20 de abril de 2018

“La biotecnología puede ofrecer nuevos recursos para la conservación del patrimonio arquitectónico de la Alhambra”

Fotografía ilustrativa de la noticia

Informa: Luz Rodríguez / Fundación Descubre.

Asesoría científica: Fernando Bolívar Galiano.

Fernando Bolívar Galiano. Biólogo y doctor en Bellas Artes por la Universidad de Granada.
El proyecto VIRARTE surge en 2015 con la intención de reactivar los trabajos ya realizados por una parte del equipo actual en la Alhambra desde hace 25 años. Bioquímicos, ingenieros químicos, farmacéuticos y geólogos se han sumado a biólogos y restauradores para implementar las posibilidad de desarrollar nuevos métodos de diagnosis y tratamiento del biodeterioro sufrido por las fuentes, surtidores, arcaduces y albercas del conjunto monumental de la Alhambra, que provoca enormes gastos al Patronato, tanto de mantenimiento como de restauración. Lidera el proyecto el biólogo Fernando Bolívar Galiano, doctor en Bellas Artes por la Universidad de Granada y catedrático de Biodeterioro en el Grado de Restauración y de Pintura en el Grado de Bellas Artes.
Fernando Bolívar y su equipo trabajando en el proyecto sobre microorganismos en las fuentes y acequias de la Alhambra. Foto: Manuel Calero

Fernando Bolívar y su equipo trabajando en el proyecto sobre microorganismos en las fuentes y acequias de la Alhambra. Foto: Manuel Calero

-¿Qué es el biodeterioro y cómo afectan los microorganismos y los agentes biológicos a los bienes culturales?

El biodeterioro es todo cambio de un material mediatizado por organismos vivos, tanto los producidos por los vegetales y los animales, como por los microorganismos. Los más conocidos son los efectos de las carcomas, polillas, roedores y palomas. Además de alteraciones cromáticas y estéticas, los microorganismos provocan cambios químicos y físicos en los materiales inorgánicos donde actúan. Uno de los más importantes procesos es la formación de biopelículas, tapetes y costras minerales, y la contribución en el mal de la piedra. En los bienes orgánicos, como la madera, los textiles, el papel, etc., actúan de manera química y mecánica y pueden producir la total destrucción con la colaboración de los insectos y otros animales.

-¿Cómo puede ayudar la ciencia a preservar el patrimonio cultural?

Conocer las especies y sus capacidades de alteración de los materiales nos posibilita la búsqueda de los mejores métodos para combatirlas. La ciencia también interviene en el proceso de diseño y fabricación de los productos de conservación.

-¿En qué consiste el proyecto que lleva a cabo en la Alhambra sobre diagnosis y tratamientos de microalgas presentes en la arquitectura del agua?

Las microalgas y otros organismos han demostrado su capacidad de resistencia a los tratamientos tradicionales y hemos constatado que estos productos químicos no sólo no los exterminan si no que provocan daños aún mayores en los materiales a conservar y en el entorno natural de los mismos. Nuestro proyecto consiste en el estudio y control del biodeterioro de infraestructuras artísticas hidráulicas (fuentes, surtidores, arcaduces y albercas) por la acción de microorganismos fotosintéticos (cianobacterias, diatomeas, algas verdes y líquenes). Es una realidad bien conocida que puede ser tratada con diversos métodos de limpieza física, química y biológica, pero esta última es la menos desarrollada hasta el momento.

-La biotecnología, entonces, juega un papel importante en la protección del patrimonio de la Alhambra…

La biotecnología puede ofrecer nuevos recursos para la conservación. Nuestra propuesta es usar un novedoso método biológico: la “terapia fágica” para eliminar o atenuar los efectos nocivos de las microalgas sobre el patrimonio arquitectónico del conjunto monumental de la Alhambra.

En síntesis, estamos estudiando la presencia de diferentes fagos (virus que atacan a las bacterias) en las especies más activas en el biodeterioro del conjunto monumental, identificarlos y caracterizar su estructura  mediante cultivos en laboratorio y aplicarlos finalmente de forma específica a las comunidades biológicas que afectan este patrimonio. Un método biológico con antagonistas naturales que supondría una gran revolución sobre los métodos que se vienen utilizando en este tipo de materiales culturales.

-¿En qué fase se encuentra actualmente el proyecto?

