11 de febrero de 2016

Biomasa a domicilio

Fotografía ilustrativa de la noticia

Para sustituir la tradicional caldera de gasoil por una de biomasa hay que tener espacio. Es el primer y, casi, único requisito. ¿Dónde guardar el combustible? Las empresas suministradoras de pellets, huesos de aceituna o astillas disponen de varias opciones: sacos de 15 kilos, sacas de 1.000 kilos o a granel. Éste puede ser en volquete, es decir, un camión de descarga; o a través de manguera o neumático. Si se elige la opción a granel, lo mejor es disponer de un silo de almacenamiento, una especie de contenedor de obra, lona o subterráneo donde la biomasa se conserva en las mejores condiciones. Y el silo requiere espacio.

El ahorro económico que conlleva esta instalación depende de la factura de la luz de cada consumidor ya que hay que comparar el precio de la electricidad con el precio de la biomasa. José Antonio La Cal explica, con un ejemplo, el coste de una caldera de biomasa de una vivienda unifamiliar. “Cambio una caldera de gasoil, de 20 kilovatios (kW), por otra de biomasa, de la misma potencia. Estimo que el tiempo de uso será de ocho horas al día, durante cuatro meses, es decir, unas 800 horas al año. Si multiplico la potencia, 20 kilovatios, por las horas obtengo la energía que consume la caldera. En este caso, 16.000 kilovatio hora al año”, indica.

El paso siguiente es calcular los kilos de biomasa que se necesitan para alimentar esa potencia. “Para ello, se divide esa cantidad, 16.000 kilovatios hora, por el poder calorífico que tiene la biomasa, que suele ser la mitad del gasoil, es decir, unos 5 kilovatios hora por kilo. El resultado es 3.200 kilos, unas tres toneladas. Si el precio del pellet ronda los 200 euros la tonelada, la calera de biomasa consumirá unos 640 euros al año”, estima. Ahora pueden hacer sus propias comparaciones.


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