Málaga /
28 de julio de 2021

Abonos para hongos que descontaminan zonas mineras

Fotografía ilustrativa de la noticia

Autoría: Jorge Molina / Fundación Descubre

Un equipo de investigación español ha comprobado que la incorporación de estiércol y carbón de origen vegetal reduce riesgos ambientales latentes en antiguos depósitos y balsas mineras. La combinación de ambos productos mejora la presencia de bacterias y hongos, beneficia el crecimiento de plantas que absorben los metales presentes y limita la erosión en zonas con gran cantidad de restos de esa actividad industrial.

La actividad minera resurge en Andalucía con nuevos proyectos, tanto en la franja pirítica de Huelva y Sevilla como en Alquife (Granada). Las nuevas extracciones se desarrollan bajo controles ambientales más estrictos, y el fin de la actividad está obligado por la nueva legislación a una completa restauración ambiental. Esto incluye la descontaminación de los lugares de depósito del material usado en el laboreo.

Lodos flotantes en los que se observa colonización por parte de la vegetación.

Un equipo de investigación del Instituto de Hortofruticultura Subtropical y Mediterránea La Mayora (IHSMCSICUniversidad de Málaga) y la Universidad Politécnica de Cartagena ha comprobado los beneficios de un abono mezcla de orgánico y mineral para regenerar suelos afectados por la actividad minera. En concreto, la adición de estas dos enmiendas, estiércol y biocarbón –carbón muy rico en carbono elaborado a partir de restos vegetales- elevó la biodiversidad de bacterias y hongos en los suelos. Esto podrá favorecer que se establezcan plantas que concentran los metales en sus raíces. De esta forma aceleran la descontaminación de la zona.

El estudio se centró en averiguar los efectos de añadir abono a un suelo de esas características a la vista de un factor no evaluado hasta ahora, el de la abundancia de fauna microbiana, es decir, de las diferentes especies de microorganismos del suelo. “La combinación de enmiendas con altos contenidos de materia orgánica fácilmente degradable, como el estiércol, y elevada concentración de carbono de lenta disgregación, como el biocarbón, es la opción más adecuada para mejorar la funcionalidad del suelo en las balsas mineras a largo plazo”, responde a la Fundación Descubre el investigador César Petri.

César Petri, responsable del estudio.

Utilizar plantas estabilizadoras se considera la alternativa más eficiente para disminuir los riesgos medioambientales asociados a los depósitos mineros de lodos de flotación, es decir, residuos generados por el lavado de la tierra extraída para así concentrar el mineral presente. Esta técnica implica plantar una cubierta vegetal estable sobre la superficie de los depósitos, que evita la erosión y fija las partículas metálicas en las raíces.

Para favorecer a las plantas ambientes se requiere añadir suelo. El trabajo investigador concluyó que la adición de compost provocó efectos más fuertes en la mayoría de los parámetros del suelo que el biocarbón por sí solo.

Por ejemplo, aumentó el nitrógeno disuelto, que incide en el aumento de la fertilidad de las plantas; y el carbono, el cual favorece la proliferación de agentes biológicos creadores de un suelo equilibrado. El biocarbón sí favoreció a los microorganismos especializados en descomponer material con alto contenido de lignina –la sustancia que da rigidez a las plantas- u otros compuestos de carbono de lenta descomposición.

Ensayo en macetas en una cámara de cultivo, aplicando distintos tratamientos para analizar las características del suelo y su microbiología durante 6 meses.

El experto señala que este ámbito de estudio es de gran interés en Andalucía por el elevado número de explotaciones mineras fuera de uso con que cuenta, cifrada en 3.131 por la Consejería de Hacienda y Financiación Europea. El siguiente objetivo será validar los resultados en las condiciones reales de campo. El trabajo ha sido financiado con fondos del Ministerio de Ciencia e Innovación.

Veintitrés años después del desastre de Boliden Apirsa, empresa propietaria de la balsa minera cuya rotura sepultó de lodos tóxicos el río Guadiamar, los efectos positivos de la normativa desarrollada para evitar otra catástrofe siguen notándose. Y la ciencia colabora tanto en prevención como en restauración.

Más información en #CienciaDirecta: Demuestran que una mezcla de abonos favorece la aparición de cubierta vegetal para descontaminar zonas mineras


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