Sierra Nevada, un laboratorio para la investigación en deportes de invierno
En uno de los edificios ubicados en el Parque Tecnológico de la Salud de Granada se puede esquiar. No hace falta nieve. Es más, está disponible todo el año, para principiantes y esquiadores de alto nivel. Esto es posible gracias al simulador de esquí que alberga el Instituto Mixto Universitario Deporte y Salud (iMUDS) de la Universidad de Granada. Esta instalación, única en España, se utiliza para la docencia y la investigación en el ámbito de los deportes de invierno, concretamente, para esquí y snowboard. Esquiadores como Carolina Ruiz y el rider Lucas Eguibar, reciente subcampeón del mundo de snowboard cross, son algunos de los deportistas que han pasado por el simulador desde su inauguración en julio de 2015.
Cuenta con un tapiz rodante de 12,50 x 6,55 metros, con una superficie esquiable de 48 metros cuadrados. Permite ajustar la velocidad desde 1 a 21 kilómetros por hora, y tiene una capacidad máxima para 4 personas (380 kilos). El ángulo de pendiente del tapiz puede modificarse desde los 10 a los 19 grados, lo que en una estación de esquí real equivaldría desde una pista verde a una negra.
Para su responsable, el profesor del departamento de Educación Física y Deportiva de la Universidad de Granada Pablo Gómez López, es una herramienta excelente para la enseñanza de la técnica y una ayuda para mejorar la preparación física. “Con el análisis de la técnica se pueden prevenir lesiones, estudiar determinados movimientos que influyen en el organismo. La tecnología que podemos colocar en el esquiador o esquiadora es inmensa. Además de registrar la frecuencia cardiaca, podemos analizar el consumo de oxígeno, colocarle unas plantillas para medir la presión para ver si el esquiador está pisando más o menos fuerte o hacia qué lado. Todo con datos reales”, explica el profesor Gómez López.
Un gran espejo se sitúa al final del tapiz para que el alumnado y los deportistas puedan observar su ejecución técnica, lo que se complementa con la información que reciben de su profesor o entrenador ‘in situ’. A través de las grabaciones en vídeo de los esquiadores (en 2D y 3D) desde distintos ángulos, los investigadores del iMUDS recogen datos y elaboran informes destinados a mejorar el rendimiento de los practicantes de este deporte.
En el caso de los deportistas de alto nivel que participan en mundiales y campeonatos, estos informes son de gran utilidad para los entrenadores, ya que pueden diseñar programas de trabajo y entrenamientos específicos para reeducar posiciones o adquirir sensaciones que memorizan y ponen en práctica cuando están en competición. “Se busca el análisis biomecánico para ver de qué manera se puede mejorar la técnica que el esquiador o el rider está aplicando para conseguir el rendimiento que esperas”, comenta el profesor Gómez.
Del laboratorio a las pistas
El binomio ciencia y esquí se va consolidando. Cada cuatro años se celebra un congreso internacional, con un amplio carácter interdisciplinar, donde se dan a conocer las últimas novedades científicas y técnicas relacionadas con el esquí alpino, nórdico y snowboard y en el que la investigación española está presente. La última edición, en diciembre de 2016, se celebró en la localidad austriaca de St Cristoph am Arlberg. “Los países alpinos como Austria o Suiza son los que más investigan”, indica Pablo Gómez. Y añade, “si se analiza el historial de los países que más resultados tienen en deportes de invierno ves que coincide. Los que tienen mejores resultados en competiciones internacionales son los que más investigación hacen en relación a los deportes de invierno”.
Pero esto no basta. “Si quieres resultados deportivos tienes que entrenar pero cuánto más medios pongas para optimizar los entrenamientos será mejor. La ciencia aquí juega un papel muy importante. La biomecánica y la fisiología son disciplinas de apoyo en el rendimiento deportivo”, resalta este experto desde hace décadas en el entrenamiento y enseñanza del esquí.
Cada vez es más frecuente que los responsables del asesoramiento científico técnico de las federaciones sean profesores de universidad, profesionales procedentes de las ciencias del deporte, con una formación muy completa y multidisciplinar.
La colaboración entre distintos campos del conocimiento ha promovido proyectos muy interesantes en Granada. Uno de ellos fue el desarrollo y construcción, en 2013, de una plataforma de ensayo de entrenamiento para la optimización de la propulsión de deportistas en la modalidad de Freestyle Skicross, en la que participaron empresas spin-off de la Universidad de Granada (Oritia & Boreas, Solei y Tecforma) y personal del Departamento de Mecánica de Estructuras, Educación Física y Deportiva de la UGR.
En el Skicross y Snowboard cross la salida es lo más importante. Esta plataforma de entrenamiento cuenta con unas células de cargas en los mangos en los que se agarran los corredores y corredoras para medir la dirección y la fuerza que hacen. “Con esta plataforma – explica José María Terrés, socio cofundador y CEO de Oritia&Boreas- se puede entrenar la salida y correlacionar una buena salida con la dirección de la fuerza que realizan con los brazos. A los compañeros que se encargan de estudiar la biomecánica les damos información cuantitativa sobre la fuerza y los tiempos lo que les permiten diseñar programas de trabajo y entrenamiento para que los riders mejoren en la salida y por lo tanto consigan mejores resultados en la competición”. La plataforma está al servicio de los investigadores y federaciones que lo soliciten.
El trabajo de estudio que se hace desde el punto de vista técnico es clave en disciplinas de velocidad como el descenso o el super gigante en el esquí alpino. La aerodinámica es fundamental. “Trabajamos con la esquiadora granadina Carolina Ruiz en estudiar la posición con el fin de detectar si un ligero cambio en la postura de los hombros o de la espalda puede marcar la diferencia en los primeros puestos”, explica este experto en ingeniería del viento.
La investigación y la innovación en el deporte están muy presentes en el trabajo que desarrolla José María Terrés, “estudiamos la aerodinámica deportiva, todo lo que tiene que ver con la velocidad en distancias muy largas como ocurre en el ciclismo y el esquí. También diseñamos y desarrollamos instrumentación para medir la fuerza o el movimiento en disciplinas variadas”. En modalidades de esquí alpino de velocidad ya se está estudiando cómo la rugosidad del tejido del mono del esquiador o esquiadora influye en el coeficiente aerodinámico y cómo la temperatura ambiente que haya durante la competición repercute en la viscosidad del aire y en su densidad. “El tejido óptimo para una prueba en Calgary no es el mismo que en Sierra Nevada. Los canadienses, americanos y suizos ya están trabajando en esto”, indica Terrés.
Granada y el esquí forman ya una pareja perfecta. Gracias al prestigio conseguido por el buen hacer de todos los que conforman Sierra Nevada, la estación granadina se ha convertido en un lugar indispensable para albergar pruebas internacionales de alto nivel. A esto hay que sumar la investigación multidisciplinar y de calidad que se está llevando a cabo, en materia de deportes de invierno, aquí, en Granada, en el sur de Europa.
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