José Miguel Serrano Delgado: “Es una pena que en la egiptología aparezcan como divulgadores personas que no son profesionales”
Autoría: Luz Rodríguez / Fundación Descubre.
Asesoría científica: José Miguel Serrano Delgado.
José Miguel Serrano Delgado. Egiptólogo.
¿Qué arqueólogo no ha soñado alguna vez con encontrar durante una campaña de excavación un sarcófago con una momia intacta, un objeto maravilloso o una joya valiosa? Para José Miguel Serrano Delgado, investigador, experto en egiptología de la Universidad de Sevilla y autor de varias publicaciones, igual de importante o más es el hallazgo de un texto escrito en una pared, inscripciones en forma de jeroglíficos que permiten al investigador conectar con personas de hace 3.000 o 4.000 años. Entre Egipto y Sevilla desde 2002, Serrano desempeña su labor como investigador y como miembro del equipo directivo del Proyecto Djehuty, misión arqueológica española que desarrolla su actividad investigadora en la antigua y mítica necrópolis de Tebas, uno de los centros neurálgicos de la egiptología. En estos 16 años de campaña, la excavación ha proporcionado importantes hallazgos y se han hecho numerosas y valiosas contribuciones al conocimiento del siempre fascinante Antiguo Egipto.
– Pregunta (P): ¿En qué consiste el Proyecto Djehuty, una misión en la que lleva trabajando como uno de sus responsables, junto con el investigador del CSIC José Manuel Galán, desde hace casi dos décadas?
– Respuesta (R): Cuando comenzamos esta misión en 2002 nuestro objetivo, el de José Manuel Galán y mío, era la excavación, restauración y publicación científica de un conjunto de monumentos funerarios y enterramientos de individuos de clase media y alta, en la colina de Dra Abu el-Naga, ubicada en el extremo norte de la necrópolis de Tebas. Dos de estos destacados individuos eran Djehuty y Hery, altos funcionarios al servicio de la administración real en torno al año 1.500 a.C.
– P: ¿Por qué eligieron como objeto de investigación esta tumba en concreto?
– R: La tumba de Djehuty estaba descubierta desde el siglo XIX pero vimos que tenía un potencial enorme porque no había sido terminada de excavar y de investigar. Entonces le propusimos al gobierno egipcio continuar nosotros la excavación, estudiar y publicar sobre ella. La de Djehuty era la principal, pero estaba unida a otra tumba, la de un egipcio llamado Hery. En estos años nuestros objetivos se han ampliado y diversificado. De dos tumbas que teníamos al comienzo de nuestra misión, hemos pasado en la actualidad a seis o siete tumbas que tenemos que excavar y estudiar. La misión se ha convertido en un proyecto mucho más amplio y ambicioso, con personal multidisciplinar e internacional y con objetivos diversificados.
– P: ¿Cómo ha evolucionado la misión desde sus inicios tras casi 17 años ininterrumpidos de investigación?
– R: Ha cambiado muchísimo. Empezamos en 2002 con siete personas, todos arqueólogos y egiptólogos. En estos años a medida que hemos ido encontrando nuevas tumbas, objetos y documentos históricos, hemos tenido que diversificar. Ahora contamos con restauradores, paleopatólogos, arquitectos, ingenieros, ceramistas, paleobotánicos, fotógrafos…
– P: ¿Qué labor desempeña como investigador dentro de este proyecto?
– R: Mi trabajo durante la misión, que suele ser de un mes y medio entre enero y febrero, es dirigir una parte de la excavación arqueológica. Como egiptólogo, estudio y hago públicos los resultados científicos del trabajo que realizamos durante la campaña. Mi trabajo tiene dos partes: una en Egipto, como director de excavación, y otra en la Universidad el resto del año, como investigador trabajando con los conocimientos que la excavación nos aporta.
– P: ¿Cuál ha sido la aportación española en el ámbito de la egiptología?
– R: Fuimos la primera misión española permanente en Tebas. Llegamos a uno de los campos arqueológicos más ricos del mundo, con muchas misiones internacionales con una gran tradición académica en investigación arqueológica de Egipto, como Alemania, Reino Unido, Francia… Al principio éramos los ‘novatos’. Pero en dos o tres años se dieron cuentan de que estábamos haciendo aportaciones novedosas. Desarrollamos una metodología arqueológica y de estudio de investigación, de diseño de objetivos, diferente a las de la mayoría de las misiones de países más avanzados en egiptología.
– P: ¿En qué consisten estas aportaciones novedosas?
– R: Hemos sido los primeros en plantearnos excavar primero el exterior de las tumbas antes de iniciar los trabajos en el interior, con el fin de estudiar la superficie que hay al aire libre en una tumba egipcia, el patio. Fuimos pioneros y dedicamos varios años a excavar el exterior antes de meternos en la tumba de Djehuty. Esta metodología, este diseño novedoso de objetivos, nos ha aportado algunos de nuestros hallazgos y aportaciones más importantes.
