16 de enero de 2019

Síntomas asociados al SIDA

Fotografía ilustrativa de la noticia

Autoría: José Teodoro del Pozo / Fundación Descubre.

Asesoría científica: Isabel Viciana.

Los expertos dividen la historia de la infección por VIH en varias fases. En primer lugar, explica Isabel Viciana, está la infección aguda, que en la mayoría de casos no suele presentar síntomas y dura entre 12 y 24 semanas: “Puede haber síntomas que se asemejan a un síndrome gripal o una mononucleosis infecciosa. Suelen aparecer entre las semanas dos y cuatro de la exposición al virus y normalmente se autolimitan, por lo que se suele perder la oportunidad de diagnóstico si no pensamos en esta enfermedad”. En esta fase, prosigue, el virus se replica intensamente y produce una depleción masiva de los mencionados anteriormente linfocitos CD4: “Es una etapa en la que se producen muchos contagios por la alta carga de virus que el paciente presenta en sangre.

Posteriormente, aparece infección crónica en la que el enfermo no presenta síntomas o bien muestra trastorno de los ganglios linfáticos generalizado y puede permanecer de 7 a 10 años: “En esta fase la carga viral permanece relativamente estable y los CD4 van descendiendo”, manifiesta Viciana. Y prosigue: “Pasado ese tiempo llegamos a un deterioro significativo del sistema inmune con complicaciones propias y relacionadas con el VIH”.

Finalmente, apostilla Viciana, aparece el sida, donde se produce un agotamiento del sistema inmune con aumento de la carga viral y descenso del número de CD4, en la que aparecen las infecciones oportunistas, neoplasias y trastornos neurológicos que se han denominado “enfermedades definitorias de sida”: “Una vez en esta fase, si el paciente sigue sin tratamiento antirretroviral, el pronóstico vital es de 1-2 años”.


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