Málaga /
23 de junio de 2020

Algoritmos inspirados en la evolución natural para evitar atascos

Fotografía ilustrativa de la noticia

Autoría: Diego Márquez / Fundación Descubre

Una investigación de un equipo andaluz desarrolla un sistema ‘inteligente’ para regular los semáforos de ciudades grandes a fin de que el tráfico sea más fluido y menos dañino para el medio ambiente.

En este momento de transición, tras la pandemia, la inteligencia artificial abre posibilidades en campos que van desde la salud personal hasta la organización de la casa pasando por el urbanismo. En este campo, dos ciudades europeas de fisionomías tan diferentes como París y Málaga han servido a un grupo de científicos andaluces de tabla de ensayos para un algoritmo inspirado en la evolución natural que mejora el tráfico y disminuye la contaminación.

Obras en la Avenida de Andalucía de Málaga. Foto: Junta de Andalucía.En Europa, donde las urbes no han crecido históricamente siguiendo una planificación previa al modo de las americanas, son las ciudades de poblaciones de 200.000 habitantes en adelante las que más se beneficiarían de este trabajo de investigadores de la Universidad de Málaga (UMA), cuya aplicación no supondría un coste extra para ayuntamientos o gestores que la desarrollen.

El sistema se basa en los denominados algoritmos bioinspirados, es decir, aquellos que simulan la evolución de los seres vivos. En concreto, son los denominados ‘genéticos celulares’ los que aplican los investigadores andaluces. Estas técnicas seleccionan las mejores propuestas para los entramados urbanos analizados, siguiendo un mecanismo no previsto de antemano.

De este modo, plantean mejoras en la regulación de los semáforos y, con ellas, en la circulación. El método de los investigadores es particularmente beneficioso para las grandes ciudades, que son más impredecibles en el funcionamiento de su trama urbana, con multitud de sucesos inesperados en la jornada que terminan afectando al tráfico.

Semáforo en verde. Foto: Pixabay.

Estos algoritmos se adaptan al entorno y van ‘aprendiendo’ de la propia evolución del tráfico. Funcionan con base en los datos que le da un sistema que controla la alternancia de las luces con la que, por ejemplo, en Málaga, un semáforo se pone en rojo en la Alameda, mientras, en paralelo, se abre el paso en una calle del barrio de la Victoria.

Los resultados se muestran en una pantalla de ordenador después de recoger los datos de los ciclos rojo-amarillo-verde de cambio de los semáforos, de tal modo que pueden ser trasladados posteriormente a gestores como los de la ciudad andaluza, con los que estos científicos han trabajado previamente.

La información se introduce en SUMO, el simulador más utilizado en este campo científico por su capacidad para el microanálisis. “El tráfico en una ciudad no se puede encapsular en una fórmula matemática, por muy compleja que sea, de ahí que el sistema tenga en cuenta las características de cada ciudad”, ha explicado el investigador de la UMA Enrique Alba, que ha liderado estos trabajos.

Reunión de trabajo del equipo de investigación de la UMA.

El ADN del algoritmo que surge contiene las variables para lograr una forma óptima de organización del tráfico de ciudades medianas y grandes, donde la planificación de la circulación supone uno de los grandes retos.

Más información en #CienciaDirecta: Aplican algoritmos basados en la evolución natural para regular los semáforos de las ciudades y evitar atascos


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