Tecnología andaluza para la formación en la lucha contra los incendios forestales
Desde julio de 2016 más de 378 mil hectáreas se han visto afectadas por los incendios forestales que están asolando el centro y el sur de Chile. La emergencia todavía no está controlada. La ola de incendios, la peor que ha sufrido en toda su historia, ha dejado 11 personas fallecidas y miles de damnificados. Expertos de todo el mundo han acudido a la llamada de ayuda del país latinoamericano para colaborar en las labores de extinción. La formación y preparación de los profesionales que se dedican a luchar contra los incendios forestales es fundamental. Andalucía cuenta con una plataforma de entrenamiento, única en el mundo, donde vienen a formarse profesionales de España, Bolivia, Chile y Sudáfrica a través de potentes simuladores de última generación para el desarrollo del entrenamiento en vuelo y en misión de incendios forestales.
En el Centro de Tecnología y Conocimiento Aeronáutico (CTCA) del Parque Tecnológico Aeroespacial de Andalucía (Aerópolis) de Sevilla se encuentra ubicado el Sistema de Entrenamiento Integrado de Lucha Antiincendios Forestales (SEILAF) desarrollado por la empresa cordobesa Faasa. SEILAF, que está en funcionamiento desde hace cuatro años, juega un papel fundamental para dotar de formación especializada a los profesionales que intervienen en los incendios. Los simuladores permiten realizar maniobras y acciones que, por su peligrosidad, son prácticamente imposibles de enseñar en la realidad. Mejora la preparación y, por lo tanto, incrementa la eficacia a la hora de extinguir los incendios forestales que cada año se producen en todo el mundo.
“El entrenamiento simulado en la lucha contra incendios forestales ayuda a obtener una mejor preparación y eficacia a la hora de extinguirlo y resulta fundamental, como en el caso de Chile, para los profesionales que intervienen”, sostiene Miguel Ángel Tamarit, presidente de grupo aeronáutico Faasa.
A través de un sistema integrado de tres simuladores, que pueden estar conectados entre sí o actuar individualmente, se consigue un efecto de inmersión total en la realidad del fuego con una acción controlada y monitorizada en tiempo real. “De este modo, el piloto forestal que se entrena por ejemplo en el simulador de helicóptero tipo Bell 412 puede sentir la pérdida de sustentación del aparato cuando entra en zona de humo o su ‘encabritamiento’ al descargar agua sobre la zona afectada por el fuego, gracias a que su cabina se encuentra sobre un sistema electro-neumático de 4 ejes, pionero y de última generación, que permiten un movimiento real acorde a las maniobras que realiza el piloto en función de cada misión”, explica Miguel Tamarit.
Para conseguir mayor autenticidad consta de una cabina real de un Bell 412 con instrumentos propios de este modelo, rodeado de una esfera de 3,25 metros de radio. “Además, por primera vez el piloto y el copiloto pueden controlar y observar el bambi o helibalde (sistema de descarga de agua) desde el puesto de mando a través del espejo retrovisor posterior, consiguiendo una total similitud con una carga y descarga de agua real”, añade.
El Centro dispone además de otros dos simuladores: uno de Coordinación de Medios Aéreos (COA) para la formación en la gestión de este tipo de operaciones y otro Simulador de Dirección Técnica de Extinción (DTE) en el que, a través de un vehículo real con sistemas de comunicaciones y una estación meteorológica situados frente a una pantalla de ocho metros, se proyectan en alta definición escenarios virtuales donde avanza el fuego y actúan los elementos tácticos. Este último va dirigido a la formación tanto del director de extinción como de posibles ayudantes, ya sea un jefe de sección de planificación, un técnico analista, un técnico asesor de grandes incendios o un jefe de sección de logística, en función de la complejidad de la emergencia. Algunos de los perfiles que se forman en estas instalaciones son el de analista de incendios forestales, coordinador aéreo o director de extinción de incendios (ataque inicial, ampliado o grandes incendios).
El sistema cuenta además con un simulador que permite conocer la influencia del complejo comportamiento del viento en los modelos de vuelo, ya que puede resultar clave por las situaciones de riesgo que pueden derivarse de ello. A este se suman simuladores del entorno táctico aéreo y terrestre (brigadas, vehículos autobomba, bomberos), de la realidad del terreno y del comportamiento del fuego.
Investigación e innovación
La I+D+i es muy importante en este campo. “Estamos buscando constantemente líneas de investigación que ayuden en la medida de lo posible a reducir los daños que provocan los incendios. En este sentido, estamos trabajando en la instalación del proyecto MONIF (desarrollado en colaboración con la Asociación de Investigación y Cooperación Industrial de Andalucía y la Universidad Pablo de Olavide), que consiste en un novedoso sistema de monitorización de incendios capaz de captar imágenes tanto visuales como IR (infrarrojas) del incendio, procesarlas a bordo y enviarlas al centro de control en tiempo real informando del estado del incendio, incluso cuando éste es incipiente o nos encontramos en condiciones de baja visibilidad por humo”, explica el presidente de la firma, referente en enseñanza aeronáutica. Y añade, “de esta forma, se puede cuantificar y evaluar la peligrosidad del incendio, las necesidades de medios técnicos y humanos, con objeto de contribuir a la defensa del medio natural y a la seguridad de los profesionales que actúan en la extinción del fuego”.
Origen de la iniciativa
“El proyecto es el resultado de la experiencia y la especialización de nuestra operadora aérea en la lucha contra incendios forestales y de la multinacional Indra, especializada en el desarrollo de sistemas de entrenamiento virtual. Ambas coincidimos en la necesidad formativa que existe en materia de extinción de incendios forestales, bien desde tierra o desde el aire, y de ahí la puesta en marcha de SEILAF”, relata Miguel Tamarit.
En su desarrollo ha colaborado el Centro Andaluz de Innovación y Tecnología de la Información y las Comunicaciones (Citic), con el apoyo de la Consejería de Economía y Conocimiento. Para su ejecución ha requerido de la participación del Centro Avanzado de Tecnología Aeroespaciales (Catec), la Universidad de Córdoba y la Fundación para el Desarrollo Aeroespacial de Andalucía, FADA.
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