Detectar el polen de olivo aun cuando parece invisible
Un equipo de investigadores malagueños diseña un protocolo que mide la cantidad de polen de olivo en la atmósfera y, en especial, aquellas sustancias que generan una reacción en las personas alérgicas. Este avance permite una mayor eficiencia en la cuantificación de alérgenos en días con baja presencia polínica.
El 25% de la población de los países industrializados presentan reacciones inmunitarias que se traducen en síntomas como la rinitis, la rinoconjuntivitis o el asma bronquial, según datos de la Academia Europea de Alergia e Inmunología Clínica (EAACI). El polen y otras partículas en suspensión son uno de los principales agentes responsables de estos desórdenes. En el entorno mediterráneo, el olivo es un importante factor detonante en las alergias, al igual que ocurre con otras especies de plantas como las gramíneas, los cipreses, los plátanos de sombra o las parietarias, entre otros.
Científicos de la Universidad de Málaga han conseguido cuantificar el principal alérgeno del olivo en la atmósfera, aun cuando la concentración de su polen en el ambiente es muy baja o incluso nula dentro del periodo de floración. La rotura de los granos y la liberación de su contenido en el aire puede derivar en una respuesta inmunológica en personas. Esta técnica ofrece mayor información para entender por qué se producen respuestas alérgicas en días donde el registro polínico no es significativo.
El estudio se centra en una proteína en concreto, la Ole e 1, que se sitúa en el interior de la célula del grano de polen y que es la principal causante de la alergia al olivo. Con el fin de optimizar la determinación de su concentración en el entorno, los expertos han comparado varias disoluciones de compuestos químicos (tampones) utilizados para extraer estas proteínas hasta encontrar el más adecuado.
Para estimar su concentración en el aire, los investigadores han recurrido a una técnica de inmunoensayo conocida como ELISA tipo sándwich. En primer lugar, se sitúa una capa con un anticuerpo que reaccionará ante la proteína Ole e 1, agarrándola y separándola del resto de sustancias. Sobre ella se sitúa la muestra, que tras un periodo de incubación se lava para aislar únicamente aquello que interesa analizar. Finalmente, se utiliza una segunda capa de anticuerpo modificado para lograr amplificar la señal y dar color a la muestra. En función de la intensidad de su tono, la concentración del alérgeno sería mayor o menor.
Esta fórmula ha permitido demostrar que la correlación entre polen de olivo y su alérgeno Ole e 1 es por término medio en la atmósfera de Málaga (0,9) superior a las expuestas en la literatura científica en otras ciudades (0,2 a 0,8). Una información relevante a nivel sanitario, ya que permite predecir mejor la respuesta alérgica de la población y orientar a esta con pautas de precaución más definidas.
Más información en Ciencia Directa: Desarrollan un método más eficiente para detectar en el aire la principal sustancia del olivo causante de alergias.
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