Dos meses después de su aparición ya supone siete de cada 10 casos positivos analizados a nivel mundial y ha desplazado al segundo puesto a su predecesora, la variante delta, a la que actualmente ya sólo corresponden alrededor del 30% de los casos activos, según los últimos datos disponibles para la semana del 10 al 16 de enero de la iniciativa GISAID, una organización científica que recopila los datos a nivel global de las secuenciaciones del virus causante de la COVID-19 y analiza las variantes y la trazabilidad de éstas.
En noviembre de 2021 se descubrieron los primeros casos de la variante B.1.1.529 del SARS-CoV-2, más conocida como ómicron, en Sudáfrica. Desde entonces no ha parado de expandirse por el resto del mundo.
Dos meses después ya supone siete de cada 10 casos positivos analizados a nivel mundial y ha desplazado al segundo puesto a su predecesora, la variante delta, a la que actualmente ya sólo corresponden alrededor del 30% de los casos activos, según los últimos datos disponibles para la semana del 10 al 16 de enero de la iniciativa GISAID, una organización científica que recopila los datos a nivel global de las secuenciaciones del virus causante de la COVID-19 y analiza las variantes y la trazabilidad de estas.
El 26 de noviembre de 2021 la Organización Mundial de la Salud (OMS) calificó la cepa ómicron como una variante de “preocupación” (entre las que se encuentran también las cepas delta, alpha o beta). Esta consideración vino por el impacto significativo en la situación epidemiológica de Sudáfrica que estaba teniendo la nueva variante y porque podría incrementar la transmisibilidad, la gravedad de la enfermedad y el escape a la respuesta inmune.
Hasta la llegada de ómicron, delta era la cepa mayoritaria a nivel mundial, concretamente desde finales de junio hasta la última semana de diciembre de 2021. El 98,2% de los positivos que se analizaron en la semana del 15 de noviembre correspondían a esta variante. Si comparamos ambas cepas en el tiempo, ómicron sólo ha necesitado dos meses para superar la barrera del 50% de los casos activos a nivel mundial mientras que delta necesitó más de tres meses para hacerlo, desde la semana del 22 de marzo hasta la del 22 de junio. En dos meses delta ha pasado de suponer el 98,2% a representar sólo el 31% de los casos. Ómicron, por su parte, supone ya alrededor de ese 70% de casos activos restantes.
Desde que comenzó el periodo navideño los casos de contagios por ómicron no han dejado de crecer en España. La incidencia acumulada se sitúa ya en los 3.306 casos por cada 100.000 habitantes para los últimos 14 días, según los datos de Sanidad a 18 de enero. A finales de noviembre los contagios por ómicron representaban el 12% y un mes y medio después ya son el 83% de los casos secuenciados en España, según las últimas cifras aportadas por GISAID para las dos últimas semanas y desglosadas por ‘Our World In Data’.
Dada su rápida expansión, el último informe del Ministerio Sanidad sobre la situación epidemiológica en España reconoce que ómicron ya se ha convertido en la variante predominante: en las 40.933 muestras analizadas de la primera semana de 2022 (entre el 3 y el 9 de enero) el 87,7% de los casos corresponden a esta nueva cepa.
Con respecto al resto de países, España se encuentra en el puesto número 24 entre los que más porcentaje de casos se deben a la variante ómicron.
Ómicron es la variante con más mutaciones descubierta hasta el momento
Ómicron es una variante que tiene más mutaciones que ninguna descubierta hasta el momento, sobre todo en la proteína S o spike, una proteína del SARS-CoV-2 que encaja con la enzima ACE2 de nuestras células y a través de la cual se abre una vía de entrada al coronavirus.
La proteína S es la clave del virus para infectar las células y es precisamente a la que se dirigen las vacunas, según explicó en la Maldita Twitchería la viróloga Sonia Zúñiga, investigadora de coronavirus en el Centro Nacional de Biotecnología. «Solamente en la proteína S, en la espícula, ya hay 32 mutaciones respecto del virus original de Wuhan», explicó a la Agencia SINC Fernando González Candelas, catedrático de Genética e investigador de FISABIO-Universitat de València.
Con respecto a otras variantes anteriores, como delta, ómicron tiene más capacidad de escape inmune, un incremento en la transmisibilidad y una menor gravedad de los casos, tal y como indica el Ministerio de Sanidad.
Según la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), los resultados de estudios publicados recientemente muestran que la efectividad de la vacuna frente a la COVID-19 sintomática es menor para la variante ómicron que para otras. Por lo tanto, es más probable que personas vacunadas desarrollen la enfermedad debido a esta variante.
Sin embargo, la agencia señala que hay estudios que demuestran que la vacunación «continúa brindando un alto nivel de protección contra la enfermedad grave y hospitalizaciones relacionadas con la variante ómicron». Por ejemplo, un estudio realizado en Sudáfrica y publicado en The New England Journal of Medicine apunta que las personas que recibieron dos dosis de la vacuna de Pfizer tienen hasta un 70% de protección frente a la hospitalización.
Según explica a Maldita.es Pedro Gullón, epidemiólogo, profesor en la Universidad de Alcalá de Henares y miembro de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE) dado que no hay todavía un 100% de casos de la variante ómicron, “puede ser que la vacuna pare más la transmisión de la variante delta, pero sí que frena la transmisión a diferentes niveles”. Por ejemplo, para los casos de España, los últimos datos de Sanidad sobre personas vacunadas y no vacunadas muestran que los vacunados tienen menos riesgo de contagiarse que las personas no vacunadas y también menos hospitalizaciones, menos ingresos en unidades de cuidados intensivos (UCI) y menos fallecimientos por COVID-19.
Además, la EMA apunta que hay evidencias de que las personas que han recibido una dosis de refuerzo están mejor protegidas que las que sólo han recibido la pauta primaria de vacunación. Según datos de la Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido (UKHSA), la efectividad de la vacuna frente a la hospitalización es de aproximadamente el 90% después de una dosis de refuerzo.
Suscríbete a nuestra newsletter
y recibe el mejor contenido de i+Descubre directo a tu email