Estamos en el segundo trimestre del segundo año de los tres primeros años concedidos. Hemos terminado la fase de dotación y puesta a punto de laboratorios, diseño de protocolos, obtención de muestras y elaboración de cultivos. El proyecto VIRARTE ha sido concedido por el Plan Nacional de Investigación del Ministerio de Economía Competitividad y gracias al apoyo del Vicerrectorado de Investigación y Transferencia de la UGR. Además se ha complementado con un proyecto financiado por el Patronato de la Alhambra y por la reciente concesión del Premio del Consejo Social de la UGR a la Unidad de Excelencia ‘Ciencia en la Alhambra’ creada para incentivar la solicitud de nuevos proyectos que integran a mayor número de investigadores tanto científicos como de humanidades. En el plano internacional contamos con la participación de instituciones de gran prestigio, como la Smithsonian Institution, con sede central en Washington DC; el Instituto Sbarro, con sede en la Temple University de Philadelphia, y el Consiglio Nationale delle Ricerche, en Florencia.

-¿Cómo está ayudando la ciencia a la preservación de un conjunto monumental tan importante como la Alhambra?

La ciencia está empezando a ayudar a la conservación de la Alhambra desde hace relativamente poco tiempo. Con anterioridad, las actuaciones eran exclusivamente técnicas y artesanales siguiendo los criterios intuitivos de los responsables del momento. No se han realizado demasiadas tesis doctorales y de hecho, la defendida por el investigador principal del proyecto se remonta a los inicios de los años 90 y fue la primera sobre biodeterioro en toda España.

Ciencia y Arte

-En su trabajo investigador confluyen la química, la microbiología y el arte, ¿qué papel juega cada una de estas disciplinas en sus proyectos y qué relación se establece entre ellas?

La química es una ciencia fundamental en la que se basan otras muchas como es el caso de la microbiología. Lo que ocurre es que a la hora de los tratamientos, los químicos tienen connotaciones negativas por ser los causantes de numerosas contaminaciones medioambientales y efectos nocivos o corrosivos en los materiales artísticos. Por ello es que nos centramos en desarrollar métodos biológicos. El arte, en este caso, es la disciplina al servicio de la cual se ponen los científicos. Estamos hablando de ciencia aplicada al arte. Pero hace falta entender de arte para respetar e interpretar las obras y construcciones tanto relativas a su valor histórico y artístico a la hora de aplicar los tratamientos.

 

Foto: Gaetano Alfano.

Foto: Gaetano Alfano.

-Usted es biólogo y posee una Cátedra de Pintura, ¿cómo integra estas dos facetas en su trabajo como investigador? ¿Y en la de artista?

Sí, por suerte he podido conectarlas mediante una corriente cultural interdisciplinar que hemos creado llamada Ligalismo, tanto en la investigación (no en vano esto nos hace ser líderes en publicaciones y proyectos dentro de las Bellas Artes) así como artista lo que me posibilita realizar proyectos de ilustración científica y de desarrollo de técnicas experimentales que difícilmente podría haberme imaginado si no fuera biólogo en activo, con todo lo que conlleva.

-Y del trabajo que está desarrollando como investigador en la Alhambra, ¿qué es lo que más destaca?

El hecho de que se estén consiguiendo los objetivos específicos marcados para la primera mitad del proyecto, aunque haya sido laborioso coordinar un equipo de doce miembros y poner a punto varios laboratorios (de botánica ficológica, de ingeniería del producto, etc).

-¿Y cuáles son los objetivos más destacables y novedosos de este proyecto?

Pues identificar los agentes biológicos de deterioro en el patrimonio material de las zonas expuestas a la intemperie del conjunto de la Alhambra (patios y jardines, principalmente); caracterizar, cultivar y en breve secuenciar los genomas de las especies identificadas, empleando técnicas de biología molecular; plantear productos basados en fagos u otros enemigos naturales que permitan controlar, eliminar e incluso prevenir el biodeterioro y desarrollar estrategias y protocolos de control del biodeterioro a medio y largo plazo.

Y lo más novedoso es la expectativa de obtener nuevos tratamientos que sustituyan los que se vienen utilizando en todo el mundo, que no están garantizando la permanencia de nuestro patrimonio asociado al agua. Y lo mejor es que estarán consensuados por la participación de todas las disciplinas del conocimiento relacionadas con la conservación de los bienes culturales materiales.


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