los haplotipos, para evaluar si una especie ha sido introducida se deben estudiar las relaciones entre haplotipos. Si las poblaciones de una especie estudiada en dos zonas fuesen nativas, cabría esperar que los haplotipos formasen dos grupos, porque las variantes genéticas de una zona tenderían a parecerse más entre sí que con las de un territorio lejano.

Pues bien, esto no ocurre con Austropotamobius fulcisianus, ya que los haplotipos detectados en España e Italia se relacionan entre sí sin ningún patrón claro, sin una separación entre territorios. “A pesar de la pobre información disponible sobre las poblaciones italianas, ese patrón es suficiente para señalar el carácter introducido de las poblaciones ibéricas”, propone Clavero.

Un patrón similar al del cangrejo rojo

El equipo de la Estación Biológica de Doñana comparó los patrones genéticos observados en el cangrejo italiano con los obtenidos para el cangrejo rojo (Procambarus clarkii), una especie norteamericana introducida en España en 1973. Ambas especies presentaron numerosos haplotipos en la península ibérica, muchos de los cuales no han sido detectados en las áreas nativas (Italia y el sureste de Norteamérica, respectivamente).

Siguiendo los argumentos utilizados para el cangrejo italiano por quienes defienden su carácter nativo, el cangrejo rojo también sería una especie nativa de la península ibérica. “Sabemos que el cangrejo no es nativo porque conocemos quién, por qué, cómo y cuándo se introdujo. Los patrones genéticos simplemente cuadran con ese conocimiento. La situación es exactamente la misma a la del cangrejo italiano”, señala Clavero.

El Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico aprobó en 2024 una estrategia nacional de conservación del cangrejo de río italiano (al que llama ibérico y Austropotamobius pallipes, a pesar de que esta especie no se encuentra en España) sobre la premisa errónea de que la especie es nativa de la península ibérica. “La evidencia sólida y coherente de la introducción histórica del cangrejo italiano, que emerge desde diversas aproximaciones, desde la historia a la genética, debería hacer replantear las prioridades del Ministerio. Es el responsable último de la conservación de una fauna acuática rica, única en el mundo, que se encuentra muy amenazada y olvidada por las administraciones”, concluye Clavero.

Referencia:

Clavero, M., Bedmar, S., & Oficialdegui, F. J. (2025). ‘Oportunidades y errores en el uso de la genética para conocer el origen de una especie: el cangrejo italiano en la península ibérica’. Ecosistemas, 2892.


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