– P: Localizar las tumbas, despejar los accesos o trasladar las piezas son algunas de las tareas que realiza una parte importante del equipo que participa en las campañas del Proyecto Djehuty. ¿Cuál es el trabajo que desempeñan los trabajadores egipcios durante la excavación?
– R: Hacen un trabajo valiosísimo. Muchos de estos trabajadores llevan años trabajando en misiones arqueológicas, algunos durante varias generaciones. Saben muchísimo de arqueología, de materiales, de cómo enfrentarse a una excavación… Están muy bien preparados e interesados porque son conscientes de que todo esto forma parte de su pasado, de su legado y se sienten orgullosos de que su país sea fuente de riquezas artísticas e históricas. Además, la arqueología crea muchos puestos de trabajo. Hemos construido a lo largo de estos años unos vínculos muy estrechos de camaradería.
– P: De todas las campañas en las que ha participado, ¿qué momento destacaría?
– R: Hay muchos… Nunca olvidaré el primer día que entramos en la tumba de Djehuty, el 2 de febrero de 2002. Abrimos la tumba, que estaba cerrada con una cancela y tapada con piedras, y entramos por primera vez… Salimos entusiasmados, había mucho más textos e inscripciones de lo que pensábamos. Ese primer contacto fue muy emotivo y excitante. Otro fue cuando encontramos uno de nuestros hallazgos más importante, el enterramiento intacto de un noble egipcio de hace 4.000 años. Lo encontramos cuando ya estábamos a punto de abandonar, en el último momento. Nuestro capataz vio algo maravilloso a través de una grieta. Fue un momento muy emocionante para todos.
La atracción por el Antiguo Egipto
– P: Hay siempre mucho interés por todo lo que rodea a una excavación arqueológica en Egipto, encontrar una momia intacta o una tumba que no ha sido expoliada llena de tesoros… ¿Cuáles son para usted, como experto, los hallazgos más valiosos?
– R: La arqueología, por suerte o por desgracia, es una disciplina científica que se ha popularizado mucho desde el siglo XIX. Hay personas que tienen una imagen preconcebida, incluso desde dentro del mundo académico, de que la arqueología es sólo encontrar objetos maravillosos y valiosos. Eso está bien, nos encanta este tipo de hallazgos, pero también están aquellos que son valiosos por su valor histórico. Es el caso por ejemplo de un texto escrito en la pared en el que descubres, tras limpiarlo y estudiarlo, que un egipcio de hace 3.000 años te está hablando con sus propias palabras. Otro ejemplo fue cuando encontramos hace unos años el primer jardín funerario que se conserva del Egipto faraónico en los que se cultivaban plantas y especias destinadas al culto del difunto. Sabíamos que esto se hacía pero nunca se había encontrado uno intacto.
– P: ¿Por qué atrae tanto todo lo relacionado con el Antiguo Egipto?
– R: La civilización egipcia forma parte de la cultura popular. No es difícil encontrar en algunas ciudades españolas un restaurante, cafetería o negocio que no tenga un nombre egipcio, Anubis, Osiris, Tebas… Lo egipcio atrae, aunque esta circunstancia tiene el peligro de que la imagen popular que se tiene no coincide o incluso tergiversa o falsea la realidad. Para eso estamos los científicos y los académicos que nos dedicamos a esto, para ofrecer una formación en egiptología seria y rigurosa.
– P: Una formación que interesa, como se puede comprobar en el éxito de convocatoria que tienen los cursos sobre escritura egipcia que lleva impartiendo desde hace años en la Universidad de Sevilla…
– R: Somos un referente en formación en lengua y escritura egipcia. Fuimos pioneros en Sevilla en ofrecer una especialización en la traducción de textos jeroglíficos egipcios que actualmente se oferta en otros centros de España.
– P: Ha puesto a disposición de la ciudadanía todo este conocimiento a través de la página web del proyecto (www.excavacionegipto.com). ¿Qué importancia tiene la divulgación científica en su proyecto Djehuty?
– R: El diario de las campañas es una de nuestras ‘joyas’. A mi juicio, la divulgación es muy importante. Aunque es una pena que en la egiptología aparezcan como divulgadores personas que no son profesionales. Entendemos que debemos dedicar parte de nuestro tiempo a la divulgación y en ese sentido la página web ha sido un pilar fundamental de nuestra proyección social. Así lo entendimos desde el principio, en 2002. En esto también fuimos pioneros. Pocas misiones arqueológicas tenían un diario de excavación. Colgamos fotos de las piezas que hemos encontrado y explicamos cómo va avanzando nuestro trabajo. En la web tenemos visitas virtuales a la tumba, los documentales y programas de televisión que se han hecho sobre el proyecto, así como artículos divulgativos sobre quién era Djehuty, su época, etc. Es nuestra aportación no sólo para uso de la comunidad científica, sino para que cualquier persona interesada pueda tener acceso a una información seria y rigurosa.
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