Repelente contra abusones: Tener un buen concepto sobre sí mismo
Autoría: Remedios Valseca / Fundación Descubre
Investigadores de las Universidades de Granada y Almería proponen la intervención educativa desde edades tempranas en aspectos como tener una buena opinión sobre uno mismo y la empatía ya que, según el estudio, reducen el riesgo de ser acosado en la escuela y de tener conductas agresivas. Se trata del primer trabajo que establece relaciones causales entre estas variables aplicando un modelo estadístico.
El alumno que piense bien de sí mismo y que sea capaz de ponerse en el lugar del otro tendrá menos posibilidades de ser víctima de acoso en la escuela y de ser agresivo. Así concluye el estudio que investigadores de las Universidades de Granada y Almería han publicado en la revista PLoS One en el que establecen la importancia de trabajar en el aula estos factores, el autoconcepto y la empatía, para la erradicación de las conductas violentas.
Según la Organización Mundial de la Salud, el 7,5% de los niños y el 4,3% de las niñas han sido víctimas de acoso escolar. Esta cifra podría bajar con la implantación de programas de intervención en centros educativos. Pero, ¿cómo hacer que éstos sean eficientes? Lo primero que se debe conocer, según indican los expertos, es qué factores influyen en el desarrollo de comportamientos violentos y qué habilidades o competencias en el alumnado podrían erradicar estas conductas.
Para intentar dar una respuesta, los científicos tomaron estos dos factores, el autoconcepto y la empatía, como valores que a priori podrían tener alguna relación con el acoso. Con la información obtenida tras este estudio, los docentes y orientadores podrán desarrollar una intervención práctica con un enfoque más acertado en la lucha contra el acoso. “Los programas de actuación educativa deben promover la percepción positiva que el escolar tiene de sí mismo en sus diferentes dimensiones. Un chico que tenga una buena imagen de sí mismo, no le importará lo que otros digan de él, lo que lo alejará de la diana de los abusones”, indica a la Fundación Descubre el investigador de la Universidad de Granada Manuel Castro, autor del artículo.
En el término autoconcepto, que no debe confundirse con la autoestima, no entra solamente la imagen visual que tenemos sobre nosotros mismos, sino que es el conjunto de ideas que creemos que nos definen. Esto incluye un sinfín de características físicas, afectivas, intelectuales, relacionales… que nos describen como “yo”. Los investigadores, en este sentido, lo tienen claro. Si al alumnado se le insiste desde edades tempranas en que la imagen que tienen de sí mismos debe ser buena y se trabaja con ellos para que comprendan los sentimientos y emociones que sienten los demás tras sus acciones, el acoso podría desaparecer en las escuelas.
De esta manera, destacan la importancia de trabajar también la empatía como una habilidad social, que ayudará a los posibles agresores a ponerse en el lugar de la víctima, disminuyendo la prevalencia de estos comportamientos violentos
El estudio también ha mostrado que la conducta violenta más usual es la instrumental, es decir, la que se ejerce para obtener algún beneficio, como pegar a alguien para quitarle el bocadillo o hablar mal de otro para tener más popularidad. Además, la idea positiva sobre el propio rendimiento académico es el indicador con mayor influencia sobre las conductas no violentas. Es decir, aquéllos que piensan que son buenos estudiantes son menos agresivos y sufren menos acoso.
Ni el tipo de centro ni el género ofrecen diferencias en cuanto a la relación entre estas variables. Sin embargo, el estudio confirma los resultados obtenidos en otros trabajos sobre el tipo de violencia que ejercen chicos y chicas. Ellos practican más la violencia manifiesta, que surge cuando hay algún tipo de agresión física o verbal, como golpear o insultar a un compañero directamente y en la se puede identificar al agresor. Ellas ejercen más la relacional, referida a los comportamientos que provocan la exclusión de un miembro del grupo de iguales y en los que el agresor puede permanecer anónimo.
Sin embargo, no todo está dicho en relación al acoso escolar. Aún son muchos los factores que deben analizarse y que podrían tener una implicación directa en el desarrollo de conductas violentas. En esta línea, los investigadores plantean la necesidad de continuar los trabajos analizando otras construcciones de interés como la autoestima, el estrés o la ansiedad.
Más información en #CienciaDirecta: Demuestran que la percepción positiva sobre sí mismo del alumnado disminuye la violencia en el aula.
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