Granada /
07 de marzo de 2023

Los efectos beneficiosos de un hongo que cuida de las plantas

Fotografía ilustrativa de la noticia

Autoría: Alba Madero / Fundación Descubre

Un equipo de investigación de la Estación Experimental del Zaidín (EEZ-CSIC) en Granada ha confirmado la eficacia de estos microorganismos junto a una hormona para mejorar la resistencia de los cultivos ante enfermedades y plagas.

En la naturaleza, existe un hongo que coloniza pequeños insectos y los convierte en ‘zombis’. Parece el comienzo del argumento de alguna película o serie, pero el Cordyceps es un microorganismo parasitario que ‘controla’ a su huésped mientras lo consume desde el interior hasta la muerte. Su propósito: llegar hasta el nido del insecto o un lugar alto donde pueda esparcir sus esporas y perpetuarse.

Hongos

Los hongos toman forma de ‘árbol’ en el interior de las raíces.

Este final trágico es habitual en las relaciones simbióticas parasitarias, que restan recursos a uno de los dos organismos que conviven. En contraste, las simbióticas mutualistas aportan un beneficio mutuo. Así lo demuestra un equipo de investigación de la Estación Experimental del Zaidín, centro del CSIC en Granada, que ha propuesto el uso de un biofertilizante que combina hongos y hormonas vegetales para favorecer el crecimiento y protección de las plantas. Estos agentes biológicos podrían sustituir la acción de los fertilizantes y pesticidas tradicionales hasta en un 50%. De este modo, los agricultores podrían ahorrar en costes con una enmienda orgánica sostenible.

Beneficios

En su estudio, publicado en Frontiers in Plant Science los expertos detallan que, cuando las plantas sufren un déficit nutricional como falta de fósforo o nitrógeno, producen hormonas como las estrigolactonas o los flavonoides como señal de alerta. Así, los microorganismos beneficiosos del suelo, como el hongo Rhizophagus irregularis, acuden al rescate y colonizan las raíces del vegetal.

Así, estos microorganismos forman micorrizas, es decir, relaciones de convivencia y beneficio mutuo entre el hongo y la planta que se conoce como simbiosis. “Este tipo de hongos se denominan micorrícicos arbusculares, que hace referencia a su capacidad simbiótica y la forma de ‘árbol’ que toman en el interior de las raíces”, explica a la Fundación Descubre el investigador de la Estación Experimental del Zaidín  Juan Antonio López Ráez.

Equipo de investigación EEZ hongos

El equipo de investigación de la Estación Experimental del Zaidín (EEZ-CSIC) en Granada.

Esta relación aporta diversos beneficios al vegetal:

  • El hongo aporta el alimento que la planta necesita para sobrevivir cuando sufre déficit nutricional, actuando como un ‘seguro de vida’.

  • Ayudan en el aporte de agua.

  • Activan el sistema inmune de las plantas para que sufran menos infecciones por otros hongos y bacterias, y menos ataques por plagas de insectos herbívoros.

Simbiosis

En los últimos años, ya se habían propuesto enmiendas orgánicas con microorganismos y hormonas con un efecto similar a los flavonoides, como las estrigolactonas. No obstante, la producción sintética de estas moléculas suele ser muy costosa y, por tanto, su precio de compra muy alto. “Los flavonoides, por otro lado, son más fáciles de producir y obtener, siendo su coste menor”, comenta López Ráez.

Además de este abaratamiento, otro objetivo de los investigadores es que los hongos realicen parte del aporte nutricional de los abonos tradicionales. De este modo, se podría reducir el uso de los fertilizantes habituales y sus efectos nocivos para el medio ambiente, como la contaminación de acuíferos o la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera, entre otros.

Raíz colonizada

El hongo Rhizophagus irregularis viven en simbiosis y tienen efectos beneficiosos en más del 70% de las especies de plantas en estado natural.

De este modo, la propuesta de los investigadores aporta una alternativa barata y sostenible para los agricultores. Asimismo, emplea una serie de mecanismos biológicos beneficiosos que ocurren en la naturaleza entre las plantas y los hongos sin dañar el ecosistema.

Así, los científicos también muestran que, en contraste con la relación parasitaria y ‘tóxica’ que se establece entre el Cordyceps con sus huéspedes, también hay uniones como la del hongo Rhizophagus irregularis con las plantas que son fructíferas y beneficiosas porque, al final, encuentran la forma de vivir en harmonía.

Más información en #CienciaDirecta: Proponen el uso de un biofertilizante que combina hongos y hormonas vegetales para favorecer el crecimiento de las plantas


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