Durante miles de años fenicios, cartagineses y romanos extrajeron minerales de los depósitos de sulfuros de la cuenca minera de Huelva. A finales del siglo XIX el asentamiento de un consorcio británico incrementó exponencialmente la actividad, atrayendo progreso, tecnología, empleo y generando más contaminación. Tras décadas de abandono, los residuos ricos en metales pesados traspasan los límites de la provincia a través de sus ríos. Un grupo de investigación de la Universidad de Huelva y técnicos de la Agencia Andaluza de Medioambiente y Agua han encontrado una fórmula para mitigar esta contaminación: residuos de la industria azucarera y cenizas de la quema forestal.
La realización de medidas correctoras en áreas mineras durante la construcción del embalse de Alcolea en la provincia de Huelva ha estimulado una solución para paliar la inmensa cantidad de residuos de metales pesados existentes en los suelos de la cuenca fluvial del río Odiel. Un grupo de investigadores de la Universidad de Huelva y técnicos de la Agencia de Medio Ambiente y Agua de Andalucía han ideado un sistema para contrarrestar la contaminación que se produciría cuando las aguas del río inunden la zona de Las Viñas, que inundará parcialmente la nueva presa.
El estudio, que partía con el objetivo de determinar la movilidad de los metales en los suelos contaminados y evaluar el potencial impacto en el embalse, ha logrado establecer una serie de medidas correctoras para paliar un posible impacto medioambiental. Durante la investigación se han clasificado los metales existentes en el terreno, encontrando arsénico, cadmio, cobre, antimonio, plomo o mercurio.
Tal y como ha indicado a la Fundación Descubre el doctor Carlos Ruiz Cánovas, director de la investigación, la opción más idónea consiste en emplear residuos alcalinos: “La aplicación de estos, procedentes de la industria azucarera o cenizas de combustión de residuos forestales, limitaría la contaminación de los suelos al embalse y permitiría utilizar residuos de difícil gestión, cumpliendo así con los objetivos de economía circular”.
El nuevo embalse de Alcolea se ha proyectado para regular y aprovechar las aguas de los ríos Odiel y Oraque, contará con una capacidad máxima de 274 hectómetros cúbicos y anegaría zonas mineras abandonadas como Las Viñas: “La cuenca del río Odiel está fuertemente contaminada por la minería, y las aguas de ese embalse, basado en estudios previos, se prevé que sean ácidas y ricas en metales. La contaminación progresiva de las aguas embalsadas ya se ha observado en otros como el Sancho, que recibe vertidos mineros procedentes de las minas de Tharsis”, aclara el doctor Ruiz Cánovas.
Resultados contrastados
El Laboratorio de Mineralogía Ambiental y Geoquímica ha alcanzado estas conclusiones tras dos años de investigación centrados en un muestreo intensivo en la zona, determinaciones analíticas y una exhaustiva interpretación de los datos.
Este departamento ha patentado en los últimos años tres tratamientos de depuración de contaminantes mineros e industriales.
Los resultados del estudio titulado ’Assessing the quality of potentially reclaimed mine soils: Environmental implications for the construction of a nearby water reservoir‘, han sido publicados en la revista Chemosphere.
En la actualidad, la Junta de Andalucía lleva a cabo las medidas de restauración planteadas en el estudio de investigación, por lo que los resultados se podrán contrastar en breve.
El Laboratorio de Mineralogía Ambiental y Geoquímica continúa estudiando otros tratamientos sostenibles de depuración de efluentes mineros y de restauración de suelos contaminados. Recientemente han abierto una nueva investigación basada en la microencapsulación de contaminantes en escombreras mineras.
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