Un georradar 3D para conocer más el yacimiento romano de Balsa en Portugal
Fuente: Universidad de Cádiz
En la primera fase de esta investigación científica, los arqueólogos de este estudio, dirigido por la Universidad de Cádiz, encontraron pistas valiosas que ayudaron a comprender un poco mejor la existencia de esta antiquísima ciudad romana situada en el suroeste de la Península Ibérica.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Cádiz, coordinado por el catedrático del área de Historia Antigua, Lázaro Lagóstena, ha puesto en marcha un estudio arqueológico en el yacimiento romano de Balsa, en Luz de Tavira (Portugal). El objetivo principal de este trabajo es “conocer en profundidad la ciudad romana que se situaba en este emplazamiento hace aproximadamente 2.000 años”.
Tras la cancelación de las excavaciones previstas para el verano, debido a la pandemia, el trabajo de campo se ha reanudado con labores de exploración geofísica en el terreno para terminar de estudiar lo que queda del antiguo asentamiento romano. Para ello, disponen de tecnología especializada de última generación, como un georradar 3D, “un equipamiento que nos permite obtener imágenes en tres dimensiones del subsuelo, detectar estructuras enterradas y otras construcciones romanas, su configuración y la profundidad a la que se encuentran”, como apuntan los investigadores.
En la primera fase de esta investigación científica, los arqueólogos encontraron pistas valiosas que ayudaron a comprender un poco mejor la existencia de esta antiquísima ciudad romana situada en el suroeste de la Península Ibérica. De hecho, “sospechan que en algunos terrenos de la antigua Quinta das Antas, se puede ubicar un gran edificio de espectáculos, dado que se hace referencia a la existencia de un circo en dos inscripciones de la zona”.
Asimismo, “se ha realizado por primera vez una investigación arqueológica mediante técnicas no invasivas en la colina que rodea las casas de la finca de Torre d’Aires, núcleo central del burgo romano”. De esta forma, este trabajo de campo ha consistido en una “radiografía del subsuelo pasando el dispositivo georradar de 2,7 metros de ancho, acoplado a un vehículo 4×4 en la superficie”.
Las conclusiones de este proyecto científico se conocerán en el mes de noviembre, tras un complejo proceso de filtrado y análisis de datos mediante un sofisticado programa informático. No obstante, “podemos adelantar que ya hemos documentado parte de la trama urbana de la ciudad romana, algunas factorías de salazones de su barrio pesquero y zonas de una necrópolis”. Con ello, se espera que “los resultados de este trabajo supongan un importante avance en el conocimiento de lo que aún existe de la ciudad, de la forma en que se estableció su urbanismo y del tipo de construcciones que existían en la época”, como aseveran desde la UCA.
Este trabajo se ha realizado con la colaboración de João Pedro Bernardes, de la Universidad de Algarve, y del arqueólogo del municipio de Tavira, Celso Candeias. Además, forma parte del proyecto científico Balsa, recuperación y difusión de una ciudad romana en el Suroeste Ibérico, financiado por el Programa Operativo del Algarve CRESC 2020 y dirigido por la Universidad de Algarve y el Centro de Ciencia Viva de Tavira.
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