Jaén /
20 de mayo de 2020

La vida bulle en la cubierta vegetal de los olivares

Fotografía ilustrativa de la noticia

Autoría: Jorge Molina / Fundación Descubre

Un equipo de investigación de la Universidad de Jaén ha detectado que las cubiertas vegetales en los olivares pueden albergar más de 300 especies de plantas herbáceas, y congregan al 10% de estos insectos de la Península. El estudio profundiza en la importancia del manejo agrícola para su presencia.

La abeja de la miel reina en entornos naturales y cultivados por la existencia en Andalucía de unas 600.000 colmenas que se van distribuyendo según convenga a los apicultores, según la asociación que los agrupa. Pero no es la única especie de abeja polinizadora, ya que otras especies silvestres, que se encuentran de forma natural y no conviven en esas colonias, resultan clave para la polinización de numerosas plantas.

Abeja en una cavidad ya con polen y néctar.

El Grupo de Ecología, Evolución y Conservación de la Vegetación Mediterránea, de la Universidad de Jaén, ha identificado 13 especies de abejas solitarias que anidan en cavidades sobre el suelo en olivares andaluces, y dependen de las cubiertas vegetales para sobrevivir. Se trata de insectos que viven en solitario, no en colmenas, y pueden ser bioindicadores del tipo de cultivo aplicado: ecológico con cubierta herbácea o intensivo sin ella.

La investigación se centra en los polinizadores nativos solitarios que forman parte de la biodiversidad que rodea al cultivo del olivo, ya que este árbol se poliniza por vía aérea, sin insectos. Entre ellos no aparece la abeja de la miel (Apis mellifera), pues su estructura es social y tiene consideración de ganado por su manejo con fines económicos. “Nos hemos centrado en las abejas solitarias que utilizan nidales, detectando 13 especies diferentes”, señala a la Fundación Descubre el investigador de la Universidad de Jaén Carlos Martínez-Núñez.

Evolución de un huevo hasta convertirse en larva y abeja.

El objetivo consistía en dilucidar la diferencia en las comunidades de abejas solitarias entre olivares intensivos, que carecen de cubierta vegetal, y ecológicos, con ella. Los resultados apuntan la abundancia de biodiversidad en estos ecosistemas. Por una parte, la alta variedad de plantas herbáceas que polinizan estas 13 especies, más de 68. Por otra parte, la gran variedad en el caso de esos insectos.

El proceso de trabajo estuvo focalizado en las abejas que utilizan cavidades para anidar, de forma que los expertos ubicaron nidales en 18 olivares de cinco provincias andaluzas, la mitad cultivados en ecológico con cubierta vegetal. Estas estructuras resultan muy fiables para el estudio de redes de interacción (representaciones gráficas que muestran qué especie de abeja poliniza qué especie de planta, y con qué frecuencia), indica Martínez-Núñez, pues una vez que la abeja ha depositado sus huevos en la cavidad, coloca junto a ellos polen y néctar recolectado en las cercanías para que se alimenten las futuras larvas. La relación entre cada especie de abeja y los pólenes que transporta resulta evidente.

El investigador de la Universidad de Jaén Carlos Martínez Núñez muestra uno de los nidales.

Después de dos años de estudio, los científicos constataron la existencia de tres abejas relevantes por su abundancia: Osmia submicans, Hoplitis adunca y Osmia caerulescens.

Dos abejas suponen un buen bioindicador del tipo de manejo agrícola. O. Caerulescens y O. Bicornis ocupan posiciones importantes en las redes de interacción en olivares ecológicos, siendo así buenas indicadoras de este tipo de  manejo.

También identificaron las plantas clave para la alimentación de estos insectos. En concreto, la margarita –Calendula arvensis-, un tipo de crisantemo –Glebonis coronaria-, las viboreras –el género Echium-, la achicoria –Leontodon longirostris y Sonchus asper– y diente de león –Taraxacum officinale-.

El investigador resalta el valor de la cubierta herbácea en el olivar, un cultivo que tradicionalmente la ha eliminado, como también se ha ignorado a los polinizadores.

Cubierta herbácea del olivar con alta biodiversidad.

El investigador cita la existencia de otros estudios que alertan del peligro de la sobreabundancia de la abeja de la miel, pues compiten con las especies solitarias silvestres y pueden excluirlas.

Un duelo al sol entre olivos que hacen de testigos mudos. La convivencia entre el ganado de la miel y las abejas sin reina parece el formato idóneo para que sigan produciendo servicios económicos y ecológicos, valga la redundancia.

Más información: Identifican abejas solitarias en el olivar como bioindicadoras del cultivo intensivo o ecológico.


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