El comportamiento humano en la pintura de Domingo Martínez
Fuente: Universidad de Sevilla
La profesora y divulgadora de la Universidad de Sevilla Susana P. Gaytán reflexiona sobre el comportamiento humano en la colección de ‘Carros’ del pintor Domingo Martínez. Esta iniciativa del Museo de Bellas Artes de Sevilla persigue mostrar otra visión de algunas de las obras que componen el fondo patrimonial de esta pinacoteca. Así, cada semana en su perfil de Instagram expertos y expertas de diferentes áreas del conocimiento analizan una pintura desde el punto de vista de su especialidad.
La profesora y divulgadora de la Universidad de Sevilla Susana P. Gaytán reflexiona sobre el comportamiento humano en la colección de ‘Carros’ del pintor Domingo Martínez. «Su minuciosa presentación de personajes que están festejando el desfile permiten observar muchos patrones de conducta», afirma.
En concreto, la profesora Gaytán, etóloga y profesora doctora de la Universidad de Sevilla, cuenta a lo largo de cuatro días, curiosos datos de comportamiento del ser humano en los cuadros de los carros de Domingo Martínez.
«Me parece súper interesante aprovechar esta oportunidad que me brinda el Museo de Bellas Artes de Sevilla para fusionar arte y ciencia sobre el mismo lienzo», asegura nuestra investigadora.
La figura de Domingo Martínez destaca dentro del panorama artístico sevillano de la primera mitad del siglo XVIII como exponente de la transición entre el espíritu artístico de Murillo y las nuevas corrientes europeas.
‘Carros del Víctor y del Parnaso‘ pertenece a una serie de ocho lienzos que representan los carros triunfales que desfilaron en Sevilla en la Máscara que los obreros de la Real Fábrica de Tabacos organizaron con motivo de la exaltación al trono de Fernando VI y Bárbara de Braganza, en 1747. Estos cuadros fueron pintados para ilustrar el libro que sobre esta fiesta publicó Cansino Casafonda en 1748.
Este era el último cuadro del cortejo, en el que se exhibían los retratos del nuevo monarca y de su mujer Bárbara de Braganza, escoltados por personal uniformado de la Fábrica de Tabacos a caballo, a los que preceden figuras de reyes representando los diferentes reinos del país a caballo portando sus emblemas. En la parte delantera del carro se distingue a Apolo, protector de las musas, rodeado de ellas y ostentando sus atributos y tras él desfilaban varios dependientes de la Fábrica de Tabacos presididos por su director D. José Antonio de Losada. Escoltan el carro un grupo de guardias de corps a caballo y tres carrozas.
Se trata del de mayor importancia simbólica ya que presenta al nuevo rey como protector de la actividad artística. Desvela lo que constituía el sentido alegórico del cortejo: la demostración de lealtad de la ciudad y de la fábrica de Tabacos al nuevo monarca. Por ello adquiere un profundo sentido el hecho de mostrar en la carroza sus retratos, que serán entregados al Ayuntamiento, representante de la autoridad real como recoge el último de los cuadros de la serie. Se ve el edificio del Ayuntamiento con una fisonomía distinta a la actual.
Suscríbete a nuestra newsletter
y recibe el mejor contenido de i+Descubre directo a tu email