¿Qué sucede si buscamos ‘ciencia’ en Youtube? La pseudociencia gana terreno en esta plataforma
Fuente: Universidad de Córdoba
Un equipo de investigación de la Universidad de Córdoba ha estudiado el alcance del conocimiento científico en YouTube España y cuál es el tipo de comunicación más vigente en este ámbito. El trabajo se ha basado en filtrar contenido en esta plataforma a partir del término ‘ciencia’ primeramente y, a continuación, seleccionar los diez canales con mayor número de suscriptores y puntuación y los diez vídeos con mayor número de visualizaciones y «me gusta».
YouTube es una de las principales plataformas, no sólo de entretenimiento sino también de información, especialmente para los jóvenes. Su gran potencial para llegar a millones de personas lo convierte en un espacio fundamental para extender el conocimiento científico pero también puede ser fuente de bulos y contenidos pseudocientíficos.
Consciente de este riesgo, un equipo de investigación de la Universidad de Córdoba ha publicado recientemente un estudio en la revista Prisma Social con el objetivo de conocer el alcance del conocimiento científico en YouTube España y cuál es el tipo de comunicación más vigente en este ámbito. El estudio ha sido realizado por los investigadores Rafael Macho y Manuel Bermúdez, pertenecientes al grupo de investigación HUM-364 especializado en el análisis del discurso y en el pensamiento crítico.
El estudio se ha basado en filtrar contenido en YouTube a partir del término «ciencia» primeramente y, a continuación, seleccionar los diez canales con mayor número de suscriptores y puntuación y los diez vídeos con mayor número de visualizaciones y «me gusta». A partir de estos resultados, emplearon la aplicación web vidlQ, que permite conocer diferentes parámetros de valoración y popularidad del contenido publicado en YouTube y que es ampliamente utilizada por creadores de contenido online para conocer las mejores estrategias de SEO y posicionamiento.
Bajo el término «ciencia», YouTube arrojaba resultados muy variados en los que incluían tanto contenidos del área de ciencias naturales, sociales y físicas como otros del tipo paracientífico. Este hecho ofrece pruebas para argumentar que «el algoritmo de búsqueda de YouTube no resulta un filtro concluyente para obtener contenido científico completo y seguro», según indican los investigadores en el artículo.
La aplicación de filtros de búsqueda avanzada se hace, por tanto, muy necesaria para poder obtener resultados más precisos pero aún así, algunos canales en los que se trata contenido pseudocientífico pueden pasar como verdadero contenido científico a ojos de una audiencia con baja formación y poco desarrollo del espíritu crítico. Los investigadores señalan ante ello, que una orientación didáctica sobre el uso de YouTube podría ser una buena perspectiva de investigación en el futuro.
Otra de las conclusiones más destacadas del estudio es que la mayor parte de los canales de divulgación científica no se asocian con instituciones, sino con personas individuales que en su mayoría son hombres y jóvenes en edad universitaria. Estos canales suelen ser una extensión de los propios gustos del autor que, conforme aumenta su comunidad de espectadores, va adaptando al gusto de la misma.
En cuanto a los vídeos, cabe destacar que aquellos de mayor popularidad se basan en lo más anecdótico y curioso y no en explicaciones descriptivas y teóricas de distintos fenómenos naturales y sociales. Los contenidos se centran o bien en la divulgación científica del ámbito, mayoritariamente, de la Física, la Ecología, la Psicología y la Filosofía o bien en la defensa de la pseudociencia. Por tanto, de momento, en YouTube conviven conjuntamente el contenido científico y filosófico veraz junto con contenido paracientífico y especulativo. Recae sobre la persona espectadora el saber discernir el tipo de contenido que está viendo.
«Mientras que la comunicación especializada previa a la era de Internet se hacía en prensa y se sometía a criterio por parte de un consejo editorial, la era digital ha permitido un gran avance en la autogestión y la autoproducción, lo cual hace que el contenido deba ser competitivo y atractivo a grandes audiencias haciendo que algunos aspectos de la investigación científica o incluso ramas completas puedan quedar descartadas», explican los investigadores.
La audiencia es cada vez más digital, donde el desarrollo de aspectos como el criterio personal o el pensamiento crítico puede no estar a la par con la formación técnica, lo cual hace más necesario la formación en este ámbito para evitar que el contenido pseudocientífico se pueda imponer en la sociedad.
Referencias:
Macho Reyes, R. D., & Bermúdez Vázquez, M. (2020). La comunicación de la ciencia en Youtube España, ¿divulgación, difusión, comunicación o sólo polémica?. Revista Prisma Social, (31), 410-422. Recuperado a partir de https://revistaprismasocial.es/article/view/3929
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